Fuente: Reuters.
Los líderes de la zona euro lograron el lunes un acuerdo con Grecia para negociar un tercer plan de rescate que mantenga al país casi en quiebra dentro de la zona euro, después de una cumbre de emergencia que se prolongó durante toda la noche.
Sin embargo, las condiciones impuestas por los acreedores internacionales liderados por Alemania pueden poner más presión sobre el primer ministro de izquierdas Alexis Tsipras, fracturar su gobierno y provocar protestas en Grecia.
Si la cumbre hubiese fracasado, Grecia se habría encontrado al borde de un abismo económico, con sus bancos cerrados al borde del colapso y ante la perspectiva de tener que imprimir una moneda paralela y, con el tiempo, salir de la unión monetaria europea.
"El acuerdo fue laborioso, pero se consiguió. No hay Grexit", dijo el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, después de 17 horas de negociación.
Este rechazó las sugerencias de que Tsipras había sido humillado al aceptar unas condiciones de amplio alcance y de inspiración alemana que siempre había prometido resistir.
"En este compromiso, no hay ganadores ni perdedores", dijo Juncker. "No creo que el pueblo griego haya sido humillado, ni que los otros europeos hayan perdido el respeto. Se trata de un arreglo típico de Europa".
El propio Tsipras, elegido hace cinco meses para terminar con cinco años de asfixiante austeridad, insistió en que él y su equipo "libraron una dura batalla", pero tuvo que tomar decisiones difíciles.
Así, consiguió un acuerdo condicional para recibir posiblemente 86.000 millones de euros en tres años, junto con la garantía de que los ministros de Finanzas de la zona euro podrían comenzar en cuestión de horas a debatir una financiación puente para Grecia hasta que esté listo el rescate, que necesitará aprobaciones parlamentarias.
La canciller alemana, Angela Merkel, dijo que podría recomendar "con plena confianza" que el Bundestag autorizase el comienzo de las negociaciones para conceder el préstamo a Atenas una vez que el Parlamento griego apruebe el programa entero y promulgue las primeras leyes.
Preguntada sobre si las duras condiciones impuestas a una desesperada Grecia no fueron similares al tratado de Versalles de 1919 que obligó a demoledoras reparaciones a una Alemania derrotada tras la Primera Guerra Mundial, Merkel dijo: "No voy a participar en comparaciones históricas, sobre todo cuando no las hice yo".
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