Fuente: Los Andes.
Con la excusa de ver a los Wallabies ante Los Pumas, el flamante embajador del país oceánico vino a la provincia para estrechar lazos y mejorar el intercambio en terrenos como los recursos hídricos, los negocios agrarios y la educación.
"Hace 20 años tuvimos un fuerte debate ambiental sobre la minería. Lo resolvimos con leyes equilibradas y debate serio. Hoy la exportación de minerales es nuestro primer ingreso”. |@ José Gutiérrez / Los Andes
Por Pedro Straniero - Editor de Internacionales
Uno imagina que la visita de un embajador australiano a Mendoza, justo el día del partido de rugby entre Los Pumas y los Wallabies, tiene sólo un propósito deportivo-turístico, pero Noel Campbell lo desmiente: “Mi fuerte no es el rugby. Lo jugué en la primaria pero no tengo el físico para eso”, dice mostrando su delgadez y un estilo más de trotamundos que de hooker.
“Por supuesto que vengo a ver a nuestra selección de rugby, y creo que va a ganar el mejor -se anticipa, diplomáticamente (dos horas antes del partido) a la pregunta sobre quién ganará. “Pero estoy aprovechando esta segunda visita mía en 25 años a Mendoza para hacer contactos y estrechar las relaciones bilaterales”
-¿Cuál es su historia como diplomático?
-Empecé mi carrera justamente en Buenos Aires en 1990. Fue mi primer destino, como un humilde tercer secretario de la embajada. Y como el boomerang australiano, que lo tiran y vuelve, estoy aquí de regreso desde hace seis meses. En el medio estuve destacado en Ginebra, Washington, Belgrado, Abu Dhabi y Madrid.
-¿En qué áreas podemos afianzar lazos y colaborar?
-Empiezo por el agua. Mendoza y Australia son regiones que deben enfrentar sequías y gestionar muy bien el agua. Así que visité el Departamento General de Irrigación para coordinar acciones. Vamos a tener un contacto fluido para intercambiar experiencias, métodos y políticas para enfrentar el problema de la escasez de agua.
¿Y en el sector turístico?
-Tuve otra reunión con ese sector. La idea es conocer mejor a ustedes para informar en mi país y atraer más visitantes de Australia a Mendoza, y viceversa. Tenemos una gran ventaja: el vuelo directo entre Santiago de Chile y Sydney, de las compañías Lan y Qantas, que llega a destino en 12 horas y media. Es el mismo tiempo que se tarda en llegar desde Mendoza a París...
-Ustedes son una potencia minera en el mundo... ¿Cómo ha sido su experiencia para desarrollar la actividad pese a los cuestionamientos de ambientalistas?
-Para cada país hay una política minera adecuada. Nosotros, hace 20 años tuvimos un fuerte debate ambiental sobre la minería. En este tema hay muchos intereses involucrados, a veces contrapuestos: los ambientalistas, el gobierno, los sindicatos, los mismos mineros, las comunidades que podrían estar afectadas por la actividad, el sector agropecuario... Supongo que aquí en Mendoza la aprensión natural a la minería debe ser, inicialmente, qué impacto tendrá en la cuestión de acceso al agua.
Lo importante es encontrar un equilibrio entre minería y bienestar, minería y calidad de vida. Lo importante es llegar a un balance. El debate debe estar bien informado, tomar en cuenta la evidencia. En Australia hemos tenido ese debate y hemos llegado a un consenso en muchísimos proyectos mineros.
Tenemos leyes que establecen los estándares ambientales, fuertes restricciones y políticas para gestionar el acceso al agua, y todo para asegurar una explotación responsable y sostenible.... La exportación de minerales es el ingreso principal de Australia y, en buena medida, gracias a ello llevamos 24 años seguidos de crecimiento económico, un récord.
-En vitivinicultura, ¿podemos hacer buenos negocios?
-Definitiviamente sí, no solamente en vitivinicultura sino en general en agrobussiness. Los dos países somos importantes fuentes de alimentos para el mundo. Actualmente existe entre Australia y la Argentina colaboración científica sobre desarrollos de cepas, tecnología de riego para las vides, etcétera.
Pero Australia también está interesado en la importación de vinos de Argentina. La nuestra es una economía súper abierta y el vino argentino tiene gran calidad para proveernos.
-La educación australiana tiene prestigio en todo el mundo, ¿tenemos intercambio?
El sector de educación es el segundo en términos de ingresos al país después de la minería. Hay 500.000 estudiantes extranjeros que pagan por estudiar, porque así perfeccionan su inglés y porque el nivel de calidad de nuestras universidades es alto, en especial en lo que respecta a capacitación técnica. En este momento hay unos 400 estudiantes argentinos en Australia y son siempre bienvenidos.
El terrorismo, desafío global
“El problema del terrorismo no reconoce barreras ni territorios”, responde Campbell ante el apunte de recientes operativos antiterroristas preventivos en su país. “Al igual que Argentina, somos un país de inmigración y tenemos una comunidad musulmana numerosa y pacífica. Pero hemos tenido incidentes y estamos conscientes de que algunos jóvenes radicalizados han ido a zonas de conflicto como Siria e Irak... El desafío es prevenir y educar a estos jóvenes, mostrarles que ése es un camino equivocado... Es un desafío global, tanto como preservar el medio ambiente, acoger a los refugiados y combatir el narcotráfico”.
“Australia recibe 200.000 inmigrantes por año. Es el segundo país luego de Canadá en números. Un 45 por ciento de la población tiene padres nacidos en el extranjero. Mi señora es chilena, por ejemplo, mis padres escoceses... Pero la inmigración en Australia está alineada más que nada con el perfil de empleo, y cambia año a año... Por ejemplo un año requerimos más cirujanos, otro más plomeros, según nuestras necesidades y demandas”.
Con la excusa de ver a los Wallabies ante Los Pumas, el flamante embajador del país oceánico vino a la provincia para estrechar lazos y mejorar el intercambio en terrenos como los recursos hídricos, los negocios agrarios y la educación.
"Hace 20 años tuvimos un fuerte debate ambiental sobre la minería. Lo resolvimos con leyes equilibradas y debate serio. Hoy la exportación de minerales es nuestro primer ingreso”. |@ José Gutiérrez / Los Andes
Por Pedro Straniero - Editor de Internacionales
Uno imagina que la visita de un embajador australiano a Mendoza, justo el día del partido de rugby entre Los Pumas y los Wallabies, tiene sólo un propósito deportivo-turístico, pero Noel Campbell lo desmiente: “Mi fuerte no es el rugby. Lo jugué en la primaria pero no tengo el físico para eso”, dice mostrando su delgadez y un estilo más de trotamundos que de hooker.
“Por supuesto que vengo a ver a nuestra selección de rugby, y creo que va a ganar el mejor -se anticipa, diplomáticamente (dos horas antes del partido) a la pregunta sobre quién ganará. “Pero estoy aprovechando esta segunda visita mía en 25 años a Mendoza para hacer contactos y estrechar las relaciones bilaterales”
-¿Cuál es su historia como diplomático?
-Empecé mi carrera justamente en Buenos Aires en 1990. Fue mi primer destino, como un humilde tercer secretario de la embajada. Y como el boomerang australiano, que lo tiran y vuelve, estoy aquí de regreso desde hace seis meses. En el medio estuve destacado en Ginebra, Washington, Belgrado, Abu Dhabi y Madrid.
-¿En qué áreas podemos afianzar lazos y colaborar?
-Empiezo por el agua. Mendoza y Australia son regiones que deben enfrentar sequías y gestionar muy bien el agua. Así que visité el Departamento General de Irrigación para coordinar acciones. Vamos a tener un contacto fluido para intercambiar experiencias, métodos y políticas para enfrentar el problema de la escasez de agua.
¿Y en el sector turístico?
-Tuve otra reunión con ese sector. La idea es conocer mejor a ustedes para informar en mi país y atraer más visitantes de Australia a Mendoza, y viceversa. Tenemos una gran ventaja: el vuelo directo entre Santiago de Chile y Sydney, de las compañías Lan y Qantas, que llega a destino en 12 horas y media. Es el mismo tiempo que se tarda en llegar desde Mendoza a París...
-Ustedes son una potencia minera en el mundo... ¿Cómo ha sido su experiencia para desarrollar la actividad pese a los cuestionamientos de ambientalistas?
-Para cada país hay una política minera adecuada. Nosotros, hace 20 años tuvimos un fuerte debate ambiental sobre la minería. En este tema hay muchos intereses involucrados, a veces contrapuestos: los ambientalistas, el gobierno, los sindicatos, los mismos mineros, las comunidades que podrían estar afectadas por la actividad, el sector agropecuario... Supongo que aquí en Mendoza la aprensión natural a la minería debe ser, inicialmente, qué impacto tendrá en la cuestión de acceso al agua.
Lo importante es encontrar un equilibrio entre minería y bienestar, minería y calidad de vida. Lo importante es llegar a un balance. El debate debe estar bien informado, tomar en cuenta la evidencia. En Australia hemos tenido ese debate y hemos llegado a un consenso en muchísimos proyectos mineros.
Tenemos leyes que establecen los estándares ambientales, fuertes restricciones y políticas para gestionar el acceso al agua, y todo para asegurar una explotación responsable y sostenible.... La exportación de minerales es el ingreso principal de Australia y, en buena medida, gracias a ello llevamos 24 años seguidos de crecimiento económico, un récord.
-En vitivinicultura, ¿podemos hacer buenos negocios?
-Definitiviamente sí, no solamente en vitivinicultura sino en general en agrobussiness. Los dos países somos importantes fuentes de alimentos para el mundo. Actualmente existe entre Australia y la Argentina colaboración científica sobre desarrollos de cepas, tecnología de riego para las vides, etcétera.
Pero Australia también está interesado en la importación de vinos de Argentina. La nuestra es una economía súper abierta y el vino argentino tiene gran calidad para proveernos.
-La educación australiana tiene prestigio en todo el mundo, ¿tenemos intercambio?
El sector de educación es el segundo en términos de ingresos al país después de la minería. Hay 500.000 estudiantes extranjeros que pagan por estudiar, porque así perfeccionan su inglés y porque el nivel de calidad de nuestras universidades es alto, en especial en lo que respecta a capacitación técnica. En este momento hay unos 400 estudiantes argentinos en Australia y son siempre bienvenidos.
El terrorismo, desafío global
“El problema del terrorismo no reconoce barreras ni territorios”, responde Campbell ante el apunte de recientes operativos antiterroristas preventivos en su país. “Al igual que Argentina, somos un país de inmigración y tenemos una comunidad musulmana numerosa y pacífica. Pero hemos tenido incidentes y estamos conscientes de que algunos jóvenes radicalizados han ido a zonas de conflicto como Siria e Irak... El desafío es prevenir y educar a estos jóvenes, mostrarles que ése es un camino equivocado... Es un desafío global, tanto como preservar el medio ambiente, acoger a los refugiados y combatir el narcotráfico”.
“Australia recibe 200.000 inmigrantes por año. Es el segundo país luego de Canadá en números. Un 45 por ciento de la población tiene padres nacidos en el extranjero. Mi señora es chilena, por ejemplo, mis padres escoceses... Pero la inmigración en Australia está alineada más que nada con el perfil de empleo, y cambia año a año... Por ejemplo un año requerimos más cirujanos, otro más plomeros, según nuestras necesidades y demandas”.
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