Fuente: DW.
Decenas de miles de críticos del TLC que negocian la UE y EE.UU. protestan este sábado en Berlín. Los críticos temen que el acuerdo se firme a expensas de las normas ambientales.
Protesta contra TTIP en Friburgo.(18.04.2015)
"Nos preocupa que el TLC que negocian la UE y Estados Unidos, conocido como TTIP, obligue a bajar los estándares ambientales en Europa”, dice Karl Bär, del Instituto del Medio Ambiente de Münich, uno de los organizadores de la protesta.
Por su parte, los empresarios esperan que el TTIP impulse más el crecimiento y genere más empleo. TTIP es "un elemento importante para asegurar nuestra prosperidad y preservar el peso económico global de Europa", dice Félix Neugart, de la Federación de Cámaras Alemanas de Industria y Comercio (DIHK).
Los términos del esperado "paquete de promoción económica", llamado Asociación transatlántica de Comercio e Inversiones (TTIP), se negocian desde 2013 a puerta cerrada. Todos los documentos de las negociaciones han sido declarados por las autoridades de Estados Unidos como de “alto secreto”. Algunas propuestas de la UE se han filtrado empero a Internet o han sido publicadas, gracias a la presión de la Comisión Europea.
Más pesticidas en Estados Unidas
El objetivo declarado del acuerdo es “simplificar la cooperación reglamentaria”, o sea las normas de la UE y los EE.UU., escribe la Agencia alemana de Medio Ambiente. Procedimiento que implica riesgos para el medio ambiente en la Unión Europea, ya que “las exigencias podrían ablandarse poniendo en riesgo las propiedades de los productos”. A menudo, las normas medioambientales de la UE son más estrictas que las de Estados Unidos, especialmente en el sector químico. Un ejemplo: muchos pesticidas que se utilizan en los EE.UU. están prohibidos en la UE, ya que contienen sustancias cancerígenas.
¿Basura o forraje?
Protesta contra TTIP en Augsburgo.(18.04.2015)
Además, los niveles límite de sustancias peligrosas en alimentos son más bajos en Europa que en Estados Unidos. Otro ejemplo: en 2012 grandes cantidades de maíz destinadas para animales fueron contaminadas con el hongo aflatoxina micotoxina B1. Mientras en la UE este maíz hubiera tenido que ser desechado, en Estados Unidos fue utilizado como forraje, sin tener en cuenta las consecuencias ni para los animales ni para los consumidores de carne.
El Comisario de Comercio de la UE, Cecilia Malmström, defiende el TLC. “A la UE no entrará ningún producto que no cumpla con las normas de la UE, afirma. La Agencia Federal de Medio Ambiente propone “examinar sistemáticamente las áreas en las que las condiciones podrían resultar negativas o positivas para el medio ambiente”.
Otra piedra en el zapato
La planificada protección de la inversión puede convertirse en otro dolor de cabeza para los ambientalistas: las empresas podrían demandar a los Estados que pretendan endurecer las exigencias ambientales, después de la firma del TLC. Un caso del NAFTA muestra lo que puede suceder: un tribunal de arbitraje condenó en 1990 al estado mexicano a pagar 15,6 millones de dólares por daños y perjuicios por haberle negado a una empresa estadounidense la licencia para instalar un depósito de residuos tóxicos en territorio mexicano.
Decenas de miles de críticos del TLC que negocian la UE y EE.UU. protestan este sábado en Berlín. Los críticos temen que el acuerdo se firme a expensas de las normas ambientales.
Protesta contra TTIP en Friburgo.(18.04.2015)
"Nos preocupa que el TLC que negocian la UE y Estados Unidos, conocido como TTIP, obligue a bajar los estándares ambientales en Europa”, dice Karl Bär, del Instituto del Medio Ambiente de Münich, uno de los organizadores de la protesta.
Por su parte, los empresarios esperan que el TTIP impulse más el crecimiento y genere más empleo. TTIP es "un elemento importante para asegurar nuestra prosperidad y preservar el peso económico global de Europa", dice Félix Neugart, de la Federación de Cámaras Alemanas de Industria y Comercio (DIHK).
Los términos del esperado "paquete de promoción económica", llamado Asociación transatlántica de Comercio e Inversiones (TTIP), se negocian desde 2013 a puerta cerrada. Todos los documentos de las negociaciones han sido declarados por las autoridades de Estados Unidos como de “alto secreto”. Algunas propuestas de la UE se han filtrado empero a Internet o han sido publicadas, gracias a la presión de la Comisión Europea.
Más pesticidas en Estados Unidas
El objetivo declarado del acuerdo es “simplificar la cooperación reglamentaria”, o sea las normas de la UE y los EE.UU., escribe la Agencia alemana de Medio Ambiente. Procedimiento que implica riesgos para el medio ambiente en la Unión Europea, ya que “las exigencias podrían ablandarse poniendo en riesgo las propiedades de los productos”. A menudo, las normas medioambientales de la UE son más estrictas que las de Estados Unidos, especialmente en el sector químico. Un ejemplo: muchos pesticidas que se utilizan en los EE.UU. están prohibidos en la UE, ya que contienen sustancias cancerígenas.
¿Basura o forraje?
Protesta contra TTIP en Augsburgo.(18.04.2015)
Además, los niveles límite de sustancias peligrosas en alimentos son más bajos en Europa que en Estados Unidos. Otro ejemplo: en 2012 grandes cantidades de maíz destinadas para animales fueron contaminadas con el hongo aflatoxina micotoxina B1. Mientras en la UE este maíz hubiera tenido que ser desechado, en Estados Unidos fue utilizado como forraje, sin tener en cuenta las consecuencias ni para los animales ni para los consumidores de carne.
El Comisario de Comercio de la UE, Cecilia Malmström, defiende el TLC. “A la UE no entrará ningún producto que no cumpla con las normas de la UE, afirma. La Agencia Federal de Medio Ambiente propone “examinar sistemáticamente las áreas en las que las condiciones podrían resultar negativas o positivas para el medio ambiente”.
Otra piedra en el zapato
La planificada protección de la inversión puede convertirse en otro dolor de cabeza para los ambientalistas: las empresas podrían demandar a los Estados que pretendan endurecer las exigencias ambientales, después de la firma del TLC. Un caso del NAFTA muestra lo que puede suceder: un tribunal de arbitraje condenó en 1990 al estado mexicano a pagar 15,6 millones de dólares por daños y perjuicios por haberle negado a una empresa estadounidense la licencia para instalar un depósito de residuos tóxicos en territorio mexicano.
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