Fuente: La Izquierda Diario.
En un día cargado de hechos inéditos, el Senado Federal votó por mayoría, 59 votos a 13, mantener tras las rejas al líder del gobierno de Dilma, Delcidio do Amaral (PT de Mato Grosso do Sul). Es un privilegio de los parlamentarios que solo pueden ser detenidos mediante un mandato del Superior Tribunal Federal, confirmado por la Cámara. Es decir, “mejores” que el resto de los brasileros, solo pueden ser juzgados por “sus pares”. La votación, los argumentos sobre la prisión, son muy reveladores de varias cuestiones que vienen rondando la política nacional, y podría ser un punto de inflexión.
Por la corrupción, con los empresarios el tránsito entre los poderes y fronteras es fluido
Delcidio fue preso cuando se dieron a conocer grabaciones que lo involucraban a él, al hijo del ex director internacional de Petrobras Nestor Ceveró, al abogado de este último y el banquero del BTG, Pactual Esteves. En un audio, articulaban un “mensalinho” -coimas mensuales pequeñas con respecto a las del escándalo del 2005, conocido como “mensalão”- de 50 mil reales para que Ceveró no acordara una delación premiada y también planificaban cómo obtener un habeas corpus para el ex director, y cómo hacerlo escapar del país. En los audios, Delcidio dice cómo puede “conversar” con varios ministros del STF y sobre los que ya tendría influencia.
El tráfico de influencias de este petista privatizador, de larga trayectoria en el PSDB, se hizo explícito en los audios. También en las tantas declaraciones de senadores de todos los partidos, que mostraban pesar por votar contra este hábil y “amable” político. Tráfico intenso con el STF, con los partidos, así como su socio Esteves con la Policía Federal y la justicia de Paraná, quien fue preso con una copia de la delación premiada de Ceveró, aun no promulgada por el STF y por lo tanto bajo absoluto sigilo judicial.
En defensa de su espacio de poder, de su institución, la segunda línea del STF votó en unanimidad por la prisión de Delcidio, decretada antes por Teori Zavacki, uno de los ministros más citados en el audio. Para mantener el aura de “poder limpio”, todos decretaron la prisión preventiva, aparentemente, de un amigo íntimo que fue atrapado en flagrante hablando demasiado. Diciendo lo que todos saben que pasa, un intenso tráfico pecuniario, de conversaciones, favores, entre los diversos ministros del STF, parlamentarios, miembros del ejecutivo y empresarios. Cuando el asunto es negocios, no hay fronteras entre los poderes y ni siquiera fronteras nacionales. En nombre de vender una ilusión de “orden y moralidad”, el STF y el Senado votaron por mantener una prisión que muchos senadores calificaron de ilegal.
Conflicto entre los poderes, ilegalidad e inmoralidad en una república de los ricos
Presidiendo el Senado, Renan Calheiros, también citado en la operación Lava-jato, argumentó que el STF había faltado el respeto al Senado por decretar la invasión de sus dependencias para buscar y aprehender en el gabinete de Delcidio, así como que no habría bases jurídicas para dicha prisión una vez que el crimen del que habría sido acusado no sería inafianzable, ni sería flagrante (váyase a saber qué entiende por flagrante este notorio corrupto).
Esta tesis, jurídicamente hablando, podría tener una base de realidad. Lo que ocurrió hoy se trata de un hecho igualmente histórico. A excepción de la dictadura militar, no hay noticias de fuerzas policiales entrando a un área restringida de la casa legislativa. Sin embargo, tampoco deja de llamar la atención cómo este “resguardo institucional” de Renan, que fue acompañado de iguales comentarios de senadores del PT como Humberto Costa, de Cristovam Buarque del PDB y muchos otros, suenan como una utilización interesada de la "separación de poderes" en nombre de la impunidad, de la corrupción y en causa propia de corruptos y corruptores.
El PT fue contestado por innumerables diputados que siguieron la denuncia de Renan por la "cobardía" de la nota del presidente de la sigla, Rui Falcão, que no defiende a un parlamentario que fue crucial para pasar una serie de medidas caras a la gobernabilidad de Dilma. Los senadores, a diferencia del presidente del partido, defendieron discursivamente a Delcidio, aun que no tan enfáticamente en los votos. Gracias a Delcidio, muchos argumentaron que fueron posibles los ajustes, es decir, su habilidad nos garantizó a los trabajadores ser quienes paguemos la cuenta de la crisis.
Lo inédito de la acción puso a diversos parlamentarios "con la barba en remojo" y el presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, también citado en la operación Lava-jato, junto a decenas de diputados y senadores, mandó suspender la sesión de la Cámara. Muchos diputados fueron al Senado y asistieron a la sesión, por interés político, de la "separación de poderes", y por qué no, también en causa propia: si el todopoderoso, afable, de intenso tráfico empresarial y judicial, Delcidio, puede ser preso en ejercicio de su mandato, una nueva espada de Damocles sobrevuela la cabeza de todos. De Cunha más que de nadie.
En medio a interminables escándalos de corrupción, la decisión de hoy con todo el argumento jurídico de Costa del PT y Renan del PMDB -argumentación que fue saludada por muchos que votaron por la prisión pero argumentaban que había que "seguir la opinión pública"- ponen en evidencia cómo en un lado y en otro de las votaciones del parlamento brasilero, a cada dos por tres se encuentra legalidad e ilegalidad pero nunca moralidad, en una república de los ricos y para los ricos. Están todos en un mostrador de negocios de corrupción, cargos y conchavos políticos donde la convicción es lo que menos importa, sea para condenar o inculpar.
En un día en el que ocurrió la prisión de un líder del gobierno, eminente petista, es interesante notar que estuvo totalmente ausente de los análisis, declaraciones y aparentemente preocupaciones de todos los políticos una palabra que no desaparece del noticiero político: impeachment. Frente a la crisis de semejante envergadura, con el Senado invadido por la policía, un senador en ejercicio preso, parece que la principal preocupación de todos los parlamentarios era no perder electorado y reflexionar sobre la crisis en el régimen que este precedente puede abrir. Ya no se sienten seguros. ¿Habrá devolución contra el STF? En defensa propia, ¿qué podrán hacer Renan, Aloysio Nunes y tantos otros denunciados en todo el arco político brasilero?
La prisión de hoy y el voto, a disgusto, de muchos por mantener a Delcidio preso puede ser la apertura de una nueva fase, no solo en la operación Lava-Jato sino en la crisis política en el país, con implicancias todavía desconocidas de cómo afectarán al PT, Dilma o Lula y la continuidad de la política de "desangre" contra ellos, con miras a las elecciones de 2016 y 2018. Además, los nuevos hechos de hoy con su amenaza sobre todos los parlamentarios, también prometen echar leña en una fogata donde todos tienen combustible que agregar en delaciones premiadas, Comisiones Parlamentarias de Investigación (CPI) y otros esquemas que pueden no redundar en cárceles y condenas efectivas pero que van aumentando cotidianamente la percepción popular de que se trata de un parlamento ilegítimo, lleno de ladrones, lleno de privilegios pecuniarios y de impunidad. También aumentan el riesgo de que la crisis política suba de tono, no solo de crisis de gobierno sino como una posibilidad concreta de que tome contornos de crisis del régimen por las relaciones sacudidas entre ejecutivo y legislativo y ahora legislativo y judiciario.
Junto con esto, la brecha entre "representantes" y "representados" se ensancha. sobre esta base de politización, lecciones y debates se van desarrollando en todos los lugares de trabajo. Pueden abrirse brechas para la entrada en escena de la clase trabajadora. Temiendo esto es que, con el "corazón amargado", varios votaron por la prisión de Delcidio, con declaraciones temerosas de sus electores, muchos corrieron hacia un voto contra el "socio", intentando ofrecer una cara de honestidad a una casa notable por los desfalcos al erario público. Cómo este factor puede aparecer en medio de la continuidad y profundización de la crisis económica y crisis política es un factor más de las incertidumbres de un día inédito, lleno de lodo para los de arriba. Hoy el mayor afectado es el PT, pero el tono cuidadoso de cada opositor tucano (PSDB), del DEM y otros partidos en el senado, muestra el temor de toda una casta política ajena y contraria a los intereses de los trabajadores, una casta temerosa de sus acciones y de quienes están al acecho, con denunciase intentos de quitarles votos o en el mucho más peligroso terreno de la lucha de clases que puede despertar la politización.
En un día cargado de hechos inéditos, el Senado Federal votó por mayoría, 59 votos a 13, mantener tras las rejas al líder del gobierno de Dilma, Delcidio do Amaral (PT de Mato Grosso do Sul). Es un privilegio de los parlamentarios que solo pueden ser detenidos mediante un mandato del Superior Tribunal Federal, confirmado por la Cámara. Es decir, “mejores” que el resto de los brasileros, solo pueden ser juzgados por “sus pares”. La votación, los argumentos sobre la prisión, son muy reveladores de varias cuestiones que vienen rondando la política nacional, y podría ser un punto de inflexión.
Por la corrupción, con los empresarios el tránsito entre los poderes y fronteras es fluido
Delcidio fue preso cuando se dieron a conocer grabaciones que lo involucraban a él, al hijo del ex director internacional de Petrobras Nestor Ceveró, al abogado de este último y el banquero del BTG, Pactual Esteves. En un audio, articulaban un “mensalinho” -coimas mensuales pequeñas con respecto a las del escándalo del 2005, conocido como “mensalão”- de 50 mil reales para que Ceveró no acordara una delación premiada y también planificaban cómo obtener un habeas corpus para el ex director, y cómo hacerlo escapar del país. En los audios, Delcidio dice cómo puede “conversar” con varios ministros del STF y sobre los que ya tendría influencia.
El tráfico de influencias de este petista privatizador, de larga trayectoria en el PSDB, se hizo explícito en los audios. También en las tantas declaraciones de senadores de todos los partidos, que mostraban pesar por votar contra este hábil y “amable” político. Tráfico intenso con el STF, con los partidos, así como su socio Esteves con la Policía Federal y la justicia de Paraná, quien fue preso con una copia de la delación premiada de Ceveró, aun no promulgada por el STF y por lo tanto bajo absoluto sigilo judicial.
En defensa de su espacio de poder, de su institución, la segunda línea del STF votó en unanimidad por la prisión de Delcidio, decretada antes por Teori Zavacki, uno de los ministros más citados en el audio. Para mantener el aura de “poder limpio”, todos decretaron la prisión preventiva, aparentemente, de un amigo íntimo que fue atrapado en flagrante hablando demasiado. Diciendo lo que todos saben que pasa, un intenso tráfico pecuniario, de conversaciones, favores, entre los diversos ministros del STF, parlamentarios, miembros del ejecutivo y empresarios. Cuando el asunto es negocios, no hay fronteras entre los poderes y ni siquiera fronteras nacionales. En nombre de vender una ilusión de “orden y moralidad”, el STF y el Senado votaron por mantener una prisión que muchos senadores calificaron de ilegal.
Conflicto entre los poderes, ilegalidad e inmoralidad en una república de los ricos
Presidiendo el Senado, Renan Calheiros, también citado en la operación Lava-jato, argumentó que el STF había faltado el respeto al Senado por decretar la invasión de sus dependencias para buscar y aprehender en el gabinete de Delcidio, así como que no habría bases jurídicas para dicha prisión una vez que el crimen del que habría sido acusado no sería inafianzable, ni sería flagrante (váyase a saber qué entiende por flagrante este notorio corrupto).
Esta tesis, jurídicamente hablando, podría tener una base de realidad. Lo que ocurrió hoy se trata de un hecho igualmente histórico. A excepción de la dictadura militar, no hay noticias de fuerzas policiales entrando a un área restringida de la casa legislativa. Sin embargo, tampoco deja de llamar la atención cómo este “resguardo institucional” de Renan, que fue acompañado de iguales comentarios de senadores del PT como Humberto Costa, de Cristovam Buarque del PDB y muchos otros, suenan como una utilización interesada de la "separación de poderes" en nombre de la impunidad, de la corrupción y en causa propia de corruptos y corruptores.
El PT fue contestado por innumerables diputados que siguieron la denuncia de Renan por la "cobardía" de la nota del presidente de la sigla, Rui Falcão, que no defiende a un parlamentario que fue crucial para pasar una serie de medidas caras a la gobernabilidad de Dilma. Los senadores, a diferencia del presidente del partido, defendieron discursivamente a Delcidio, aun que no tan enfáticamente en los votos. Gracias a Delcidio, muchos argumentaron que fueron posibles los ajustes, es decir, su habilidad nos garantizó a los trabajadores ser quienes paguemos la cuenta de la crisis.
Lo inédito de la acción puso a diversos parlamentarios "con la barba en remojo" y el presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, también citado en la operación Lava-jato, junto a decenas de diputados y senadores, mandó suspender la sesión de la Cámara. Muchos diputados fueron al Senado y asistieron a la sesión, por interés político, de la "separación de poderes", y por qué no, también en causa propia: si el todopoderoso, afable, de intenso tráfico empresarial y judicial, Delcidio, puede ser preso en ejercicio de su mandato, una nueva espada de Damocles sobrevuela la cabeza de todos. De Cunha más que de nadie.
En medio a interminables escándalos de corrupción, la decisión de hoy con todo el argumento jurídico de Costa del PT y Renan del PMDB -argumentación que fue saludada por muchos que votaron por la prisión pero argumentaban que había que "seguir la opinión pública"- ponen en evidencia cómo en un lado y en otro de las votaciones del parlamento brasilero, a cada dos por tres se encuentra legalidad e ilegalidad pero nunca moralidad, en una república de los ricos y para los ricos. Están todos en un mostrador de negocios de corrupción, cargos y conchavos políticos donde la convicción es lo que menos importa, sea para condenar o inculpar.
En un día en el que ocurrió la prisión de un líder del gobierno, eminente petista, es interesante notar que estuvo totalmente ausente de los análisis, declaraciones y aparentemente preocupaciones de todos los políticos una palabra que no desaparece del noticiero político: impeachment. Frente a la crisis de semejante envergadura, con el Senado invadido por la policía, un senador en ejercicio preso, parece que la principal preocupación de todos los parlamentarios era no perder electorado y reflexionar sobre la crisis en el régimen que este precedente puede abrir. Ya no se sienten seguros. ¿Habrá devolución contra el STF? En defensa propia, ¿qué podrán hacer Renan, Aloysio Nunes y tantos otros denunciados en todo el arco político brasilero?
La prisión de hoy y el voto, a disgusto, de muchos por mantener a Delcidio preso puede ser la apertura de una nueva fase, no solo en la operación Lava-Jato sino en la crisis política en el país, con implicancias todavía desconocidas de cómo afectarán al PT, Dilma o Lula y la continuidad de la política de "desangre" contra ellos, con miras a las elecciones de 2016 y 2018. Además, los nuevos hechos de hoy con su amenaza sobre todos los parlamentarios, también prometen echar leña en una fogata donde todos tienen combustible que agregar en delaciones premiadas, Comisiones Parlamentarias de Investigación (CPI) y otros esquemas que pueden no redundar en cárceles y condenas efectivas pero que van aumentando cotidianamente la percepción popular de que se trata de un parlamento ilegítimo, lleno de ladrones, lleno de privilegios pecuniarios y de impunidad. También aumentan el riesgo de que la crisis política suba de tono, no solo de crisis de gobierno sino como una posibilidad concreta de que tome contornos de crisis del régimen por las relaciones sacudidas entre ejecutivo y legislativo y ahora legislativo y judiciario.
Junto con esto, la brecha entre "representantes" y "representados" se ensancha. sobre esta base de politización, lecciones y debates se van desarrollando en todos los lugares de trabajo. Pueden abrirse brechas para la entrada en escena de la clase trabajadora. Temiendo esto es que, con el "corazón amargado", varios votaron por la prisión de Delcidio, con declaraciones temerosas de sus electores, muchos corrieron hacia un voto contra el "socio", intentando ofrecer una cara de honestidad a una casa notable por los desfalcos al erario público. Cómo este factor puede aparecer en medio de la continuidad y profundización de la crisis económica y crisis política es un factor más de las incertidumbres de un día inédito, lleno de lodo para los de arriba. Hoy el mayor afectado es el PT, pero el tono cuidadoso de cada opositor tucano (PSDB), del DEM y otros partidos en el senado, muestra el temor de toda una casta política ajena y contraria a los intereses de los trabajadores, una casta temerosa de sus acciones y de quienes están al acecho, con denunciase intentos de quitarles votos o en el mucho más peligroso terreno de la lucha de clases que puede despertar la politización.
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