La hija del ex presidente obtenía el 32,9% de los sufragios, según un conteo rápido. Su rival en el segundo turno sería el liberal Pedro Kuczynski, quien simaba el 21,19%.
Alegría. Keiko Fujimori, al conocer los resultados del comicio, saluda a sus seguidores (EFE)
Por: Pablo Biffi
Alegría. Keiko Fujimori, al conocer los resultados del comicio, saluda a sus seguidores (EFE)
Por: Pablo Biffi
Lima, enviado especial
Keiko Fujimori ganó de manera rotunda esta primera vuelta de los comicios, con el 39,2% de los votos, en una de las mayores votaciones de un candidato presidencial en un primer turno. Ese resultado la coloca en un buen punto de partida para el balotaje del 5 de junio frente a el candidato de Peruanos por el Kambio, el liberal Pedro Pablo Kuczynski (PPK), que alcanzaba el 21,19% de los votos y desplazaba al tercer lugar a la aspirante del izquierdista Frente Amplio, Verónika Mendoza, que sumaba un 19 por ciento. Estos datos surgen de dos “conteos rápidos” (recuento de votos sobre actas que realizan las encuestadoras y que tienen un margen de error de apenas el 1%) realizados por las empresas Ipsos y GFK para los medios peruanos, que debían ser confirmados oficialmente.
Ahora, en el balotaje, todo indica que se reeditará el debate planteado en la segunda vuelta de las elecciones de 2011, cuando el antifujimorismo se encolumnó detras de Ollanta Humala para cerrarle el paso a Keiko. Desde temprano, claro, y con el triunfo asegurado, los fujimoristas ya se preocupaban por la segunda vuelta y en ver de dónde podrían sumar votos para imponerse en junio si el candidato era PPK, capaz de aglutinar a su alrededor a quienes no quieren saber nada con la idea de que la hija del ex presidente Alberto Fujimori, preso por delitos de lesa humanidad, llegue al Palacio de Pizarro.
Más atrás quedaron el candidato de Acción Popular, Alfredo Barnechea, con el 7,1% y Alan García de la Alianza Popular-APRA con el 5,6%. El resto, apenas en el rubro “otros”, con la sorpresa de Gregorio Santos, de la izquierdista Democracia Directa, que desde la cárcel y acusado de corrupción logró un 4%. Esos votos bien podrían haberle servido a Mendoza para desplazar a PPK del segundo lugar, se quejaban por lo bajo alguno seguidores del Frente Amplio.
Con todo, en estas elecciones hubo varias muestras de cómo ha cambiado la política peruana en los últimos años: más de la mitad de la población votó por mujeres para la presidencia y ambas, además, menores de 40 años. Otra también, es que antiguos líderes y ex presidentes ya no tienen futuro: Alan García y Alejandro Toledo apenas recogieron migajas entre los votantes.
En total, cerca de 23 millones de peruanos –casi 7 millones de jóvenes, 3 millones que votaban por primera vez– estuvieron convocados a las urnas para elegir presidente y renovar los 130 escaños del Congreso unicameral. Una elección nada menor ya que, según los primeros resultados, se estima que el partido Fuerza Popular de Keiko Fujimori podría quedarse con más de 60 congresistas, cerca de la mayoría absoluta de 66. Gane o pierda en el balotaje, es un dato a tener en cuenta.
En ese marco, también es para considerar la elección realizada por el Frente Amplio, que podría llegar a tener una bancada de 20 a 22 congresistas, una presencia que la izquierda clásica (formada por partidos de origen marxista) no tenía en el Perú desde mediados de los años 80. Unas fuerzas que, entre persecusiones, errores propios, divisiones y los temores que generaban su sola mención en tiempos de violencia terrorista de Sendero Luminoso y el MRTA habían desaparecido del mapa político peruano.
La jornada había empezado bien temprano, con un cielo plomizo en Lima, con los tradicionales desayunos de los candidatos y los “madrugadores” a la hora de votar. Entre ellos estaban el presidente saliente, Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia, quienes a las 8.30 de la mañana ya habían emitido su voto en un colegio electoral de Lima, con la incógnita de saber por quién lo habían hecho, ya que el oficialista Gana Perú no tuvo candidato a presidente y tampoco aspirantes al Congreso.
Ya hacia el mediodía, todos los candidatos habían votado. Con sombrillas o paraguas para cubrirse del sol que cortaba la piel, las mujeres, y con sombrero “Panamá” algunos hombres mayores, se apretaban en el colegio Melitón Carvajal, en el barrio de Lince, desbordado por errores en la conformación de las mesas y la escasa información de los votantes. Esa pelea por acompañar a Keiko en el balotaje fue tanto generacional como ideológica: de un lado, un liberal de centroderecha, exponente de la aristocracia blanca de Lima, Kuczynski, de 77 años. Del otro, la candidata del Frente Amplio, Mendoza, nacida en la combativa Cusco hace 35 años, sicóloga egresada de la Universidad de París VII y con un máster en Ciencias Sociales de la Soborna Nueva que, pese a la derrota, emerge como una líder popular que hará ruido en los próximos años.
Ahora, en el balotaje, todo indica que se reeditará el debate planteado en la segunda vuelta de las elecciones de 2011, cuando el antifujimorismo se encolumnó detras de Ollanta Humala para cerrarle el paso a Keiko. Desde temprano, claro, y con el triunfo asegurado, los fujimoristas ya se preocupaban por la segunda vuelta y en ver de dónde podrían sumar votos para imponerse en junio si el candidato era PPK, capaz de aglutinar a su alrededor a quienes no quieren saber nada con la idea de que la hija del ex presidente Alberto Fujimori, preso por delitos de lesa humanidad, llegue al Palacio de Pizarro.
Más atrás quedaron el candidato de Acción Popular, Alfredo Barnechea, con el 7,1% y Alan García de la Alianza Popular-APRA con el 5,6%. El resto, apenas en el rubro “otros”, con la sorpresa de Gregorio Santos, de la izquierdista Democracia Directa, que desde la cárcel y acusado de corrupción logró un 4%. Esos votos bien podrían haberle servido a Mendoza para desplazar a PPK del segundo lugar, se quejaban por lo bajo alguno seguidores del Frente Amplio.
Con todo, en estas elecciones hubo varias muestras de cómo ha cambiado la política peruana en los últimos años: más de la mitad de la población votó por mujeres para la presidencia y ambas, además, menores de 40 años. Otra también, es que antiguos líderes y ex presidentes ya no tienen futuro: Alan García y Alejandro Toledo apenas recogieron migajas entre los votantes.
En total, cerca de 23 millones de peruanos –casi 7 millones de jóvenes, 3 millones que votaban por primera vez– estuvieron convocados a las urnas para elegir presidente y renovar los 130 escaños del Congreso unicameral. Una elección nada menor ya que, según los primeros resultados, se estima que el partido Fuerza Popular de Keiko Fujimori podría quedarse con más de 60 congresistas, cerca de la mayoría absoluta de 66. Gane o pierda en el balotaje, es un dato a tener en cuenta.
En ese marco, también es para considerar la elección realizada por el Frente Amplio, que podría llegar a tener una bancada de 20 a 22 congresistas, una presencia que la izquierda clásica (formada por partidos de origen marxista) no tenía en el Perú desde mediados de los años 80. Unas fuerzas que, entre persecusiones, errores propios, divisiones y los temores que generaban su sola mención en tiempos de violencia terrorista de Sendero Luminoso y el MRTA habían desaparecido del mapa político peruano.
La jornada había empezado bien temprano, con un cielo plomizo en Lima, con los tradicionales desayunos de los candidatos y los “madrugadores” a la hora de votar. Entre ellos estaban el presidente saliente, Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia, quienes a las 8.30 de la mañana ya habían emitido su voto en un colegio electoral de Lima, con la incógnita de saber por quién lo habían hecho, ya que el oficialista Gana Perú no tuvo candidato a presidente y tampoco aspirantes al Congreso.
Ya hacia el mediodía, todos los candidatos habían votado. Con sombrillas o paraguas para cubrirse del sol que cortaba la piel, las mujeres, y con sombrero “Panamá” algunos hombres mayores, se apretaban en el colegio Melitón Carvajal, en el barrio de Lince, desbordado por errores en la conformación de las mesas y la escasa información de los votantes. Esa pelea por acompañar a Keiko en el balotaje fue tanto generacional como ideológica: de un lado, un liberal de centroderecha, exponente de la aristocracia blanca de Lima, Kuczynski, de 77 años. Del otro, la candidata del Frente Amplio, Mendoza, nacida en la combativa Cusco hace 35 años, sicóloga egresada de la Universidad de París VII y con un máster en Ciencias Sociales de la Soborna Nueva que, pese a la derrota, emerge como una líder popular que hará ruido en los próximos años.
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