Fuente sinembargo.mx
Ciudad de México, 17 de agosto (SinEmbargo).– México es el tercer país con mayor mayor diversidad de especies de flora y fauna en el mundo, cuestión que le vale el título de “megadiverso”. Posee alrededor de un 70 por ciento de la diversidad mundial de animales y plantas pero, de acuerdo a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), al menos dos mil 600 están en riesgo.
En el caso de la fauna, de acuerdo con la norma mexicana que enlista a especies en riesgo hay 49 extintas, 896 amenazadas, 1185 sujetas a protección especial y 475 en peligro de extinción. Aquí te presentamos cinco ejemplos de animales que sólo se distribuyen en territorio mexicano y que, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se encuentran en Peligro Crítico de Extinción, es decir, tan sólo una categoría antes de ser declaradas extintas.
Foto: Shutterstock
El Ajolote mexicano (Ambystoma mexicanum) es sólo una de las 15 variedades de ambystoma endémicas de México. El mexicanum es propio del centro del país, particularmente del sur del Distrito Federal y humedales en vecinos en Xochimilco, Texcoco y Chalco. Es una especie nativa del antiguo sistema de canales de agua y lagos de la capital.
De acuerdo con la UICN, su población se ha reducido debido a la desecación y contaminación del sistema de canales y lagos, como resultado de la comercialización, por consumo tradicional de la especie en la población local y porque se ha visto obligada a competir con especies invasoras en sus hábitats.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha impulsado diferentes programas para la conservación del ajolote mexicano en los que se reproducen en diferentes Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) y Predios e Instalaciones que Manejan Vida Silvestre de forma confinada (PIMVS). A los esfuerzos de conservación se han unido estudiantes, comunidades y académicos.
Foto: Greenpeace.
Es el cetáceo más pequeño del mundo y es endémico del Alto Golfo de California. A finales del año pasado, algunas organizaciones alertaron que quedaban menos de 100 ejemplares y que la especie podría extinguirse antes del 2020.
Aunque desde el 2005 el Gobierno mexicano estableció un área de refugio a fin de permitir y fomentar la recuperación de la población de la vaquita, un informe de este años del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), de la Semarnat, indica que quedan tan sólo 50.
La principal amenaza de la especie es la pesca del pez totoaba –también en peligro crítico de extinción– para ser utilizado como alimento y fines medicinales, principalmente en mercados chinos. El cetáceo queda atrapado entre las redes utilizadas para ese fin, y muere, incapaz de volver a la superficie a tomar aire.
En mayo, Greenpeace instó al gobierno de Hong Kong a detener la pesca y tráfico ilegal de la especie y a implementar medidas de conservación que impliquen trabajo en conjunto de México, Estados Unidos y China pues la vaquita marina ya se ha convertido en una de las especies con mayor peligro de desaparecer del planeta según la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Diversas organizaciones se han cuestionado el papel del Gobierno en la protección de la especie, pero también se han sumado al esfuerzo. La campaña de Greenpeace, es un ejemplo.
Foto: Wikipedia
Es una subespecie de los Canis lupus baileyi, que, de acuerdo con un artículo publicado por Oscar Moctezuma en la revista Especies, alguna vez habitó en los actuales estados de norteamericanos de Arizona, Nuevo México y Texas, hasta el norte del estado de Oaxaca y centro de Veracruz.
Esta especie desapareció de la vida silvestre hace más de 35 años, a partir de entonces, todos los ejemplares vivientes habían estado en cautiverio en Estados Unidos y México. Pero en la actualidad, en Arizona, Nuevo México y México hay 83 ejemplares libres y alrededor de 250 en cautiverio.
Ha pasado apenas un año del nacimiento de la primera camada de lobos mexicanos en su hábitat natural y, por esto, especialistas dicen que se requieren mayores esfuerzos para aumentar la población.
Coqueta de Atoyac, la especie más amenazada de los colibríes endémicos de México. Foto: eol.org
Es una de las 7 especies endémicas de colibrí que se encuentran amenazadas. Se distribuye en la Sierra de Atoyac de Álvarez, en el estado de Guerrero, en bosques de encino, pino-encino y bosque nublados. De acuerdo con la UICN, esta ave se habita en un rango extremadamente pequeño, y se estima que su población es de entre 250 y 999 individuos maduros, pero el número va decreciendo.
Está amenazado porque su hábitat ha sido talado para cultivos de maíz, café y fruta. Entre los esfuerzos para conservarlo se encuentra un proyecto financiado por el Fondo de Conservación Mundial de Disney que se desarrolló entre 2010-2011 con el objetivo de determinar los requisitos de estado y de hábitat, y para planificar y construir la capacidad local para su conservación, indica la UICN.
Foto: Laberinto en extinción, blog.
La Isla se encuentra en el Golfo de California y la especie se distribuye en un lugar altamente restringido según la UICN. La organización también indica que la reciente presencia de gatos salvajes, la persecución para el comercio ilegal, el asesinato por los encuentros ocasionales con los visitantes de la isla y la basura dejada por ellos; ha causado su vulnerabilidad, pues el 70 por ciento de su dieta se compone de las únicas especies de roedores en la isla, todos clasificados también En Peligro Crítico.
*
Aquí enlistamos cinco especies pero muchas otras como la iguana, diversas variedades de tuzas, ratones, ranas, salamandras y peces se encuentran en la última categoría de la UICN antes de declararse extintas. Son diversas las razones que los llevan a encontrarse en esta situación y protegerlas implica un gran reto para el México, que incluye la exigencia y participación de los ciudadanos para el desarrollo de políticas efectivas de conservación.
agosto 17, 2015 - 00:00h
Ciudad de México, 17 de agosto (SinEmbargo).– México es el tercer país con mayor mayor diversidad de especies de flora y fauna en el mundo, cuestión que le vale el título de “megadiverso”. Posee alrededor de un 70 por ciento de la diversidad mundial de animales y plantas pero, de acuerdo a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), al menos dos mil 600 están en riesgo.
En el caso de la fauna, de acuerdo con la norma mexicana que enlista a especies en riesgo hay 49 extintas, 896 amenazadas, 1185 sujetas a protección especial y 475 en peligro de extinción. Aquí te presentamos cinco ejemplos de animales que sólo se distribuyen en territorio mexicano y que, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se encuentran en Peligro Crítico de Extinción, es decir, tan sólo una categoría antes de ser declaradas extintas.
AJOLOTE MEXICANO
Foto: Shutterstock
El Ajolote mexicano (Ambystoma mexicanum) es sólo una de las 15 variedades de ambystoma endémicas de México. El mexicanum es propio del centro del país, particularmente del sur del Distrito Federal y humedales en vecinos en Xochimilco, Texcoco y Chalco. Es una especie nativa del antiguo sistema de canales de agua y lagos de la capital.
De acuerdo con la UICN, su población se ha reducido debido a la desecación y contaminación del sistema de canales y lagos, como resultado de la comercialización, por consumo tradicional de la especie en la población local y porque se ha visto obligada a competir con especies invasoras en sus hábitats.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha impulsado diferentes programas para la conservación del ajolote mexicano en los que se reproducen en diferentes Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) y Predios e Instalaciones que Manejan Vida Silvestre de forma confinada (PIMVS). A los esfuerzos de conservación se han unido estudiantes, comunidades y académicos.
VAQUITA MARINA
Foto: Greenpeace.
Es el cetáceo más pequeño del mundo y es endémico del Alto Golfo de California. A finales del año pasado, algunas organizaciones alertaron que quedaban menos de 100 ejemplares y que la especie podría extinguirse antes del 2020.
Aunque desde el 2005 el Gobierno mexicano estableció un área de refugio a fin de permitir y fomentar la recuperación de la población de la vaquita, un informe de este años del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), de la Semarnat, indica que quedan tan sólo 50.
La principal amenaza de la especie es la pesca del pez totoaba –también en peligro crítico de extinción– para ser utilizado como alimento y fines medicinales, principalmente en mercados chinos. El cetáceo queda atrapado entre las redes utilizadas para ese fin, y muere, incapaz de volver a la superficie a tomar aire.
En mayo, Greenpeace instó al gobierno de Hong Kong a detener la pesca y tráfico ilegal de la especie y a implementar medidas de conservación que impliquen trabajo en conjunto de México, Estados Unidos y China pues la vaquita marina ya se ha convertido en una de las especies con mayor peligro de desaparecer del planeta según la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Diversas organizaciones se han cuestionado el papel del Gobierno en la protección de la especie, pero también se han sumado al esfuerzo. La campaña de Greenpeace, es un ejemplo.
LOBO MEXICANO
Foto: Wikipedia
Es una subespecie de los Canis lupus baileyi, que, de acuerdo con un artículo publicado por Oscar Moctezuma en la revista Especies, alguna vez habitó en los actuales estados de norteamericanos de Arizona, Nuevo México y Texas, hasta el norte del estado de Oaxaca y centro de Veracruz.
Esta especie desapareció de la vida silvestre hace más de 35 años, a partir de entonces, todos los ejemplares vivientes habían estado en cautiverio en Estados Unidos y México. Pero en la actualidad, en Arizona, Nuevo México y México hay 83 ejemplares libres y alrededor de 250 en cautiverio.
Ha pasado apenas un año del nacimiento de la primera camada de lobos mexicanos en su hábitat natural y, por esto, especialistas dicen que se requieren mayores esfuerzos para aumentar la población.
COQUETA DE ATOYAC
Coqueta de Atoyac, la especie más amenazada de los colibríes endémicos de México. Foto: eol.org
Es una de las 7 especies endémicas de colibrí que se encuentran amenazadas. Se distribuye en la Sierra de Atoyac de Álvarez, en el estado de Guerrero, en bosques de encino, pino-encino y bosque nublados. De acuerdo con la UICN, esta ave se habita en un rango extremadamente pequeño, y se estima que su población es de entre 250 y 999 individuos maduros, pero el número va decreciendo.
Está amenazado porque su hábitat ha sido talado para cultivos de maíz, café y fruta. Entre los esfuerzos para conservarlo se encuentra un proyecto financiado por el Fondo de Conservación Mundial de Disney que se desarrolló entre 2010-2011 con el objetivo de determinar los requisitos de estado y de hábitat, y para planificar y construir la capacidad local para su conservación, indica la UICN.
VÍBORA DE CASCABEL DE LA ISLA SANTA CATARINA
Foto: Laberinto en extinción, blog.
La Isla se encuentra en el Golfo de California y la especie se distribuye en un lugar altamente restringido según la UICN. La organización también indica que la reciente presencia de gatos salvajes, la persecución para el comercio ilegal, el asesinato por los encuentros ocasionales con los visitantes de la isla y la basura dejada por ellos; ha causado su vulnerabilidad, pues el 70 por ciento de su dieta se compone de las únicas especies de roedores en la isla, todos clasificados también En Peligro Crítico.
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Aquí enlistamos cinco especies pero muchas otras como la iguana, diversas variedades de tuzas, ratones, ranas, salamandras y peces se encuentran en la última categoría de la UICN antes de declararse extintas. Son diversas las razones que los llevan a encontrarse en esta situación y protegerlas implica un gran reto para el México, que incluye la exigencia y participación de los ciudadanos para el desarrollo de políticas efectivas de conservación.
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