Fuente: EFEVerde.
Miren Gutierrez.- Aunque en los discursos a menudo se hablar de la "perspectiva de género", frecuentemente solo se trata de un mero recurso retórico. Tras el acuerdo de París, un nuevo informe muestra cómo incluir los puntos de vista y necesidades de las mujeres en las respuestas al cambio climático y las iniciativas de desarrollo no sólo es más justo, sino también tiene más sentido.
“Aunque el cambio climático y la pobreza se entienden cada vez más como interdependientes, las respuestas a estos problemas a menudo se centran sólo en sus aspectos científicos y económicos. Sin embargo, la integración de una dimensión de género puede ser la clave para el éxito”, dice Dr Virginie Le Masson, investigadors en el Overseas Development Institute (ODI) y experta en género del Climate and Development Knowledge Network (CDKN)
Comparando tres estudios de caso en Gorakhpur (India), Ancash y Cajamarca (Perú) y Kisumu (Kenia), una nueva investigación llevada a cabo por Practical Action, en colaboración con Institute for Development Studies y ODI, documenta las experiencias de hombres y mujeres que viven en entornos urbanos afectados por el cambio climático. Los informes se basan en 89 entrevistas (54 hombres y 35 mujeres) y 33 grupos de discusión para reflexionar sobre las estrategias de adaptación.
En las respuestas al cambio climático, las mujeres se perciben generalmente como “víctimas”, lo que contradice la realidad y la contribución que pueden aportar en la mitigación y adaptación al cambio climático.
El Acuerdo de París fue celebrado como un ambicioso compromiso para limitar el calentamiento global a un nivel por debajo de los 2 grados centígrados, y si es posible 1.5C, con el fin de evitar los impactos más peligrosos del cambio climático sobre las personas y el medio ambiente. Para lograr esto, sin embargo, requerirá enormes niveles de cooperación.
Pero ¿qué es lo que se pierde cuando las mujeres carecen de voz en los planes contra el cambio climático? Las mujeres tienden a pensar más a largo plazo, y aumentar la resiliencia. Por ejemplo, el estudio de la India muestra que, en las familias donde las mujeres juegan un papel en la decisión de qué hacer con los ingresos, el dinero se gasta en educación, salud y alimentación. Por otra parte, en todos los grupos de discusión, los participantes coincidieron en que los hombres suelen gastar el dinero en alcohol y alimentos.
En la India, al papel de las mujeres en la planificación y la ejecución de proyectos (en lugar de ser simplemente receptoras de servicios) se le atribuye el logro de una mayor sostenibilidad de los proyectos, incluidos mejor acceso al agua potable, servicios públicos más eficientes y la captación de resistentes al clima agrícola técnicas. Por otra parte, las mujeres a menudo dan prioridad a grupos marginados como los beneficiarios de las intervenciones de proyectos.
Varios miembros del proyecto ACCCRN acordaron que: “Si no hubiera habido mujeres como participantes activas, los resultados del proyecto hubieran sido considerablemente inferiores, entre un 10 y un 20%, de lo que se logró. El proyecto ha sido sostenible hasta el momento en gran parte por las mujeres involucradas en él”.
En Perú, fueron las mujeres quienes demostraron una mayor conciencia sobre el cambio climático y parecían ser más impactadas por éste.
Los peligros de no integrar los enfoques desde el principio en la planificación se exploran también en el informe.
“Los autores escucharon, por ejemplo, cómo las mujeres de Mahewa, en el distrito indio de Gorakhpur, ayunan durante el monzón, poniendo en peligro su salud, con el fin de evitar peligrosas salidas para defecar”, dice el doctor Le Masson. “Las mujeres dijeron tener miedo a ponerse en cuclillas, ya que grandes gusanos se adhieren a sus piernas”.
Las mujeres tienen que participar en la toma de decisiones y la planificación de los proyectos desde el principio para que sus necesidades sean tomadas en cuenta.
“Otra dimensión que ha sido explorado en el estudio son los diferentes desafíos y oportunidades que las ciudades representan para las mujeres en comparación con los de las zonas rurales, y de hecho este nuevo enfoque constituye un aporte al análisis sobre asuntos relacionados con el clima y el desarrollo”, dijo Sam Bickersteth, Jefe Ejecutivo de CDKN.
El estudio descubre una realidad compleja para las mujeres que viven en las ciudades. Por ejemplo, las mujeres en Kisumu, Kenia, informaron tener más mecanismos sociales de apoyo, en comparación con las zonas rurales. Sin embargo, existen menos redes sociales y más segregación de clases en las zonas urbanas que en zonas rurales, de acuerdo con Reetu Sogani, autora del estudio de la India.
Algunos de los obstáculos para la integración de género incluyen una falta general de voluntad política; el hecho de que la aplicación de la política por diferentes ramas del gobierno a menudo es descoordinada; y que los funcionarios públicos muestran una baja competencia en relación con las cuestiones de género y medio ambiente. Hay una falta general de conocimiento en lo relativo a las herramientas disponibles para incorporar el género en el desarrollo de una manera práctica y coherente también.
Con la creciente presión para la aplicación de medidas eficaces contra el cambio climático tras la firma del Acuerdo de París el 22 de abril, las autoras esperan que se dé una mayor participación de las mujeres y que la lucha contra las desigualdades de género se incorpore para asegurar la pertinencia y la sostenibilidad de la acción climática.
*Miren Gutiérrez es Directora de Comunicación del Programa para el Clima y el Medioambiente del Overseas Development Institute en Londres, Gran Bretaña
Miren Gutierrez.- Aunque en los discursos a menudo se hablar de la "perspectiva de género", frecuentemente solo se trata de un mero recurso retórico. Tras el acuerdo de París, un nuevo informe muestra cómo incluir los puntos de vista y necesidades de las mujeres en las respuestas al cambio climático y las iniciativas de desarrollo no sólo es más justo, sino también tiene más sentido.
“Aunque el cambio climático y la pobreza se entienden cada vez más como interdependientes, las respuestas a estos problemas a menudo se centran sólo en sus aspectos científicos y económicos. Sin embargo, la integración de una dimensión de género puede ser la clave para el éxito”, dice Dr Virginie Le Masson, investigadors en el Overseas Development Institute (ODI) y experta en género del Climate and Development Knowledge Network (CDKN)
Comparando tres estudios de caso en Gorakhpur (India), Ancash y Cajamarca (Perú) y Kisumu (Kenia), una nueva investigación llevada a cabo por Practical Action, en colaboración con Institute for Development Studies y ODI, documenta las experiencias de hombres y mujeres que viven en entornos urbanos afectados por el cambio climático. Los informes se basan en 89 entrevistas (54 hombres y 35 mujeres) y 33 grupos de discusión para reflexionar sobre las estrategias de adaptación.
En las respuestas al cambio climático, las mujeres se perciben generalmente como “víctimas”, lo que contradice la realidad y la contribución que pueden aportar en la mitigación y adaptación al cambio climático.
El Acuerdo de París fue celebrado como un ambicioso compromiso para limitar el calentamiento global a un nivel por debajo de los 2 grados centígrados, y si es posible 1.5C, con el fin de evitar los impactos más peligrosos del cambio climático sobre las personas y el medio ambiente. Para lograr esto, sin embargo, requerirá enormes niveles de cooperación.
Pero ¿qué es lo que se pierde cuando las mujeres carecen de voz en los planes contra el cambio climático? Las mujeres tienden a pensar más a largo plazo, y aumentar la resiliencia. Por ejemplo, el estudio de la India muestra que, en las familias donde las mujeres juegan un papel en la decisión de qué hacer con los ingresos, el dinero se gasta en educación, salud y alimentación. Por otra parte, en todos los grupos de discusión, los participantes coincidieron en que los hombres suelen gastar el dinero en alcohol y alimentos.
En la India, al papel de las mujeres en la planificación y la ejecución de proyectos (en lugar de ser simplemente receptoras de servicios) se le atribuye el logro de una mayor sostenibilidad de los proyectos, incluidos mejor acceso al agua potable, servicios públicos más eficientes y la captación de resistentes al clima agrícola técnicas. Por otra parte, las mujeres a menudo dan prioridad a grupos marginados como los beneficiarios de las intervenciones de proyectos.
Varios miembros del proyecto ACCCRN acordaron que: “Si no hubiera habido mujeres como participantes activas, los resultados del proyecto hubieran sido considerablemente inferiores, entre un 10 y un 20%, de lo que se logró. El proyecto ha sido sostenible hasta el momento en gran parte por las mujeres involucradas en él”.
En Perú, fueron las mujeres quienes demostraron una mayor conciencia sobre el cambio climático y parecían ser más impactadas por éste.
Los peligros de no integrar los enfoques desde el principio en la planificación se exploran también en el informe.
“Los autores escucharon, por ejemplo, cómo las mujeres de Mahewa, en el distrito indio de Gorakhpur, ayunan durante el monzón, poniendo en peligro su salud, con el fin de evitar peligrosas salidas para defecar”, dice el doctor Le Masson. “Las mujeres dijeron tener miedo a ponerse en cuclillas, ya que grandes gusanos se adhieren a sus piernas”.
Las mujeres tienen que participar en la toma de decisiones y la planificación de los proyectos desde el principio para que sus necesidades sean tomadas en cuenta.
“Otra dimensión que ha sido explorado en el estudio son los diferentes desafíos y oportunidades que las ciudades representan para las mujeres en comparación con los de las zonas rurales, y de hecho este nuevo enfoque constituye un aporte al análisis sobre asuntos relacionados con el clima y el desarrollo”, dijo Sam Bickersteth, Jefe Ejecutivo de CDKN.
El estudio descubre una realidad compleja para las mujeres que viven en las ciudades. Por ejemplo, las mujeres en Kisumu, Kenia, informaron tener más mecanismos sociales de apoyo, en comparación con las zonas rurales. Sin embargo, existen menos redes sociales y más segregación de clases en las zonas urbanas que en zonas rurales, de acuerdo con Reetu Sogani, autora del estudio de la India.
Algunos de los obstáculos para la integración de género incluyen una falta general de voluntad política; el hecho de que la aplicación de la política por diferentes ramas del gobierno a menudo es descoordinada; y que los funcionarios públicos muestran una baja competencia en relación con las cuestiones de género y medio ambiente. Hay una falta general de conocimiento en lo relativo a las herramientas disponibles para incorporar el género en el desarrollo de una manera práctica y coherente también.
Con la creciente presión para la aplicación de medidas eficaces contra el cambio climático tras la firma del Acuerdo de París el 22 de abril, las autoras esperan que se dé una mayor participación de las mujeres y que la lucha contra las desigualdades de género se incorpore para asegurar la pertinencia y la sostenibilidad de la acción climática.
*Miren Gutiérrez es Directora de Comunicación del Programa para el Clima y el Medioambiente del Overseas Development Institute en Londres, Gran Bretaña
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