Fuente: New York Times. El cambio climático amenaza con llevar a la megalópolis mexicana hacia una crisis ambiental sin precedentes. Por MICHAEL KIMMELMAN, Fotografías por JOSH HANER17 FEB. 2017 CIUDAD DE MÉXICO — En días malos se puede oler la pestilencia un kilómetro y medio a la redonda: se esparce a lo largo de autopistas y edificios de oficinas. Cuando terminó la construcción del Gran Canal de Desagüe, en 1900, era visto como el puente de Brooklyn de Ciudad de México, una proeza de la ingeniería y un símbolo de orgullo cívico: medía 47 kilómetros de largo, con la capacidad de mover cientos de miles de litros de aguas residuales por segundo. Prometía resolver las inundaciones y los problemas de drenaje que habían abrumado a la ciudad por siglos. Solo que no fue así, y casi desde el comienzo. El movimiento del canal se daba según la gravedad. Y Ciudad de México, que se encuentra a 2240 metros por encima del nivel del mar, se estaba hundiendo. El hundimiento sigue, cada vez más rápid...
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