Por Daniel Trotta y Lesley Wroughton
LA HABANA/WASHINGTON (Reuters) - Cuba y Estados Unidos acordaron formalmente el miércoles el restablecimiento de las relaciones diplomáticas bilaterales, tras dos años de negociaciones entre los ex rivales de la Guerra Fría cuyos vínculos estaban rotos desde 1961.
Los presidentes Raúl Castro y Barack Obama confirmaron el histórico pacto que permitirá la reapertura de embajadas en las capitales de los dos países durante el verano boreal.
"Hace un año pudo parecer imposible que Estados Unidos volviera a izar su bandera, de barras y estrellas, en una embajada en La Habana", dijo Obama, quien habló en los jardines de la Casa Blanca.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, viajará a La Habana a finales de este mes a una ceremonia de izamiento de bandera para reabrir la embajada estadounidense en la capital cubana.
En tanto, Castro sostuvo "que la parte cubana asume esta decisión, animada por la intención recíproca de desarrollar relaciones respetuosas y de cooperación", según una carta dirigida a Obama y que fue leída por la televisión estatal.
El anuncio formal de ambos mandatarios cumple con el compromiso realizado hace seis meses y medio cuando dijeron que trabajarían por relanzar los nexos diplomáticos.
Después de 18 meses de negociaciones secretas apoyadas por la mediación del Papa Francisco y el Gobierno de Canadá, los dos líderes anunciaron en diciembre de 2014 que planeaban reabrir las embajadas en sus respectivas capitales y normalizar las relaciones.
La actual Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, fundada en 1977 durante el Gobierno del demócrata Jimmy Carter, se convertirá en embajada, lo mismo que sucederá con la misión diplomática de Cuba en Washington.
PRIMERA ETAPA
El mandatario cubano, que reemplazó en 2008 a su hermano Fidel por razones de salud en la presidencia del país, dijo en una declaración que con el relanzamiento de los vínculos diplomáticos concluye la primera etapa de lo que "será un largo y complejo proceso hacia la normalización".
"No podrá haber relaciones normales entre Cuba y Estados Unidos mientras se mantenga el bloqueo (embargo) económico, comercial y financiero que se aplica con todo rigor, provoca daños y carencias al pueblo cubano (y) es el principal obstáculo al desarrollo de nuestro país", agregó.
El acuerdo con Cuba es un gran logro diplomático para Obama, quien ha sido criticado por sus tropiezos en política exterior, especialmente en Oriente Medio.
El acuerdo anunciado en diciembre pasado también incluyó un intercambio de prisioneros e intentó dejar de lado los 56 años de hostilidades desde que el ex presidente Fidel Castro, encabezando a un grupo de rebeldes, derrocó al gobierno de Fulgencio Batista, respaldado por Estados Unidos.
Dos años más tarde, el 3 de enero de 1961, el presidente en ese entonces, Dwight Eisenhower, cerró la embajada de Estados Unidos en La Habana, casi tres semanas antes de la fecha cuando el mandatario electo John F. Kennedy tenía previsto tomar posesión del cargo.
En medio de fuertes tensiones, en abril de 1961, Kennedy dio luz verde a una invasión militar contra Cuba, organizada por Estados Unidos y con participación de exiliados cubanos. El ataque por la Bahía de Cochinos, en la región occidental de la isla, fracasó y reforzó la posición de Fidel Castro en su país y en el extranjero.
En octubre de 1962, Washington y Moscú estuvieron al borde de una guerra nuclear debido a una serie de misiles soviéticos que habían sido instalados en Cuba.
TOTAL NORMALIZACIÓN, UN RETO
Con las relaciones diplomáticas restauradas, Washington y la Habana enfrentarían luego el reto más difícil: la normalización de los nexos en general.
Los principales obstáculos incluyen el embargo económico a la isla caribeña y la devolución de la base naval estadounidense en la Bahía de Guantánamo, en el extremo más oriental de la isla, que Washington ha rentado desde 1903.
Obama, un demócrata ha instado al Congreso de Estados Unidos, controlado por los republicanos, a terminar con los 53 años del embargo económico y comercial contra Cuba, pero el liderazgo conservador ha rechazado sus intentos.
"Llevamos 56 años en esta situación y creo que esto va a beneficiar al país en ciertas cosas y creo que nos beneficia a aquellos que queremos ver a nuestras familias, a nuestros hijos que están allá (Estados Unidos)", dijo Jesús Hernández, un cubano que hacía fila en la mañana para solicitar una visa para viajar a Miami.
(Reporte de Daniel Trotta y Nelson Acosta en La Habana; Matt Spetalnick y Lesley Wroughton en Washington. Editado en español por Gabriela Donoso y Javier López de Lérida)
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