Fuente: ANDES.
El lado norte de la Casa Blanca en Washington D.C. Foto: AFP
Quito, 14 ago (Andes).- El 8 de noviembre será el día en que más de 100 millones de estadounidenses elegirán al sucesor de Barack Obama, quien no puede ser reelegido para un tercer periodo debido a una enmienda constitucional que lo impide.
Tras las primarias celebradas en el transcurso de este año se han nominado a cuatro candidatos, de los cuales dos son los principales rivales: Hillary Clinton, candidata por el partido demócrata, y el multimillonario Donald Trump, candidato republicano.
En el camino a la presidencia de EEUU quedaron rezagados nombres como el de Bernie Sanders, Martin O’Malley, Ted Cruz o Jeb Bush, quienes se retiraron en las primarias.
Pero, ¿cómo funciona el complejo sistema electoral en Estados Unidos? Lo primero que hay que entender es que en ese país el sistema de elección es indirecto.
Seguidores estadounidenses de la candidata demócrata Hillary Clinton. Foto: AFP
Las elecciones primarias (elección indirecta)
Desde el 1 febrero hasta el 14 de junio de este año se celebraron las elecciones primarias, que consiste en que cada estado (de un total de 50) elige precandidatos o delegados que a su vez decidirán qué candidato representará cada partido: demócrata, republicano, libertario y verde; y pasarán a la contienda final por la presidencia.
Existen cuatro tipo de elecciones primarias: abiertas, cerradas, semicerradas y las denominadas top-two. Las tres primeras corresponden al sistema partidista, mientras que la última es no partidista.
En las abiertas, cualquiera puede votar, sin importar la afiliación del votante. En las cerradas sólo pueden sufragar aquellos que estén registrados en uno de los partidos.
"En Estados Unidos no hay un sistema nacional de elecciones, sino que cada estado fija sus propias reglas. Y éstas pueden diferir según el partido. Es algo que está en la Constitución", explicó John Michael Carey, profesor de gobierno en el Dartmouth College de New Hampshire, según recoge el portal Infobae.
En algunos estados como los de Iowa, Nevada, Kansas o Washington el método de votación puede variar, pues los republicanos pueden votar en primarias o a través de los conocidos ‘caucus’, que es un proceso mucho más intensivo, que puede durar varias horas, porque hay debates de por medio.
En esta fase, de elección indirecta, se eligieron a delegados de cada partido que, a su vez, escogieron a sus candidatos oficiales que fueron nominados en las diversas convenciones que se celebraron en las últimas semanas.
La cantidad de delegados varía según cada estado. Los demócratas eligen 4.764, mientras que los republicanos 2.472. Para ganar una convención, los aspirantes necesitan tener la mitad más uno de los delegados en juego. Para los demócratas, el mínimo necesario es 2.382 y para los republicanos 1.237.
Convenciones y nominaciones oficiales
Tras las primarias se celebran grandes convenciones para presentar a los nominados. Para estas elecciones se presentaron a los siguientes candidatos:
Por el partido Demócrata los candidatos a la presidencia y vicepresidencia son Hillary Clinton y Tim Kaine (senador de Virginia); en la convención Bernie Sanders no logró los votos suficientes; mientras que Martin O’Maley se retiró al inicio de las primarias.
Por el partido Republicano los candidatos son: Donald Trump y Mike Pence. Durante las primarias se registraron 16 candidaturas más, de los cuales los nombres más sonados fueron el de Ted Cruz y Jeb Bush, quienes se retiraron durante esta fase.
Por el partido Libertario los candidatos son Gary Johnson y William Weld; mientras que por el partido Verde los candidatos son Jill Stein y Ajamu Baraka.
Gran debate
El próximo 26 de septiembre en la Universidad Wright State, en Dayton, los candidatos republicano y demócrata se enfrentarán en un histórico debate que ayudará a todos los ciudadanos a elegir al candidato a la Casa Blanca.
A poco más de un mes de las elecciones, este debate puede resultar definitivo para consolidar las opciones de un candidato. Los nominados se verán las caras dos veces más antes de la votación.
Elecciones
La legislación estadounidense establece que las elecciones deben celebrarse el primer martes de noviembre, pero nunca el 1 de noviembre. La fecha más temprana posible es 2 de noviembre y la última fecha posible es 8 de noviembre.
Este año ese martes coincide con el día 8, cuando más de 100 millones de estadounidenses están convocados a las urnas para elegir a su próximo presidente. Una gran parte de ellos podrá votar por adelantado en las semanas anteriores.
Toma de posesión del presidente
El presidente número 45 de Estados Unidos tomará posesión el 20 de enero en una ceremonia en el Capitolio, en Washington.
Las caras más visibles: Hillary vs. Trump
A pesar de que existen cuatro candidatos a la Casa Blanca las caras más visibles de esta contienda electoral son Clinton y Trump, quienes han logrado posicionarse en los primeros sondeos.
Hillary Clinton: Exsecretaria de Estado (2009-2013) y fue primera dama de los Estados Unidos (1993 - 2001). Es la primera mujer candidata en obtener ese estatus de parte de uno de los partidos más importantes de Estados Unidos.
En los últimos años ha liderado la Fundación Clinton junto a su marido, Bill Clinton, y su hija Chelsea. A lo largo de su carrera ha defendido los derechos de las mujeres y las niñas en todo el mundo, el acceso a la educación y la igualdad de oportunidades. Además defendió la guerra de Irak y ha mantenido posturas en política exterior más agresivas que el presidente Obama.
El escándalo de los correos electrónicos durante su etapa en el Departamento de Estado y la crisis de Bengasi, investigada por el Congreso, parecen las únicas posibles amenazas a su carrera hacia la Casa Blanca.
Donald Trump: El empresario multimillonario y estrella televisiva aspira a sus 68 años a la presidencia tras ser elegido por el partido republicano. El aspirante se adentró en la esfera política con su campaña contra Obama al alegar que no había revelado su verdadero certificado de nacimiento para poder acceder a la presidencia.
Analistas políticos han criticado duramente sus afirmaciones –muchas de ellas no comprobadas-, lo que le ha convertido en un candidato controversial.
Trump ha arremetido contra la élite política estadounidense, basándose en su experiencia como empresario de éxito, y afirmó que sólo alguien como él, desligado a la política y sus falsas promesas, es capaz de reorientar el rumbo del país.
Sus reproches a los inmigrantes procedentes de México han desatado una oleada de críticas, principalmente por su intención de construir un muro que divida las dos naciones. Esto y otras afirmaciones han causado el rechazo no solo por los estadounidenses e inmigrantes, si no por miembros de su propio partido.
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