Fuente: DW, EFE, Reuters.
El primer ministro eliminó ocho ministerios y suprimió tres puestos de viceprimer ministro, en un intento por satisfacer las demandas de la ciudadanía.
Las protestas de miles de ciudadanos en Irak, que exigen que el gobierno luche de forma decidida contra la corrupción y controle el exceso de gastos, parecen rendir frutos. En menos de una semana, el primer ministro Haidar al Abadi ha anunciado dos veces distintas medidas para reducir los gastos del Ejecutivo. Este domingo (16.08.2015) hizo público un decreto para reducir once cargos ministeriales.
La medida incluye la desaparición de ocho ministerios y la supresión de los tres puestos de viceprimer ministro, pasando de los actuales 33 miembros del gabinete a 22. Las carteras que desaparecen son la de Estado para Asuntos de la Mujer, la de Derechos Humanos, la de la Secretaría de Estado y la de Estado para Asuntos Provinciales y Parlamentarios. Otros cuatro ministerios se fusionarán.
El pasado 11 de agosto, el Parlamento iraquí aprobó una serie de reformas tras numerosas muestras de descontento popular por la corrupción, falta de servicios básicos e ineficacia de los dirigentes políticos, y después de que la máxima autoridad religiosa chiita de Irak instara a Al Abadi a introducir reformas “valientes”. Según las autoridades, la reducción de las carteras busca ahorrar y fomentar la eficiencia administrativa, así como luchar contra las cuotas sectarias y la designación de cargos por razones de credo o filiación política.
Castigo por caída de ciudades
Las reformas del premier Al Abadi se producen horas después de que aprobara la comparecencia de comandantes de la Armada ante un tribunal militar por la caída de la ciudad de Ramadi en manos del Estado Islámico (EI) hace tres meses. Según las investigaciones, los comandantes violaron instrucciones y abandonaron sus posiciones en la localidad. Aún se desconoce cuándo se dará inicio al juicio.
En tanto, una comisión de investigación creada por el Parlamento iraquí señaló este domingo al exprimer ministro Nuri al Maliki como el principal responsable de la caída de la ciudad de Mosul en manos del mismo grupo radical en junio de 2014. El informe también pone en entredicho la labor de otros 30 responsables, entre ellos líderes militares y políticos, como el exgobernador de Nínive Azil al Nuyaifi. Para todos ellos piden un juicio.
En una rueda de prensa, el presidente de esta comisión, Hakem al Zamili, explicó que “la caída de Mosul permitió que se cometieran crímenes nunca vistos en la historia por parte de bandas terroristas, que causaron estragos en el país y mataron a sus gentes”. Puso como ejemplo de las aberraciones cometidas el cautiverio de miles de mujeres, al asesinato de decenas de miles de civiles y, entre otras, a la masacre de Spiker, en la que los extremistas mataron a centenares de efectivos de las fuerzas de seguridad iraquíes en junio de 2014.
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