"Dejar Europa amenazaría nuestra economía y nuestra seguridad nacional", afirmó el primer ministro tras presentar ante su Gabinete el acuerdo alcanzado anoche en Bruselas con los socios comunitarios.
"No amo Bruselas, amo al Reino Unido, y soy el primero en decir que todavía se necesita mejorar y que la tarea de reformar Europa no acaba con el acuerdo de ayer", dijo Cameron luego de una reunión de más de dos horas en la que obtuvo la bendición de su gabinete para recomendar a los votantes mantener al país dentro del bloque europeo.
El acuerdo alcanzado en Bruselas concede a Londres la posibilidad de poner" un freno de emergencia" en la asistencia social a los trabajadores extranjeros durante los primeros cuatro años de trabajo en el Reino Unido.
Si bien Cameron aspiraba a que el acuerdo se extendiera por 13 años, sus socios europeos acordaron que las concesiones
serán por siete años.
En un discurso que supone el inicio de la campaña de cara a la consulta de junio, el jefe del gobierno británico afirmó que el país es "más seguro" y "más fuerte" dentro de la UE, y advirtió de que romper los lazos con el continente sería "un salto hacia la oscuridad".
"Se trata de decidir cómo vamos a comerciar con los países vecinos, cómo creamos puestos de trabajo, prosperidad y seguridad financiera para nuestras familias", opinó el primer ministro antes de aclarar que los miembros de su Ejecutivo tienen "libertad" para oponerse a la postura oficial.
Para Cameron, el Reino Unido "será más fuerte en una Europa reformada" porque "podrá jugar un papel central en una de las mayores organizaciones del mundo desde su interior", aunque se comprometió a "hacer todo lo posible" para cumplir el mandato de las urnas "cualquiera que sea la decisión" de los británicos en el referéndum de junio.
Antes de eso deberá tratar de convencer a varios de sus socios conservadores que ya expresaron que harán campaña para abandonar el bloque.
Entre los opositores internos están el secretario de Justicia, Michael Gove, uno de los aliados más cercanos de Cameron, el ministro de Trabajo y Pensiones, Iain Duncan Smith; la ministra para Irlanda del Norte, Theresa Villiers; el ministro de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes, John Wittingdale, y el líder de la Cámara de los Comunes, Chris Grayling.
No obstante, Cameron sabe que cuenta con el apoyo de la ministra del Interior, Theresa May, y el ministro de Finanzas, George Osborne, quienes han respaldado la continuidad dentro del bloque.
May, una de las figuras relevantes del Partido Conservador que ha sido crítica con la UE, reconoció que si bien el bloque regional "dista mucho de ser perfecto" mantendrá su apoyo a la permanencia "por razones de seguridad, protección contra el crimen y el terrorismo, comercio con Europa y acceso a los mercados mundiales".
Por su parte, Osborne, defendió el acuerdo porque Londres puede mantener "los beneficios del libre comercio sin las cargas de estar en la eurozona" así como también "los beneficios de la libertad de movimientos y viaje".
Además destacó que pudieron "lidiar con la cultura del subsidio que quiere lograr algo a cambio de nada", sostuvo Osborne en la cadena BBC Radio 4.
En tanto, el líder del antieuropeista Partido de la Independencia del Reino Unido, Nigel Farage, calificó el trato de "patético" y consideró que hay que "abandonar la UE, tomar el control de las fronteras, gobernar nuestro propio país y dejar de entregar 55 millones de libras (79 millones de dólares) cada día a Bruselas".
"Creo en el Reino Unido. Somos lo suficientemente buenos para ser una nación independiente y soberana fuera de la Unión Europea. Esta es nuestra oportunidad dorada", afirmó el líder del euroescéptico UKIP.
En el opositor Partido Laborista, algunas voces, como la de la diputada Kate Hoey, expresaron su desacuerdo con la línea oficial del partido, aunque la mayoría se manifestó a favor de la continuidad en el bloque regional.
El vocero de relaciones exteriores del partido, Hilary Benn, afirmó hoy que la "gran mayoría" de su formación, la primera de la oposición en el Reino Unido, defenderá la permanencia en la UE.
"Estar en la Unión nos ha dado puestos de trabajo, inversiones y crecimiento. Nos otorga seguridad e influencia en el mundo. ¿Por qué querríamos cambiar todo eso para adentrarnos en lo desconocido?", dijo el laborista a la cadena BBC Radio 4.
Por su parte, el líder del partido, Jeremy Corbyn, calificó de "espectáculo teatral" las negociaciones aunque se comprometió a defender la permanencia en la UE con independencia del resultado de esos contactos.
Analistas políticos proeuropeistas advierten que una salida británica podría provocar también la desintegración del Reino Unido, ya que Escocia anticipó que presionará para celebrar un nuevo referéndum sobre la independencia si el país insular decide salir de la UE.
En tanto, quienes se oponen a la permanencia en la UE sostienen que Londres será más próspero por fuera de un bloque que está siendo dominado por Alemania.
Entretanto, la casa de apuestas Ladbrokes anticipó que un 69% de los británicos están de acuerdo con permanecer dentro del bloque regional mientras que 39% quiere abandonarlo.
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