El poeta, filósofo y doctor en ciencias políticas español Jorge Riechmann, sostiene que "estamos consumiendo el planeta como si no hubiera un mañana". A su juicio, hacen falta transformaciones estructurales profundas, "casi revolucionarias".
De acuerdo con Jorge Riechmann, el siglo XXI es "el siglo de la gran prueba" o "la era de los límites", publica el portal Lecturas Sumergidas. En su libro 'Autoconstrucción' Riechmann afirma que "estamos consumiendo el planeta como si no hubiera un mañana", añadiendo que "lo que hace falta son transformaciones estructurales profundas, casi revolucionarias", y que ya no podemos confiar en que será la generación de nuestros nietos la que las lleve a cabo.
"El síntoma se llama calentamiento climático, pero la enfermedad se llama capitalismo", reza un epígrafe del ensayo donde se refiere al fracaso de la cumbre de Copenhague en 2009, donde se aspiraba a lograr un acuerdo global de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Riechmann está de acuerdo con la idea de que los límites son incompatibles con el capitalismo salvaje. Cuando Margaret Thatcher ganó las elecciones en Gran Bretaña y posteriormente Ronald Reagan hizo lo propio en EE.UU., se produjo "el desplazamiento del mundo hacia una derecha conservadora (…) que ha resultado letal en lo que se refiere a las cuestiones económico sociales".
El pensador afirma que "a partir de ahí se rompió el equilibrio, todo se abrió en forma de tijera y lo financiero comenzó a crecer de manera metastásica y a dominarlo todo". Mucha gente le sigue quitando importancia al cambio climático en nombre de intereses empresariales. Y para seguir viviendo bien o mejor es necesario cambiar la orientación y las estructuras del sistema.
El drama es que ya no tenemos mucho tiempo para evitar enormes peligros
"El drama es que ya no tenemos mucho tiempo para evitar enormes peligros. Estamos en tiempo de descuento y eso es lo que mucha gente, sensible ahora a cuestiones de desigualdad social, democratización en sentido amplio y que lucha contra la corrupción, no acaba de asimilar. Ante la cuestión del abismo ecológico social son conscientes sectores aún muy minoritarios", advierte.
Riechmann argumenta que "no se puede organizar una economía viable sin tener en cuenta las amenazas ecológicas". "Lo que podemos hacer es intentar dar algunos pasos e ir creando condiciones para que haya movimientos mucho más organizados, masivos, conscientes, de gente que quiera transformar las cosas", agrega.
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