Fuente: BiotecnologíaSí.
POR PAULA CHOUZA / SAÚL RUIZ MATA | 18 ABR 2015
POR PAULA CHOUZA / SAÚL RUIZ MATA | 18 ABR 2015
El Centro de Investigación para el Mejoramiento del Maíz y el Trigo (Cimmyt) nació en 1966 en México. Su objetivo es desarrollar nuevas y mejores variedades de cereales que puedan ser distribuidas mundialmente, sobre todo a los países en vías de desarrollo. Antes de su inauguración, durante el Gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940) el Ejecutivo mexicano había pedido ayuda a la Administración de Estados Unidos para incrementar la producción de trigo. Mediante un acuerdo entre la Fundación Rockefeller y el Gobierno de México, el científico estadounidense Norman Borlaug llegó al país para trabajar con investigadores y agricultores locales en el desarrollo de un gen que acortase el tamaño del trigo. Logró así variedades de tallo robusto, resistentes a la roya (la enfermedad más común) y que rendían más que los cultivos tradicionales.
La morfología de las semillas
En la década de los cincuenta, las nuevas variedades de trigo desarrolladas por Norman Borlaug sirvieron para que México consiguiese ser autosuficiente en el abasto de esta semilla. Diez años después fueron exportadas a la India y a Pakistán, donde contribuyeron a salvar de la hambruna a millones de personas y a incrementar la producción nacional (revolución verde). Borlaug ganó el Premio Nobel de la Paz en 1970, fue científico y líder de investigación sobre trigo en el Cimmyt hasta 1979 y después ejerció como consultor del centro hasta su fallecimiento, en 2009. En la imagen, clasificación de semillas de trigo según su morfología en el Cimmyt.
Los proyectos del Cimmyt
“En términos resumidos, Cimmyt es responsable de que se produzca suficiente maíz y trigo en todo el mundo de una manera sostenible, para que los actores de la cadena (el productor, el que vende tortillas…) puedan tener un ingreso y, al mismo tiempo, que se den condiciones de seguridad alimentaria”, explica el director adjunto de la organización, Bram Govaerts (Bélgica, 1978). Mientras que en las décadas de los sesenta y setenta se buscaba el aumento de la producción, en la actualidad la meta es más compleja: alto rendimiento, menor impacto al medioambiente, estabilidad de rendimiento e ingreso para el productor. El Cimmyt tiene en marcha cinco programas: el de mejoramiento del trigo, el de mejoramiento del maíz, el de recursos genéticos, el de socioeconomía y el programa global de conservación. El centro cuenta con oficinas regionales en diferentes países, entre ellos Afganistán, Irán, Pakistán, India, China y Etiopia. En México, el centro trabaja en colaboración con el Gobierno en el proyecto Más Agro, que alcanza a más de 200.000 productores. El programa, enfocado fundamentalmente en los Estados pobres del sur del país, tiene como objetivo modernizar de forma sostenible la agricultura tradicional, fortalecer la seguridad alimentaria, capacitar a los agricultores y transferir tecnologías al campo para que los pequeños productores obtengan rendimientos altos y estables, aumenten sus ingresos y contribuyan a mitigar los efectos del cambio climático.
La calidad del trigo
El objetivo de las nuevas variedades creadas en Cimmyt es que tengan mayor productividad, sean resistentes a las enfermedades del trigo (que no hagan falta fungicidas u otro tipo de químicos para controlar las plagas), toleren la sequía y el calor y, por último, que tengan la calidad necesaria para elaborar los diferentes productos. El español Carlos Guzmán es el responsable del Laboratorio de Calidad del Programa del Trigo. “Para que una variedad tenga éxito, el grano debe ser bueno para elaborar el producto específico en cada país. Analizamos los materiales del programa de mejoramiento y los clasificamos en base a su calidad: este es bueno para pan chapata, este para galletas, este para pasta… y así los distribuimos en diferentes territorios”, explica. En el laboratorio se hacen varias pruebas: análisis físicos y químicos del grano, calidad de panificación y medición de la densidad y la elasticidad, entre otras.
- Foto:Saúl Ruiz
Laboratorio de calidad
La calidad nutricional ha tomado importancia en los últimos años. La comunidad científica se ha dado cuenta de que el trigo, a veces, no tiene la suficiente calidad nutricional. “El objetivo es incrementar los niveles de hierro y zinc en el grano de forma natural, mediante mejoramiento genético”, dice Guzmán. “En el suroeste asiático, que es la diana geográfica más importante para el programa del mejoramiento del trigo (donde hay mayor pobreza en personas que se alimentan de este cereal), más de la mitad de la población es deficiente en zinc, lo que acarrea problemas en el sistema inmunitario, desarrollo mental no completo en niños o tipos de anemias. En Occidente esto se soluciona cuando la industria molinera fortifica el grano. Sin embargo, en territorios con menos recursos, el agricultor recoge el cereal y se lo da de comer directamente a su familia”.
La huella dactilar del trigo
La huella dactilar de cada variedad de trigo se obtiene mediante una técnica llamada electroforesis. En ella se comparan diferentes variedades de trigo en una especie de retícula en donde cada columna es un tipo distinto de trigo y cada renglón es una proteína distinta del cereal. La retícula separa las diferentes proteínas y las organiza de acuerdo al peso molecular de cada una, dando por resultado un esquema distinto para cada uvariedad de trigo. Los esquemas que se obtienen mediante esta técnica se comparan con modelos ya conocidos de trigo para identificar características como resistencia a determinadas condiciones climatológicas o propiedades nutricionales presentes en la semilla.
El análisis de las semillas
El Cimmyt analiza aproximadamente 4.000 líneas de germoplasma (semillas) al año y de estas, seleccionan las 50 mejores variedades para cada mega-ambiente. Los mega-ambientes son zonas geográficas con factores similares en cuanto a la producción agrícola. Así se define el tipo de grano de maíz necesario para, por ejemplo, obtener un determinado nivel de producción por hectárea. Los resultados de estos análisis se comunican a empresas y productores que emplean maíz o trigo en sus procesos de manera que puedan optimizarlos.
Inversiones privadas
Las fundaciones del magnate mexicano Carlos Slim y de Bill y Melinda Gates también han apoyado la labor del Cimmyt. En 2013, el centro inauguró nuevos laboratorios de biociencia y bioseguridad e invernaderos. Además se ampliaron y remodelaron los dormitorios para investigadores, pues una parte de ellos residen en las instalaciones. La Fundación de Carlos Slim aportó 25 millones de dólares para ese proyecto. Los Gates financian programas en terreno desde comienzo de la década del 2000. El Cimmyt se encuentra en la ciudad de Texcoco, a 45 minutos en coche del Distrito Federal, la capital del país.
Banco de germoplasma
El banco de germoplasma de Cimmyt tiene la colección más grande en el mundo de semillas de maíz y trigo: 28.000 de la primera y 150.000 de la segunda. El 40% de las muestras que poseen es material mejorado en las estaciones del centro. “Todas las semillas del banco están en dos cámaras de refrigeración (a -1° centígrados en una y a -18° en la otra). Bajo estas condiciones la semilla puede estar viva durante más de 20 años en la primera, y más de 50 en la segunda”, explica la Doctora Bibiana M. Espinosa García, responsable del banco. En este recinto se monitorea constantemente que la semilla siga viva. “No tiene sentido tenerla aquí y que al llegar al campo esté muerta, no produzca nada. Aquí garantizamos a nuestros clientes que los granos tienen más del 80% de germinación”.
Maíz
El banco funciona como un proveedor para sus clientes. “Podemos distribuir semillas de los años sesenta que ya no existen en el campo, pero que se conservaron aquí. Cuando las siembran, se recuperan estas variedades”, explica Bibiana M. Espinosa.“Nuestro deber como banco es mantener viva la semilla siempre y distribuirla a quienes la requieran para mejoramiento de estos dos cultivos, para alimentación y para agricultura”. El banco de germoplasma recibe solicitudes de todo el mundo. Cada muestra que sale, debe ser repuesta con la regeneración de la semilla en terreno. “Nos gusta hablar del banco de germoplasma como un puente entre el pasado y el futuro, porque realmente lo es”.
El consumo crece
El consumo de las necesidades de maíz y trigo ha aumentado durante las décadas. Se calcula que en el mundo, alrededor del 70% de las variedades de trigo sembradas tienen origen en Cimmyt.
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