Fuente: La Nación.
BEIRUT.- Los refugiados sirios que huyeron de las masacres en la ciudad de Aleppo no están a salvo ni siquiera en los campos de refugiados. Ayer, por lo menos 30 personas que estaban en un campamento cerca de la frontera con Turquía murieron en una serie de ataques aéreos, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
La ONG, con base en Londres, señaló que entre los muertos en el campo de Kammuna había mujeres y chicos, y que la cifra de víctimas probablemente subiría. No se sabía con certeza si el ataque había sido de fuerzas sirias o de sus aliados rusos.
Las imágenes difundidas en las redes sociales mostraban a rescatistas apagando incendios entre carpas carbonizadas, además de restos de cuerpos calcinados.
"Hubo dos ataques aéreos que impactaron el campamento de refugiados que habían escapado de los enfrentamientos" en Aleppo y, previamente, en Palmira, señaló Abu Ibrahim al-Sarmadi, un activista que habló con gente cerca del campamento.
Fuentes de la defensa civil siria de la localidad de Sarmada, cerca del lugar del incidente, afirmaron que "aviones rusos golpearon tres veces el campo de Kammuna". Otras fuentes señalaron que no estaba claro si los aviones eran sirios o rusos, que de todos modos son aliados en la guerra civil que sostienen contra distintos grupos rebeldes desde 2011.
El campo de refugiados de Kammuna está 30 kilómetros al oeste de Aleppo, donde un cese de hostilidades negociado por Rusia y Estados Unidos ofrecía ayer algo de calma. Sin embargo, los enfrentamientos continuaron en las cercanías.
Los medios estatales sirios dijeron que el ejército cumplía con el acatamiento del "régimen de calma" convenido en Aleppo, que luego de dos semanas de muerte y destrucción entró en vigor por 48 horas; unas 280 personas murieron en esos ataques. Pero el ejército culpó a los rebeldes islamistas de violar el acuerdo durante la noche, con lo que calificó de "bombardeo indiscriminado" en zonas residenciales controladas por el gobierno en la ciudad dividida.
El presidente sirio, Bashar al-Assad, dijo que su objetivo aún es obtener una "victoria total".
El día también estuvo marcado por la difusión de imágenes satelitales que mostraron cómo Ramadi, una ciudad iraquí en manos de las milicias de Estado Islámico (EI) hasta enero pasado, quedó reducida a escombros por los ataques de la coalición aérea que lidera Washington.
La destrucción de Ramadi es similar a los destrozos de otras ciudades iraquíes como Fallujah y Hit, y también se parece a la situación catastrófica de Homs y Aleppo, en Siria. Fotos satelitales revelaron las ruinas de Ramadi, capital de la región de Al-Anbar, luego del derrumbe de más de 3000 edificios y de daños en 400 calles y puentes.
La mayoría de la población de la ciudad, que tenía un millón de habitantes, huyó desde la invasión de EI en agosto pasado. En ocho meses de ocupación jihadista se estima que murieron unos 800 civiles.
Agencias ANSA, DPA y Reuters
BEIRUT.- Los refugiados sirios que huyeron de las masacres en la ciudad de Aleppo no están a salvo ni siquiera en los campos de refugiados. Ayer, por lo menos 30 personas que estaban en un campamento cerca de la frontera con Turquía murieron en una serie de ataques aéreos, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
La ONG, con base en Londres, señaló que entre los muertos en el campo de Kammuna había mujeres y chicos, y que la cifra de víctimas probablemente subiría. No se sabía con certeza si el ataque había sido de fuerzas sirias o de sus aliados rusos.
Las imágenes difundidas en las redes sociales mostraban a rescatistas apagando incendios entre carpas carbonizadas, además de restos de cuerpos calcinados.
"Hubo dos ataques aéreos que impactaron el campamento de refugiados que habían escapado de los enfrentamientos" en Aleppo y, previamente, en Palmira, señaló Abu Ibrahim al-Sarmadi, un activista que habló con gente cerca del campamento.
Fuentes de la defensa civil siria de la localidad de Sarmada, cerca del lugar del incidente, afirmaron que "aviones rusos golpearon tres veces el campo de Kammuna". Otras fuentes señalaron que no estaba claro si los aviones eran sirios o rusos, que de todos modos son aliados en la guerra civil que sostienen contra distintos grupos rebeldes desde 2011.
El campo de refugiados de Kammuna está 30 kilómetros al oeste de Aleppo, donde un cese de hostilidades negociado por Rusia y Estados Unidos ofrecía ayer algo de calma. Sin embargo, los enfrentamientos continuaron en las cercanías.
Los medios estatales sirios dijeron que el ejército cumplía con el acatamiento del "régimen de calma" convenido en Aleppo, que luego de dos semanas de muerte y destrucción entró en vigor por 48 horas; unas 280 personas murieron en esos ataques. Pero el ejército culpó a los rebeldes islamistas de violar el acuerdo durante la noche, con lo que calificó de "bombardeo indiscriminado" en zonas residenciales controladas por el gobierno en la ciudad dividida.
El presidente sirio, Bashar al-Assad, dijo que su objetivo aún es obtener una "victoria total".
El día también estuvo marcado por la difusión de imágenes satelitales que mostraron cómo Ramadi, una ciudad iraquí en manos de las milicias de Estado Islámico (EI) hasta enero pasado, quedó reducida a escombros por los ataques de la coalición aérea que lidera Washington.
La destrucción de Ramadi es similar a los destrozos de otras ciudades iraquíes como Fallujah y Hit, y también se parece a la situación catastrófica de Homs y Aleppo, en Siria. Fotos satelitales revelaron las ruinas de Ramadi, capital de la región de Al-Anbar, luego del derrumbe de más de 3000 edificios y de daños en 400 calles y puentes.
La mayoría de la población de la ciudad, que tenía un millón de habitantes, huyó desde la invasión de EI en agosto pasado. En ocho meses de ocupación jihadista se estima que murieron unos 800 civiles.
Agencias ANSA, DPA y Reuters
Comentarios
Publicar un comentario