Fuentes: CC, Télam y El Mundo.
Científicos, expertos en tecnología y filósofos, como el astrofísico británico Stephen Hawking, el cofundador de Apple Steve Wozniak y el escritor estadounidense Noam Chomsky, alertaron ayer sobre una carrera armamentística global de “robots asesinos”, es decir armas autónomas programadas con inteligencia artificial (entre las que podrían incluirse a los letales drones artillados que EEUU utiliza actualmente contra el Estado Islámico, Al Qaeda y los Talibán, con la salvedad de que aún no son autónomos sino controlados a distancia por humanos).
No es la primera vez que figuras como Hawking y Wozniak denuncian los peligros de los “robots asesinos”, pero el tono de esta nueva carta, que se difundió ayer en Buenos Aires durante la Conferencia Internacional sobre Inteligencia Artificial (ver aparte), es especialmente dramático.
Las posibles aplicaciones militares de la inteligencia artificial han desencadenado una gran polémica en los últimos años, y el debate incluso ha llegado hasta la Organización de Naciones Unidas, que ha dedicado extensas reuniones a este tema e incluso se ha planteado una prohibición internacional de esta tecnología.
Ahora, los firmantes de la nueva carta han pedido que se prohíba específicamente el uso de la inteligencia artificial para el desarrollo de armas que podrían funcionar “más allá del control humano”.
“De la misma manera que la mayoría de los químicos y los biólogos no tienen ningún interés en desarrollar armas químicas o biológicas, la mayor parte de los investigadores en el campo de la inteligencia artificial no tienen interés alguno en la construcción de armas basadas en esta tecnología”, afirma el manifiesto.
El profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) Noam Chomsky; el responsable de inteligencia artificial de Google, Demis Hassabis; y el filósofo Daniel Dennett también han firmado esta carta de protesta. El texto está publicado en internet por el Future of Life Institute de la Universidad de Oxford,
En la carta abierta firmada por 1.000 intelectuales, los expertos alegan que si cualquier potencia militar importante sigue adelante con el desarrollo de armas autónomas, “una carrera armamentística global es prácticamente inevitable, y el punto final de esta trayectoria tecnológica es obvio: las armas autónomas se convertirán en los Kalashnikov del mañana”.
Sin embargo, algunos expertos son partidarios de los llamados “robots asesinos”, y opinan que el uso de robots en el campo de batalla podría salvar vidas. Esos dispositivos aún no están en operación y faltan años para que lo estén.
Pero los científicos advirtieron que, a diferencia de las armas nucleares, éstos no requerirán materia prima costosa o difícil de obtener, lo cual permitirá su fabricación en masa.
“Será cuestión de tiempo para que aparezcan en el mercado negro y en manos de terroristas, dictadores que quieren incrementar el control de su población, caudillos que desean perpetrar limpieza étnica, etcétera”, dice la carta.
Entre los firmantes hay reconocidas personalidades del mundo académico y el ámbito empresarial que estudian la inteligencia artificial y la idea de que los sistemas computarizados pueden realizar tareas que requieren inteligencia humana, tales como traducción de idiomas o percepción visual.
También se sumaron filósofos, historiadores, sociólogos, genetistas y otros profesionales, entre ellos Elon Musk, director general de Tesla Motors y Space X; Demis Hassabis, fundador de Google DeepMind; y el filósofo, escritor y lingüista Noam Chomsky, profesor emérito del MIT.
“Por eso creemos que una carrera armamentista militar con Inteligencia Artificial no beneficiaría a la humanidad”, concluye la carta. “Hay muchas maneras que la Inteligencia Artificial puede volver el campo de batalla más seguro para los seres humanos, en particular los civiles, sin crear nuevas herramientas para matar gente”.
El pasado mes de diciembre, Stephen Hawking ya manifestó claramente su postura contraria a las aplicaciones militares de la inteligencia artificial, en una entrevista con la BBC: “Los seres humanos, que están limitados por una evolución biológica lenta, no podrían competir con la inteligencia artificial, y serían superados por ella”.
Por ello, el astrofísico considera que esta tecnología, si no se regula adecuadamente en lo que respecta a sus posibles aplicaciones militares, podría poner en riesgo el futuro de la Humanidad.
Buenos Aires, el sitio elegido para la advertencia global
Desde ayer y hasta el viernes, la ciudad de Buenos Aires se ha convertido en un foco de interés mundial para abordar el universo de la inteligencia artificial. Allí se desarrolla la conferencia IJCAI-2015, la mayor sobre Inteligencia Artificial en el mundo, con 1.200 especialistas. Por esta razón, los científicos que lanzaron la carta de advertencia eligieron ese marco para difundir el texto.
Dentro la Conferencia tiene lugar otra original muestra sobre inteligencia artificial y arte. Robots que hacen retratos, un avatar que improvisa coreografías con un bailarín y una computadora que crea un lenguaje propio son algunas de las obras que se pueden ver en el Centro Cultural Borges.
Un ejemplo es la instalación “"5 robots named Paul” (Cinco robots llamados Paul), patrocinada por la Tate Modern de Londres, donde los robots producen una serie de retratos a partir de modelos en vivo. En sólo 30 minutos hacen un dibujo del visitante que se siente delante de ellos.
Científicos, expertos en tecnología y filósofos, como el astrofísico británico Stephen Hawking, el cofundador de Apple Steve Wozniak y el escritor estadounidense Noam Chomsky, alertaron ayer sobre una carrera armamentística global de “robots asesinos”, es decir armas autónomas programadas con inteligencia artificial (entre las que podrían incluirse a los letales drones artillados que EEUU utiliza actualmente contra el Estado Islámico, Al Qaeda y los Talibán, con la salvedad de que aún no son autónomos sino controlados a distancia por humanos).
No es la primera vez que figuras como Hawking y Wozniak denuncian los peligros de los “robots asesinos”, pero el tono de esta nueva carta, que se difundió ayer en Buenos Aires durante la Conferencia Internacional sobre Inteligencia Artificial (ver aparte), es especialmente dramático.
Las posibles aplicaciones militares de la inteligencia artificial han desencadenado una gran polémica en los últimos años, y el debate incluso ha llegado hasta la Organización de Naciones Unidas, que ha dedicado extensas reuniones a este tema e incluso se ha planteado una prohibición internacional de esta tecnología.
Ahora, los firmantes de la nueva carta han pedido que se prohíba específicamente el uso de la inteligencia artificial para el desarrollo de armas que podrían funcionar “más allá del control humano”.
“De la misma manera que la mayoría de los químicos y los biólogos no tienen ningún interés en desarrollar armas químicas o biológicas, la mayor parte de los investigadores en el campo de la inteligencia artificial no tienen interés alguno en la construcción de armas basadas en esta tecnología”, afirma el manifiesto.
El profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) Noam Chomsky; el responsable de inteligencia artificial de Google, Demis Hassabis; y el filósofo Daniel Dennett también han firmado esta carta de protesta. El texto está publicado en internet por el Future of Life Institute de la Universidad de Oxford,
En la carta abierta firmada por 1.000 intelectuales, los expertos alegan que si cualquier potencia militar importante sigue adelante con el desarrollo de armas autónomas, “una carrera armamentística global es prácticamente inevitable, y el punto final de esta trayectoria tecnológica es obvio: las armas autónomas se convertirán en los Kalashnikov del mañana”.
Sin embargo, algunos expertos son partidarios de los llamados “robots asesinos”, y opinan que el uso de robots en el campo de batalla podría salvar vidas. Esos dispositivos aún no están en operación y faltan años para que lo estén.
Pero los científicos advirtieron que, a diferencia de las armas nucleares, éstos no requerirán materia prima costosa o difícil de obtener, lo cual permitirá su fabricación en masa.
“Será cuestión de tiempo para que aparezcan en el mercado negro y en manos de terroristas, dictadores que quieren incrementar el control de su población, caudillos que desean perpetrar limpieza étnica, etcétera”, dice la carta.
Entre los firmantes hay reconocidas personalidades del mundo académico y el ámbito empresarial que estudian la inteligencia artificial y la idea de que los sistemas computarizados pueden realizar tareas que requieren inteligencia humana, tales como traducción de idiomas o percepción visual.
También se sumaron filósofos, historiadores, sociólogos, genetistas y otros profesionales, entre ellos Elon Musk, director general de Tesla Motors y Space X; Demis Hassabis, fundador de Google DeepMind; y el filósofo, escritor y lingüista Noam Chomsky, profesor emérito del MIT.
“Por eso creemos que una carrera armamentista militar con Inteligencia Artificial no beneficiaría a la humanidad”, concluye la carta. “Hay muchas maneras que la Inteligencia Artificial puede volver el campo de batalla más seguro para los seres humanos, en particular los civiles, sin crear nuevas herramientas para matar gente”.
El pasado mes de diciembre, Stephen Hawking ya manifestó claramente su postura contraria a las aplicaciones militares de la inteligencia artificial, en una entrevista con la BBC: “Los seres humanos, que están limitados por una evolución biológica lenta, no podrían competir con la inteligencia artificial, y serían superados por ella”.
Por ello, el astrofísico considera que esta tecnología, si no se regula adecuadamente en lo que respecta a sus posibles aplicaciones militares, podría poner en riesgo el futuro de la Humanidad.
Buenos Aires, el sitio elegido para la advertencia global
Desde ayer y hasta el viernes, la ciudad de Buenos Aires se ha convertido en un foco de interés mundial para abordar el universo de la inteligencia artificial. Allí se desarrolla la conferencia IJCAI-2015, la mayor sobre Inteligencia Artificial en el mundo, con 1.200 especialistas. Por esta razón, los científicos que lanzaron la carta de advertencia eligieron ese marco para difundir el texto.
Dentro la Conferencia tiene lugar otra original muestra sobre inteligencia artificial y arte. Robots que hacen retratos, un avatar que improvisa coreografías con un bailarín y una computadora que crea un lenguaje propio son algunas de las obras que se pueden ver en el Centro Cultural Borges.
Un ejemplo es la instalación “"5 robots named Paul” (Cinco robots llamados Paul), patrocinada por la Tate Modern de Londres, donde los robots producen una serie de retratos a partir de modelos en vivo. En sólo 30 minutos hacen un dibujo del visitante que se siente delante de ellos.
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