Fuente: Política Exterior. El patrimonio cultural de Oriente Próximo está sometido al saqueo por parte de Daesh para financiarse, mientras la comunidad internacional no sabe cómo reaccionar. En abril de 2015, Daesh añadió a su lista cada vez más larga de atrocidades la de volar el palacio neoasirio de Nimrud (Irak), del siglo XIX antes de Cristo. Este ataque tuvo lugar justo a continuación de otros ocurridos en el museo de Mosul y el yacimiento arqueológico de Hatra. Son indicativos de una campaña mayor y más sistemática de destrucción cultural cuyo objetivo es arrasar los edificios y yacimientos religiosos e históricos y a los pueblos que hay tras ellos. Es una campaña aparentemente motivada por el perverso deseo de Daesh de liberar su autoproclamado “califato” de la existencia y el recuerdo de toda comunidad religiosa diferente a la suya. Pero cuando Daesh no se entrega a la destrucción total, se dedica a lanzar una mirada más mercenaria a los restos antiguos, y excava en busca de an...
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