Fuente: reuters.
Por Anthony Boadle
BRASILIA (Reuters) - El Senado de Brasil comenzó el jueves el juicio político contra la suspendida presidenta Dilma Rousseff y escuchará a los testigos a favor y en contra de la líder izquierdista, que se espera sea removida del cargo la próxima semana por acusaciones de haber violado las leyes presupuestarias del país.
Rousseff, la primera mandataria de Brasil, se presentará el lunes antes los 81 senadores para defenderse, pero sus opositores están seguros de que tienen más de los 54 votos que necesitan para removerla en un juicio que estará presidido por el juez Ricardo Lewandowski.
Las autoridades colocaron barreras para contener a los manifestantes en el exterior del modernista edificio del Congreso, pero acudieron pocos seguidores de Rousseff, subrayando el aislamiento de la suspendida presidenta.
"Cada uno de ustedes debería votar como un individuo y no de acuerdo a un partido", afirmó Lewandowski, presidente del Supremo Tribunal Federal, en sus declaraciones iniciales, recordando a los senadores que se han convertido en jueces y deben dejar de lado sus visiones políticas.
Si la votación final, prevista para la noche del martes o la madrugada del miércoles, es contraria a Rousseff, confirmaría a su vicepresidente, Michel Temer, como nuevo presidente brasileño durante el resto de su período hasta el 2018, poniendo fin a los 13 años en el poder del Partido de los Trabajadores (PT).
Una encuesta publicada el jueves por el diario O Globo mostró que 51 senadores planean votar para remover a Rousseff, mientras que sólo 19 la apoyarán y 11 están indecisos.
Rousseff está acusada de haber realizado gastos sin la aprobación del Congreso y de haber manipulado las cuentas del Gobierno para ocultar la magnitud del déficit en el período previo a su reelección en el 2014.
REUNIONES DE ÚLTIMO MINUTO
El Gobierno de Temer sostuvo reuniones de último minuto con senadores y partidos para reforzar los votos contra Rousseff, que negó haber cometido algún delito y describe los esfuerzos para sacarla del poder como un "golpe de Estado". Asimismo, asegura que estas prácticas contables se usaban habitualmente en los gobiernos anteriores.
No obstante, el caso se convirtió en una prueba del apoyo político que tiene Rousseff en medio de la recesión más profunda que sufre Brasil en al menos 80 años.
Los asesores de Temer dijeron que esperan que al menos 60 senadores voten en contra de Rousseff.
Si la destitución de Rousseff lo confirma en la presidencia, Temer enfrentará la tarea de sacar a la mayor economía de América Latina de su peor recesión desde la Gran Depresión y reducir un déficit presupuestario que supera el 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Los mercados financieros han repuntado por las perspectivas de un Gobierno más favorable a sus intereses y el real se fortaleció cerca de un 30 por ciento frente al dólar en lo que va del año. Aún así, los inversores y los miembros de la frágil coalición de Temer están preocupados porque no ha revelado aún las medidas para reducir el déficit.
Un borrador de presupuesto para el próximo año no se espera en el Congreso hasta el 31 de agosto, tras la votación en el Senado, cuando Temer espera contar con una mayor fuerza política que le permita aprobar unas impopulares medidas de austeridad.
El equipo de Temer busca acelerar el juicio político para que pueda comenzar a restaurar la confianza en una economía otrora en auge y eliminar de una vez cualquier duda sobre su legitimidad a la cabeza del país.
(Editado en español por Carlos Aliaga y Carlos Serrano)
BRASILIA (Reuters) - El Senado de Brasil comenzó el jueves el juicio político contra la suspendida presidenta Dilma Rousseff y escuchará a los testigos a favor y en contra de la líder izquierdista, que se espera sea removida del cargo la próxima semana por acusaciones de haber violado las leyes presupuestarias del país.
Rousseff, la primera mandataria de Brasil, se presentará el lunes antes los 81 senadores para defenderse, pero sus opositores están seguros de que tienen más de los 54 votos que necesitan para removerla en un juicio que estará presidido por el juez Ricardo Lewandowski.
Las autoridades colocaron barreras para contener a los manifestantes en el exterior del modernista edificio del Congreso, pero acudieron pocos seguidores de Rousseff, subrayando el aislamiento de la suspendida presidenta.
"Cada uno de ustedes debería votar como un individuo y no de acuerdo a un partido", afirmó Lewandowski, presidente del Supremo Tribunal Federal, en sus declaraciones iniciales, recordando a los senadores que se han convertido en jueces y deben dejar de lado sus visiones políticas.
Si la votación final, prevista para la noche del martes o la madrugada del miércoles, es contraria a Rousseff, confirmaría a su vicepresidente, Michel Temer, como nuevo presidente brasileño durante el resto de su período hasta el 2018, poniendo fin a los 13 años en el poder del Partido de los Trabajadores (PT).
Una encuesta publicada el jueves por el diario O Globo mostró que 51 senadores planean votar para remover a Rousseff, mientras que sólo 19 la apoyarán y 11 están indecisos.
Rousseff está acusada de haber realizado gastos sin la aprobación del Congreso y de haber manipulado las cuentas del Gobierno para ocultar la magnitud del déficit en el período previo a su reelección en el 2014.
REUNIONES DE ÚLTIMO MINUTO
El Gobierno de Temer sostuvo reuniones de último minuto con senadores y partidos para reforzar los votos contra Rousseff, que negó haber cometido algún delito y describe los esfuerzos para sacarla del poder como un "golpe de Estado". Asimismo, asegura que estas prácticas contables se usaban habitualmente en los gobiernos anteriores.
No obstante, el caso se convirtió en una prueba del apoyo político que tiene Rousseff en medio de la recesión más profunda que sufre Brasil en al menos 80 años.
Los asesores de Temer dijeron que esperan que al menos 60 senadores voten en contra de Rousseff.
Si la destitución de Rousseff lo confirma en la presidencia, Temer enfrentará la tarea de sacar a la mayor economía de América Latina de su peor recesión desde la Gran Depresión y reducir un déficit presupuestario que supera el 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Los mercados financieros han repuntado por las perspectivas de un Gobierno más favorable a sus intereses y el real se fortaleció cerca de un 30 por ciento frente al dólar en lo que va del año. Aún así, los inversores y los miembros de la frágil coalición de Temer están preocupados porque no ha revelado aún las medidas para reducir el déficit.
Un borrador de presupuesto para el próximo año no se espera en el Congreso hasta el 31 de agosto, tras la votación en el Senado, cuando Temer espera contar con una mayor fuerza política que le permita aprobar unas impopulares medidas de austeridad.
El equipo de Temer busca acelerar el juicio político para que pueda comenzar a restaurar la confianza en una economía otrora en auge y eliminar de una vez cualquier duda sobre su legitimidad a la cabeza del país.
(Editado en español por Carlos Aliaga y Carlos Serrano)
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