Fuente: RT.
Nuestra imaginación puede afectar la manera en que experimentamos el mundo mucho más de lo que quizá pensamos. Lo que imaginamos oír o ver "en nuestra cabeza", puede cambiar nuestra percepción actual.
Así lo asegura el estudio del Instituto Karolinska en Suecia,que arroja nueva luz sobre una cuestión clásica en psicología y neurociencia sobre cómo el cerebro combina la información procedente de los diferentes sentidos.
"A menudo consideramos las cosas que imaginamos y las cosas que percibimos como claramente disociables. Sin embargo, según una investigación, la imaginación de un sonido o una forma cambia la manera en que percibimos el mundo que nos rodea de la misma manera que cuando realmente escuchamos el sonido o consideramos una forma", dice Christopher Berger, el autor principal del estudio, publicado en la revista 'Current Biology'.
Experimentos con imaginación
Junto con sus colegas neurocientíficos, Berger realizó una serie de experimentos con 96 voluntarios sanos para analizar las ilusiones cuando la información sensorial de un sentido humano cambia o distorsiona la percepción del otro sentido.
En el primer experimento, los participantes tuvieron la ilusión de que dos objetos, dos discos, que se aproximan en aspa hasta el centro de la imagen y chocan, porque hay un sonido de la colisión. Mientras tanto, cuando se ve la imagen sin ningún sonido, se percibe que los objetos se separan y cada uno sigue su trayectoria.
En el segundo experimento, los científicos analizan la percepción espacial de los participantes, que experimentamos, por ejemplo, en el cine, cuando las imágenes las vemos en la pantalla, pero los sonidos provienen de lados, por eso necesitamos coordinar lo que vemos y lo que escuchamos. Para realizar el experimento, los participantes tenían que imaginar un círculo blanco, por ejemplo, en la pared. A veces los investigadores acompañaban las imágenes con un sonido que se asociaba con lo visto. Es curioso que cuando los voluntarios tenían que imaginar un círculo blanco, al tiempo que oían un sonido, percibieron el sonido como procedente de lugar donde imaginaban el disco.
El tercer experimento es una variación del famoso efecto de McGurk. La ilusión ocurre cuando el componente auditivo de un sonido se combina con el componente visual de otro sonido, que conduce a la percepción de un tercer sonido. Es decir, cuando una persona puede ver cómo habla el otro, esto influye e incluso cambia la forma como se percibe la información. Los investigadores suecos utilizaron el efecto de McGurk para medir las capacidades de la imaginación para influir en nuestra manera de percibir cosas que en realidad no existen. Los voluntarios escuchaban a una persona, pero lograron percibir algo distinto de lo que estaba diciendo en realidad, porque imaginaron un sonido diferente.
En el primer experimento, los participantes tuvieron la ilusión de que dos objetos, dos discos, que se aproximan en aspa hasta el centro de la imagen y chocan, porque hay un sonido de la colisión. Mientras tanto, cuando se ve la imagen sin ningún sonido, se percibe que los objetos se separan y cada uno sigue su trayectoria.
En el segundo experimento, los científicos analizan la percepción espacial de los participantes, que experimentamos, por ejemplo, en el cine, cuando las imágenes las vemos en la pantalla, pero los sonidos provienen de lados, por eso necesitamos coordinar lo que vemos y lo que escuchamos. Para realizar el experimento, los participantes tenían que imaginar un círculo blanco, por ejemplo, en la pared. A veces los investigadores acompañaban las imágenes con un sonido que se asociaba con lo visto. Es curioso que cuando los voluntarios tenían que imaginar un círculo blanco, al tiempo que oían un sonido, percibieron el sonido como procedente de lugar donde imaginaban el disco.
El tercer experimento es una variación del famoso efecto de McGurk. La ilusión ocurre cuando el componente auditivo de un sonido se combina con el componente visual de otro sonido, que conduce a la percepción de un tercer sonido. Es decir, cuando una persona puede ver cómo habla el otro, esto influye e incluso cambia la forma como se percibe la información. Los investigadores suecos utilizaron el efecto de McGurk para medir las capacidades de la imaginación para influir en nuestra manera de percibir cosas que en realidad no existen. Los voluntarios escuchaban a una persona, pero lograron percibir algo distinto de lo que estaba diciendo en realidad, porque imaginaron un sonido diferente.
¿Y para qué sirve?
De acuerdo con los científicos, los resultados del estudio pueden ser útiles en la comprensión de los mecanismos que impiden al cerebro a distinguir entre el pensamiento y la realidad. Estas cosas ocurren en ciertos trastornos psiquiátricos tales como la esquizofrenia. Otro ámbito de uso podría ser la investigación de las interfaces informáticas cerebrales, donde se utiliza la imaginación de las personas paralizadas par a controlar los dispositivos virtuales y artificiales.
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