Los cambios normativos contemplan una decisión más rápida en cuanto a cuáles peticionarios tienen posibilidades reales de obtener asilo en Alemania. Pero este es solo uno de los aspectos implicados en el acuerdo.
Por primera vez desde 1993, el Bundestag acordó un paquete de reformas sustanciales a la ley alemana de asilo. “Queremos que las solicitudes sin posibilidad de ser aprobadas ni siquiera sean presentadas”, dijo el ministro germano del Interior, Thomas de Maizière, al justificar la serie de reformas. Ésta debe propiciar una decisión más rápida en cuanto a quiénes reciben asilo y quiénes no. Los peticionarios que no tengan derecho a obtener asilo deberán ser deportados más rápidamente, según la visión del ministro del Interior. En cambio, quienes cumplan las condiciones deben ser integrados mejor y más rápidamente a la sociedad alemana. Los puntos principales del paquete legislativo son los siguientes:
· Los refugiados deberán permanecer en instalaciones de ingreso inicial mientras se decide sobre su solicitud.
· Las solicitudes deben ser resueltas más rápidamente.
· La federación asumirá una mayor parte de los costos que las medidas causen a las comunas afectadas.
· Deberá evitarse toda motivación que aliente falsamente a solicitar asilo por motivos económicos en Alemania. Durante el proceso de decisión sobre cada solicitud, el apoyo brindado a los peticionarios deberá ser menos monetario y más en especie; por ejemplo, en la forma de alimentos o bonos para comprarlos.
· Macedonia, Albania y Kosovo serán declarados Estados seguros.
· En el futuro habrá dos categorías de refugiados. Los refugiados de Estados seguros tendrán menos apoyos que aquellos con perspectivas de permanecer en Alemania. Éstos últimos deberán recibir de manera más rápida cursos de alemán y de integración, además de que deberán poder trabajar legalmente más pronto. En cambio, los peticionarios de Estados seguros no obtendrán permiso de trabajo.
· Los solicitantes rechazados deberán ser deportados con mayor celeridad.
La canciller alemana durante su discurso en el Bundestag
Antes, la canciller Angela Merkel había defendido ante los legisladores su política de asilo. El Tratado de Dublín, según el cual los refugiados deben solicitar asilo en el primer país de entrada a la Unión Europea (UE), “no funciona en la práctica”, señaló. Alemania y Europa deben seguir ofreciendo ayuda a aquellos que realmente lo necesitan, dijo Merkel.
Críticas totales y parciales
Mientras Los Verdes se abstuvieron en la votación parlamentaria correspondiente, La Izquierda lanzó duras críticas al paquete de reformas. Unos y otros demandan una mayor apertura en la política alemana de asilo. “Actualmente presenciamos un flagrante fracaso del Estado”, dijo la recién nombrada jefa de fracción de La Izquierda, Sahra Wagenknecht, en referencia a los problemas económicos de las comunas para alojar y dar sustento a los refugiados. Los Verdes, con su abstención, manifestaron que solo apoyan algunas partes de la nueva política alemana de asilo.
Pero quizá la réplica más dura vino de sus socios políticos de la Unión Cristiana Social, de Baviera. El antiguo ministro del Interior, Hans-Peter Friedrich, demandó “restablecer la integridad territorial de Alemania y de Europa”.
Por primera vez desde 1993, el Bundestag acordó un paquete de reformas sustanciales a la ley alemana de asilo. “Queremos que las solicitudes sin posibilidad de ser aprobadas ni siquiera sean presentadas”, dijo el ministro germano del Interior, Thomas de Maizière, al justificar la serie de reformas. Ésta debe propiciar una decisión más rápida en cuanto a quiénes reciben asilo y quiénes no. Los peticionarios que no tengan derecho a obtener asilo deberán ser deportados más rápidamente, según la visión del ministro del Interior. En cambio, quienes cumplan las condiciones deben ser integrados mejor y más rápidamente a la sociedad alemana. Los puntos principales del paquete legislativo son los siguientes:
· Los refugiados deberán permanecer en instalaciones de ingreso inicial mientras se decide sobre su solicitud.
· Las solicitudes deben ser resueltas más rápidamente.
· La federación asumirá una mayor parte de los costos que las medidas causen a las comunas afectadas.
· Deberá evitarse toda motivación que aliente falsamente a solicitar asilo por motivos económicos en Alemania. Durante el proceso de decisión sobre cada solicitud, el apoyo brindado a los peticionarios deberá ser menos monetario y más en especie; por ejemplo, en la forma de alimentos o bonos para comprarlos.
· Macedonia, Albania y Kosovo serán declarados Estados seguros.
· En el futuro habrá dos categorías de refugiados. Los refugiados de Estados seguros tendrán menos apoyos que aquellos con perspectivas de permanecer en Alemania. Éstos últimos deberán recibir de manera más rápida cursos de alemán y de integración, además de que deberán poder trabajar legalmente más pronto. En cambio, los peticionarios de Estados seguros no obtendrán permiso de trabajo.
· Los solicitantes rechazados deberán ser deportados con mayor celeridad.
La canciller alemana durante su discurso en el Bundestag
Antes, la canciller Angela Merkel había defendido ante los legisladores su política de asilo. El Tratado de Dublín, según el cual los refugiados deben solicitar asilo en el primer país de entrada a la Unión Europea (UE), “no funciona en la práctica”, señaló. Alemania y Europa deben seguir ofreciendo ayuda a aquellos que realmente lo necesitan, dijo Merkel.
Críticas totales y parciales
Mientras Los Verdes se abstuvieron en la votación parlamentaria correspondiente, La Izquierda lanzó duras críticas al paquete de reformas. Unos y otros demandan una mayor apertura en la política alemana de asilo. “Actualmente presenciamos un flagrante fracaso del Estado”, dijo la recién nombrada jefa de fracción de La Izquierda, Sahra Wagenknecht, en referencia a los problemas económicos de las comunas para alojar y dar sustento a los refugiados. Los Verdes, con su abstención, manifestaron que solo apoyan algunas partes de la nueva política alemana de asilo.
Pero quizá la réplica más dura vino de sus socios políticos de la Unión Cristiana Social, de Baviera. El antiguo ministro del Interior, Hans-Peter Friedrich, demandó “restablecer la integridad territorial de Alemania y de Europa”.
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