Hacer música es bueno para el cerebro. 10 Razones
Sin importar si Ud. siempre toco un instrumento o recién comenzó, hacer música mejorará su cerebro.
Entre sus muchos beneficios, la música puede agudizar la concentración, mejorar la coordinación entre manos y ojos e incrementar la empatía
Resulta que Mamá y Papá estaban en lo correcto. Aquellas clases de piano que menospreciabas y aquellas interminables horas en las prácticas de la banda de la escuela fueron buenas para ti. Desde hacerte más inteligente o reducir los efectos de la edad de tu cerebro, hasta mejorar tu estabilidad emocional, aparentemente tocar un instrumento reconfigura tu cerebro y lo mejora permanentemente. Y seamos claros, escuchar música no lo sustituye. Es el trabajo activo de dar vida a sonidos lo que genera los mayores beneficios.
Investigadores siguen descubriendo las distintas maneras en que hacer música enriquece tu cerebro, pero el impacto es indiscutible. Por ello, a limpiar la guitarra o desempacar el clarinete que usabas en la escuela. Sumate a las sesiones de música de tu barrio o hacé música en tu casa con tu instrumento. Y por todos los medios, alentá a tus chicos a hacer música también. Cuanto más jóvenes comiencen, mejor será. Estas 10 razones te mostrarán porque estarás satisfecho de hacerlo.
Enriquece las conexiones entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro
Estudios demuestran que quienes hacen música tienen más materia blanca en su cuerpo calloso, ese manojo de cables neuronales que conectan los dos hemisferios del cerebro. Esto significa mejores comunicaciones entre el lado creativo del cerebro (derecho) y el lado analítico (izquierdo), lo que se traduce en numerosos beneficios cerebrales, incluyendo comunicaciones más rápidas dentro del cerebro y mejores habilidades para resolver problemas creativamente. La investigación muestra que los chicos que practican más construyen un mejor puente entre las dos partes de su cerebro. Además, aquellos que comienzan más temprano – alrededor de los 7 años – tienen más beneficios que los que comienzan más tarde.
Potencia las funciones ejecutivas del cerebro
Más materia blanca puede ser la razón por la cual la gente con entrenamiento musical es también mejor al tomar decisiones, al procesar y retener información, y en ajustar rumbos basados en la demanda de los cambios mentales. Estas son buenas noticias para los músicos porque estas funciones ejecutivas del cerebro contribuyen a un mejor éxito académico que quienes tienen altos coeficientes de inteligencia (IQ). Algunos investigadores incluso especulan que tocar un instrumento puede beneficiar a niños con problemas neurológicos que impliquen funciones ejecutivas, incluyendo TDAH (trastornos por déficit de atención e hiperactividad).
Fortalecimiento en el proceso del habla
No es sorpresa que hacer música ayuda al cerebro a procesar los sonidos musicales. Pero el cosquilleo de los marfiles o el rasgueo de las cuerdas de la guitarra también ayuda en el proceso de los sonidos de consonantes y vocales en el habla. En nuevos estudios de la Universidad de Northwestern, los investigadores han medido el desempeño del cerebro en niños de zonas vulnerables que asistieron al Proyecto Harmony y a proyectos musicales fuera de horario escolar en Los Angeles. Los niños que tenían dos años de instrucción musical fueron capaces de procesar muchos más sonidos del habla – y con mayor precisión – que aquellos que sólo tuvieron un año de clases. Los investigadores concluyen que la música y el habla comparten características comunes – afinación, tiempo y timbre – y que el cerebro confía en los mismos caminos neuronales para procesar ambos. Mejores habilidades de lenguaje, incluyendo lectura, puede en cambio ayudar a niños a aprender mejor todas las asignaturas, desde matemáticas hasta estudios sociales. En el estudio realizado en el Proyecto Harmony, más del 90 porciento de sus graduados han ido al College desde el 2008, mientras que la tasa de abandono de los chicos en esos mismos vecindarios asciende a 50 porciento o más.
Aumentar la memoria
Relacionado al procesamiento del habla, aquellos con entrenamiento musical son también mejores en recordar palabras habladas (memoria verbal). Un estudio reciente de Alemania encontró que alumnos de segundo grado que ocuparon 45 minutos por semana aprendiendo un instrumento musical recordaban más palabras recitadas que aquellos que no recibieron instrucción musical o de aquellos que estuvieron en clases de ciencia durante el mismo tiempo. Hacer música también parece acentuar la memoria de trabajo – la habilidad de almacenar temporariamente y usar información que ayuda a razonar, aprender y completar una tarea.
Promover empatía
Entrenamiento musical no sólo mejora los centros de procesamiento del sonido del cerebro, sino que también eleva su capacidad de detectar emociones en sonido. Esto es, los músicos pueden ser mejores en detectar señales emocionales en una conversación. Entonces, esto podría equiparlos para unas relaciones emocionales más ricas y suaves. En verdad, el entrenamiento musical también es promisorio al momento de ayudar a niños con problemas de percepción emocional, tales como el autismo.
Demorar el envejecimiento del cerebro
Los beneficios que recibe el cerebro por tocar un instrumento aparentemente no declinan con la edad. Estudios demuestran que los beneficios en el habla y la memoria se extienden a edades avanzadas – aunque su entrenamiento musical se hubiera detenido luego de la infancia.
Un nuevo estudio del Canadá encontró que la gente de más edad que había tenido formación musical cuando eran jóvenes pudieron identificar lenguaje 20 porciento más rápidamente que aquellos sin esa formación. En otro estudio, la gente de 60 a 83 años que estudió música por más de 10 años recordaba más información sensorial, incluyendo audición, visual y táctil, que aquellos quienes estudiaron de uno a nueve años. Ambos grupos obtuvieron puntajes más altos que la gente que nunca aprendió un instrumento.
Promover la habilidad en matemáticas y ciencias
Las notas musicales, acordes, octavas, ritmos y la métrica puede ser comprendida matematicamente. Entonces, hacer música debería mejorar su manejo matemáticas, cierto? La investigación es variada, pero parece tener una correlación subyacente entre hacer música y mejores habilidades matemáticas. Por ejemplo, un reciente estudio encontró que los niños preescolares que tuvieron lecciones de piano se desempeñaron mejor en una prueba de razonamiento espacial-temporal (la habilidad de concebir mentalmente patrones espaciales y entender cómo encastran) que niños que tuvieron instrucción en computación o de aquellos que no participaron en ninguna actividad. Los investigadores creen que el razonamiento espacial-temporal conduce a mejor desempeño en matemáticas y ciencia.
Mejora de habilidades motoras
No hay duda de que tocar un instrumento requiere una excelente coordinación mano-ojo-oído (teniendo manos y dedos a producir notas musicales de una página en sonido). Y para quienes hacen música desde muy jóvenes, este incremento en las habilidades musicales motoras parecen trasladarse a otras áreas de la vida también. Investigadores de Canadá encontraron que los músicos adultos que comenzaron a hacer música antes de los 7 años tienen un mejor manejo del tiempo en tareas de habilidades motoras no musicales que aquellos que tomaron sus clases de música más adelante en su vida. Más aún, su habilidades motoras se pudieron apreciar en sus cerebros. Escaneos cerebrales revelaron mayores conexiones neuronales en las regiones motoras.
Eleva la salud mental
Estudios han mostrado que los violinistas, saxofonistas, tecladista y otros instrumentistas estás mejor focalizados y menos propensos a la agresión, depresión y a la ira que los no-músicos. De hecho, crear música parecería mejorar sus cerebros para mejorar el control emocional y la concentración. En un estudio, los investigadores examinaron escaneos cerebrales de chicos de 6 a 18 años. Aquellos que tocaron un instrumento tienen una corteza cerebral más gruesa en las áreas que regulan las emociones, niveles de ansiedad, y la capacidad de prestar atención (significando que tienen habilidades superiores en esas áreas). Otros estudios muestran que hacer música también atenúa el estrés. En otras palabras, los músicos pueden sufrir menos síntomas físicos y psicológicos de estrés, incluyendo surmenage, dolores de cabeza, picos de presión y problemas de baja inmunidad.
Mejorar la autoestima
No es sorpresa, los beneficios a la salud mental generados por hacer música (y quizás el compañerismo de tocar con otros) se traducen en mejores sensaciones de autoestima. En un estudio, los chicos que recibieron tres años de clases de piano semanales obtuvieron un mayor puntaje en una medición de autoestima que aquellos chicos que no tuvieron instrucción musical. Otro estudio encontró que niños en situación de riesgo que participaron en grupos musicales en la escuela se sintieron menos marginados y más exitosos.
Fuente: Mother Nature Network. por: Sidney Stevens. 2/4/2015
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