La minera Samarco, responsable por los diques que cedieron en noviembre y provocaron el mayor desastre ambiental de la historia de Brasil, deberá pagar dicha suma para reparar los daños al hombre y al medioambiente.
Ruptura del dique en Mariana, Minas Gerais, noviembre de 2015.
La empresa de minería Samarco acordó con el Gobierno de Brasil pagar poco más de 6.000 millones de dólares para recuperar la cuenca del río Doce y llevar adelante acciones compensatorias.
Según informó el 2 de marzo la Presidencia brasilera, el valor fue establecido en el marco de un Acuerdo de Ajuste de Conducta firmado por la empresa de minería, el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff y los gobiernos regionales de Minas Gerais y Espírito Santo, que fueron los afectados por el accidente.
"Marco en el proceso de reparación de daños"
"El acuerdo prevé la creación de un fondo para recuperar el río Doce por medio del cual deberán ser invertidos cerca 20.000 millones de reales (unos 5.000 millones de dólares) en diez años, en acciones de recuperación integral de los daños sociales, económicos y ambientales en la región de la cuenca", dijo Rousseff durante el acto en el que quedó sellado el acuerdo.
Agregó que la empresa aportará otros 4.100 millones de reales (unos 1.025 millones de dólares) "para invertir en acciones compensatorias en los próximos 15 años".
La mandataria añadió que "a pesar del sufrimiento que todavía afecta a la región", su Gobierno saluda el acuerdo "como un marco en el proceso de reparación de los daños y de recuperación del río Doce y de la vida que siempre existió a su alrededor".
El accidente ocurrió el 5 de noviembre en la ciudad de Mariana, en Minas Gerais, y dejó 17 muertos y dos desaparecidos. El dique Fundao, controlado por Samarco, cedió y lanzó al medio ambiente unos 32 millones de metros cúbicos de lodo con residuos de minería.
La riada se precipitó montaña abajo, devastó el pequeño poblado de Bento Rodrigues, invadió el río Doce y alguno de sus afluentes y llegó hasta el mar a través de las costas de Espírito Santo, arrasando con la flora y la fauna que encontró a su paso.
Especialistas advirtieron que los daños ambientales fueron sin precedentes, y que la dimensión de sus consecuencias se conocerá en los próximos años.
Ruptura del dique en Mariana, Minas Gerais, noviembre de 2015.
La empresa de minería Samarco acordó con el Gobierno de Brasil pagar poco más de 6.000 millones de dólares para recuperar la cuenca del río Doce y llevar adelante acciones compensatorias.
Según informó el 2 de marzo la Presidencia brasilera, el valor fue establecido en el marco de un Acuerdo de Ajuste de Conducta firmado por la empresa de minería, el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff y los gobiernos regionales de Minas Gerais y Espírito Santo, que fueron los afectados por el accidente.
"Marco en el proceso de reparación de daños"
"El acuerdo prevé la creación de un fondo para recuperar el río Doce por medio del cual deberán ser invertidos cerca 20.000 millones de reales (unos 5.000 millones de dólares) en diez años, en acciones de recuperación integral de los daños sociales, económicos y ambientales en la región de la cuenca", dijo Rousseff durante el acto en el que quedó sellado el acuerdo.
Agregó que la empresa aportará otros 4.100 millones de reales (unos 1.025 millones de dólares) "para invertir en acciones compensatorias en los próximos 15 años".
La mandataria añadió que "a pesar del sufrimiento que todavía afecta a la región", su Gobierno saluda el acuerdo "como un marco en el proceso de reparación de los daños y de recuperación del río Doce y de la vida que siempre existió a su alrededor".
El accidente ocurrió el 5 de noviembre en la ciudad de Mariana, en Minas Gerais, y dejó 17 muertos y dos desaparecidos. El dique Fundao, controlado por Samarco, cedió y lanzó al medio ambiente unos 32 millones de metros cúbicos de lodo con residuos de minería.
La riada se precipitó montaña abajo, devastó el pequeño poblado de Bento Rodrigues, invadió el río Doce y alguno de sus afluentes y llegó hasta el mar a través de las costas de Espírito Santo, arrasando con la flora y la fauna que encontró a su paso.
Especialistas advirtieron que los daños ambientales fueron sin precedentes, y que la dimensión de sus consecuencias se conocerá en los próximos años.
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