Fuente: EFEVerde.
Como ejemplo, el Bosque Atlántico del Alto Paraná, una selva húmeda que comprendía aproximadamente nueve millones de hectáreas, tiene en la actualidad 1,5 millones, según WWF
Evacuados por las inundaciones en Asunción, donde se esperan más subidas del Paraguay. EFE/Cristaldo
Publicado por: María Sanz 29 enero, 2016 Asunción
EFEverde.- La pérdida de masa boscosa en Paraguay, sexto país del mundo con mayor deforestación, y la aceleración de los efectos del cambio climático conforman un cóctel explosivo que agrava las consecuencias de las inundaciones, que han dejado unas 100.000 personas desplazadas de sus hogares en Asunción.
El propio Gobierno paraguayo ha reconocido que las intensas lluvias registradas en Paraguay desde el pasado diciembre se atribuyen al fenómeno climático de El Niño, que además puede repetirse en junio, como alertó esta semana.
Todo apunta por tanto a que este tipo de eventos extremos serán una constante en Paraguay en los próximos años, con inundaciones cada vez más frecuentes e intensas que anegan barrios enteros de Asunción.
La tendencia la marca el río Paraguay, que solía registrar crecidas periódicas cada diez o veinte años, pero que en los últimos dos años experimentó al menos tres crecidas, con un pico de 7,88 metros en diciembre a su paso por Asunción, unos cuatro metros más de su volumen normal.
Aunque son las intensas lluvias las responsables del crecimiento del caudal, los expertos advierten que la deforestación que padece Paraguay y la disminución de su masa boscosa son importantes factores que influyen en el aumento acelerado del Paraguay.
Una casa inundada en el barrio Sajonia de Asunción. EFE/Andrés Cristaldo Benítez
Lluvias en las cabeceras de los ríos
Se pudo ver con las fuertes lluvias registradas en noviembre y diciembre en zonas del norte del país, donde se encuentran las nacientes y principales afluentes del río.
Esas precipitaciones provocaron una crecida muy rápida en este curso de agua al carecer de la suficiente masa boscosa y de vegetación que funciona como filtro, destacó a Efe Julián Báez, titular de la Dirección Nacional de Meteorología de Paraguay.
No en vano se trata de una de las regiones de Paraguay más dañadas por la deforestación, que afecta alBosque Atlántico del Alto Paraná, una selva húmeda que comprendía aproximadamente nueve millones de hectáreas, de las que hoy sólo quedan 1,5 millones, según la organización ambientalistaWWF.
Y a nivel general, Paraguay pierde cada año unas 325.000 hectáreas de masa forestal según la Agencia de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La cifra implica una tala de 27 hectáreas de vegetación cada hora, tal y como estiman organizaciones locales como Base Investigaciones Sociales (Base IS) y Gente, Ambiente y Territorio (GAT).
Cambios de uso del suelo y migración
Esos grupos atribuyen la deforestación a causas como el cambio en el uso del suelo, que en las últimas décadas se ha dedicado al cultivo extensivo de maíz y soja, producto del que Paraguay es el cuarto exportador mundial.
La extensión de estos cultivos, que demandan poca mano de obra, provocan a su vez la migración acelerada de la población campesina hacia las ciudades, principalmente a Asunción.
En Paraguay, la Federación Nacional Campesina cifra este éxodo en alrededor de un millón de campesinos en los últimos diez años.
Poblado de evacuados de sus viviednas anegadas por las inundaciones del río en Asunción. EFE/Andrés Cristaldo B.
Una marea migratoria que en Asunción se instala en las zonas de la ciudad con un coste de vida más barato, como las que están pegadas alrío Paraguay.
Bañados
Entre ellas se encuentran los barrios conocidos como Bañados, donde viven más de 100.000 personas, la quinta parte de los habitantes de la capital, según datos oficiales.
Y es aquí cuando los campesinos emigrados se topan de nuevo con el drama de las inundaciones, ya que los Bañados son los primeros barrios en ser alcanzados por las crecidas del Paraguay.
Se trata por tanto de un circulo complejo que se cierra en Asunción, que actualmente presenta un escenario dominado por los miles de chabolas de chapa y madera barata en la que se han tenido que refugiar los millares de vecinos a quienes el agua ha expulsado de sus casas.
Es una situación de emergencia que se viene repitiendo cada año por las crecidas estacionales del río, pero que se agrava por esa deforestación que allana el camino a El Niño.
Este mes, con la llegada de un nuevo equipo de gobierno a la intendencia de Asunción, se ha vuelto a poner sobre la mesa el proyecto de edificar muros de contención en los barrios amenazados por el río que protejan a la población de sus desbordamientos.
En principio el plan no tiene mucha oposición, aunque los expertos insisten en la necesidad de implementar las políticas de conservación y en erradicar una deforestación salvaje que está acabando con el rol protector de los bosques. EFEverde
Como ejemplo, el Bosque Atlántico del Alto Paraná, una selva húmeda que comprendía aproximadamente nueve millones de hectáreas, tiene en la actualidad 1,5 millones, según WWF
Evacuados por las inundaciones en Asunción, donde se esperan más subidas del Paraguay. EFE/Cristaldo
Publicado por: María Sanz 29 enero, 2016 Asunción
EFEverde.- La pérdida de masa boscosa en Paraguay, sexto país del mundo con mayor deforestación, y la aceleración de los efectos del cambio climático conforman un cóctel explosivo que agrava las consecuencias de las inundaciones, que han dejado unas 100.000 personas desplazadas de sus hogares en Asunción.
El propio Gobierno paraguayo ha reconocido que las intensas lluvias registradas en Paraguay desde el pasado diciembre se atribuyen al fenómeno climático de El Niño, que además puede repetirse en junio, como alertó esta semana.
Todo apunta por tanto a que este tipo de eventos extremos serán una constante en Paraguay en los próximos años, con inundaciones cada vez más frecuentes e intensas que anegan barrios enteros de Asunción.
La tendencia la marca el río Paraguay, que solía registrar crecidas periódicas cada diez o veinte años, pero que en los últimos dos años experimentó al menos tres crecidas, con un pico de 7,88 metros en diciembre a su paso por Asunción, unos cuatro metros más de su volumen normal.
Aunque son las intensas lluvias las responsables del crecimiento del caudal, los expertos advierten que la deforestación que padece Paraguay y la disminución de su masa boscosa son importantes factores que influyen en el aumento acelerado del Paraguay.
Una casa inundada en el barrio Sajonia de Asunción. EFE/Andrés Cristaldo Benítez
Lluvias en las cabeceras de los ríos
Se pudo ver con las fuertes lluvias registradas en noviembre y diciembre en zonas del norte del país, donde se encuentran las nacientes y principales afluentes del río.
Esas precipitaciones provocaron una crecida muy rápida en este curso de agua al carecer de la suficiente masa boscosa y de vegetación que funciona como filtro, destacó a Efe Julián Báez, titular de la Dirección Nacional de Meteorología de Paraguay.
No en vano se trata de una de las regiones de Paraguay más dañadas por la deforestación, que afecta alBosque Atlántico del Alto Paraná, una selva húmeda que comprendía aproximadamente nueve millones de hectáreas, de las que hoy sólo quedan 1,5 millones, según la organización ambientalistaWWF.
Y a nivel general, Paraguay pierde cada año unas 325.000 hectáreas de masa forestal según la Agencia de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La cifra implica una tala de 27 hectáreas de vegetación cada hora, tal y como estiman organizaciones locales como Base Investigaciones Sociales (Base IS) y Gente, Ambiente y Territorio (GAT).
Cambios de uso del suelo y migración
Esos grupos atribuyen la deforestación a causas como el cambio en el uso del suelo, que en las últimas décadas se ha dedicado al cultivo extensivo de maíz y soja, producto del que Paraguay es el cuarto exportador mundial.
La extensión de estos cultivos, que demandan poca mano de obra, provocan a su vez la migración acelerada de la población campesina hacia las ciudades, principalmente a Asunción.
En Paraguay, la Federación Nacional Campesina cifra este éxodo en alrededor de un millón de campesinos en los últimos diez años.
Poblado de evacuados de sus viviednas anegadas por las inundaciones del río en Asunción. EFE/Andrés Cristaldo B.
Una marea migratoria que en Asunción se instala en las zonas de la ciudad con un coste de vida más barato, como las que están pegadas alrío Paraguay.
Bañados
Entre ellas se encuentran los barrios conocidos como Bañados, donde viven más de 100.000 personas, la quinta parte de los habitantes de la capital, según datos oficiales.
Y es aquí cuando los campesinos emigrados se topan de nuevo con el drama de las inundaciones, ya que los Bañados son los primeros barrios en ser alcanzados por las crecidas del Paraguay.
Se trata por tanto de un circulo complejo que se cierra en Asunción, que actualmente presenta un escenario dominado por los miles de chabolas de chapa y madera barata en la que se han tenido que refugiar los millares de vecinos a quienes el agua ha expulsado de sus casas.
Es una situación de emergencia que se viene repitiendo cada año por las crecidas estacionales del río, pero que se agrava por esa deforestación que allana el camino a El Niño.
Este mes, con la llegada de un nuevo equipo de gobierno a la intendencia de Asunción, se ha vuelto a poner sobre la mesa el proyecto de edificar muros de contención en los barrios amenazados por el río que protejan a la población de sus desbordamientos.
En principio el plan no tiene mucha oposición, aunque los expertos insisten en la necesidad de implementar las políticas de conservación y en erradicar una deforestación salvaje que está acabando con el rol protector de los bosques. EFEverde
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