Fuente: ANDES.
Quito, 22 nov (Andes).- El cambio climático está afectando a todo el mundo y Ecuador no es la excepción pues varias comunidades ya siente sus efectos, lo que ha modificado su forma de vivir y les ha obligado a adaptarse a las transformaciones del clima.
En la comunidad “La Esperanza”, en el norte de la provincia de Pichincha, los habitantes que se dedican fundamentalmente a la agricultura, han sufrido en los últimos años los efectos de la sequía que ha puesto en riesgo su supervivencia.
Susana Coser, pobladora de la localidad, dijo a Andes que la falta de lluvias impide que puedan sembrar los alimentos de consumo familiar y esto sumado a las heladas por la bajas temperaturas en las noches generan un gran problema de alimentación y nutrición.
En la zona, la población se dedica sobre todo al cultivo de hortalizas, maíz, papas, frejol, habas, alfalfa, pero viven en una constante incertidumbre pues los calendarios de lluvia y sequía ya no coinciden.
“El cambio es terrible. Durante meses no ha no llovido y hace dos días cayó una granizada terrible, relató Susana.
Su hermana, Fabiola aseguró a Andes que a pesar de los problemas no se pueden rendir pues deben asegurar sus sustento diario. “La agricultura es nuestro sustento. Caiga helada, granizadas, viento fuerte o sequía sembramos. Somos persistentes porque es nuestro sustento y el de nuestra familia”.
Apoyo estatal para la adaptación climática
Luego de un estudio del impacto climático en varias zonas del país, el Ministerio de Ambiente (MAE) detectó en esta zona del norte de Pichincha el problema de las sequías, por lo que diseñó el proyecto Foreccsa (fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades ante los efectos del cambio del clima), iniciativa que pone énfasis en la seguridad alimentaria.
Este proyecto tiene como objetivo que “las comunidades estén en capacidad de recuperarse de los impactos del cambio climático”, explicó Javier Rojas, gerente de Foreccsa.
El proyecto que se ejecuta en 39 parroquias de las provincias de Loja, Azuay y El Oro, en el sur del país y 11 en Pichincha “busca precautelar la producción de alimentos que tiene efecto directo en la nutrición”, señaló el funcionario.
Diego Guzmán director de Adaptación al Cambio Climático del MAE aseguró que este proyecto se enmarca en una estrategia nacional para hacer frente a los cambios del clima que afectan al país andino.
Como parte de esta iniciativa, Foreccsa ha permitido en estas comunidades afectadas por las sequías el desarrollo del proyecto de aseguramiento del agua de riego con la construcción de reservorios para el acceso comunitario al líquido como afirmó Tania Terán, coordinadora del proyecto en Pichincha.
La funcionaria destacó que para el funcionamiento del proyecto ha sido fundamental el sistema de cogestión comunitario, es decir un compromiso para que los miembros de la comunidad trabajen en el desarrollo y cuidado de los reservorios de agua.
Néstor Nepas habitante de la zona, resaltó el trabajo comprometido de las mujeres en las mingas comunitarias como en los reservorios del agua.
Con la implementación del proyecto Foreccsa, las autoridades buscan proveer a la población de herramientas para superar las pérdidas de cosechas y la disminución de fuentes de agua. Por medio de la adaptación a prácticas de cultivo y crianza en el marco de las nuevas condiciones del clima, el almacenamiento y uso adecuado del líquido vital, la conservación de bosques y páramos.
“el cambio climático se le está viviendo y es necesario hacerle frente”, concluyó Rojas.
En la comunidad “La Esperanza”, en el norte de la provincia de Pichincha, los habitantes que se dedican fundamentalmente a la agricultura, han sufrido en los últimos años los efectos de la sequía que ha puesto en riesgo su supervivencia.
Susana Coser, pobladora de la localidad, dijo a Andes que la falta de lluvias impide que puedan sembrar los alimentos de consumo familiar y esto sumado a las heladas por la bajas temperaturas en las noches generan un gran problema de alimentación y nutrición.
En la zona, la población se dedica sobre todo al cultivo de hortalizas, maíz, papas, frejol, habas, alfalfa, pero viven en una constante incertidumbre pues los calendarios de lluvia y sequía ya no coinciden.
“El cambio es terrible. Durante meses no ha no llovido y hace dos días cayó una granizada terrible, relató Susana.
Su hermana, Fabiola aseguró a Andes que a pesar de los problemas no se pueden rendir pues deben asegurar sus sustento diario. “La agricultura es nuestro sustento. Caiga helada, granizadas, viento fuerte o sequía sembramos. Somos persistentes porque es nuestro sustento y el de nuestra familia”.
Apoyo estatal para la adaptación climática
Luego de un estudio del impacto climático en varias zonas del país, el Ministerio de Ambiente (MAE) detectó en esta zona del norte de Pichincha el problema de las sequías, por lo que diseñó el proyecto Foreccsa (fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades ante los efectos del cambio del clima), iniciativa que pone énfasis en la seguridad alimentaria.
Este proyecto tiene como objetivo que “las comunidades estén en capacidad de recuperarse de los impactos del cambio climático”, explicó Javier Rojas, gerente de Foreccsa.
El proyecto que se ejecuta en 39 parroquias de las provincias de Loja, Azuay y El Oro, en el sur del país y 11 en Pichincha “busca precautelar la producción de alimentos que tiene efecto directo en la nutrición”, señaló el funcionario.
Diego Guzmán director de Adaptación al Cambio Climático del MAE aseguró que este proyecto se enmarca en una estrategia nacional para hacer frente a los cambios del clima que afectan al país andino.
Como parte de esta iniciativa, Foreccsa ha permitido en estas comunidades afectadas por las sequías el desarrollo del proyecto de aseguramiento del agua de riego con la construcción de reservorios para el acceso comunitario al líquido como afirmó Tania Terán, coordinadora del proyecto en Pichincha.
La funcionaria destacó que para el funcionamiento del proyecto ha sido fundamental el sistema de cogestión comunitario, es decir un compromiso para que los miembros de la comunidad trabajen en el desarrollo y cuidado de los reservorios de agua.
Néstor Nepas habitante de la zona, resaltó el trabajo comprometido de las mujeres en las mingas comunitarias como en los reservorios del agua.
Con la implementación del proyecto Foreccsa, las autoridades buscan proveer a la población de herramientas para superar las pérdidas de cosechas y la disminución de fuentes de agua. Por medio de la adaptación a prácticas de cultivo y crianza en el marco de las nuevas condiciones del clima, el almacenamiento y uso adecuado del líquido vital, la conservación de bosques y páramos.
“el cambio climático se le está viviendo y es necesario hacerle frente”, concluyó Rojas.
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