Fuente: rfi
El campamento 'la jungla de Calais', norte de Francia.REUTERS/Pascal Rossignol
A finales de septiembre los franceses empezarán la construcción de un muro anti-inmigrantes en el puerto francés de Calais (norte) cuyo costo –2,7 millones de euros– será financiado por el Reino Unido. El objetivo es impedir que los inmigrantes se suban a los camiones que se dirigen a la isla.
Miles de inmigrantes de Afganistán, Irak o Sudán llegan al puerto francés de Calais con la intención de pasar a Gran Bretaña. Para ello, tratan de esconderse en uno de los camiones que recorre la circunvalación de Calais antes de atravesar la Mancha en una embarcación. La intención del muro es impedirles acceder a los camiones.
Por eso el que financia la construcción es el gobierno británico mientras que el gobierno francés autoriza la construcción y lleva a cabo las obras.
El muro tendrá cuatro metros de altura y un kilómetro de largo. Será construido a lo largo de una carretera que conduce al puerto. Se espera que las obras concluyan a finales de año.
El muro será liso por un costado, para evitar que los migrantes trepen; del otro, tendrá vegetación para tratar de disimularlo en el paisaje. Se completará de este modo una valla ya existente en el puerto y en la entrada al Túnel de la Mancha.
El muro pasará a engrosar el arsenal de vallas y barreras construidas en Europa, que se enfrenta a un constante flujo de inmigrantes.
En las redes sociales llueven las críticas. Muchos comparan el muro de Calais con el que Trump quiere construir en la frontera entre Estados Unidos y México. Un colectivo de asociaciones británicas (Citizens) pidió invertir el dinero, más bien, en los menores que están bloqueados en Calais y que tienen familia en Reino Unido. La diputada verde británica, Caroline Lucas, calificó el muro de “monstruosidad”.
Pero la crítica más fuerte ha sido la del jefe del sector transportista británico que considera este muro como un “despilfarro”. El muro, según algunos conductores, puede ocasionar numerosos accidentes.
Según las autoridades locales, 6.900 migrantes, la mayoría a la espera de poder dirigirse a Reino Unido, están en la “jungla” de Calais Las asociaciones sin embargo hablan de 9.000 personas.
Cerca de Calais, el lunes pasado, comenzó una doble protesta de transportistas y de agricultores franceses para pedir a las autoridades el desmantelamiento lo antes posible de la “jungla”, el mayor campo de refugiados de Francia.
A pesar de la visita el viernes del ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, y del anuncio del desmantelamiento del campamento, los organizadores decidieron mantener la operación, la primera de este tipo desde el inicio de la crisis migratoria en la región.
El muro pasará a engrosar el arsenal de vallas y barreras construidas en Europa, que se enfrenta a un constante flujo de inmigrantes.
El campamento 'la jungla de Calais', norte de Francia.REUTERS/Pascal Rossignol
A finales de septiembre los franceses empezarán la construcción de un muro anti-inmigrantes en el puerto francés de Calais (norte) cuyo costo –2,7 millones de euros– será financiado por el Reino Unido. El objetivo es impedir que los inmigrantes se suban a los camiones que se dirigen a la isla.
Miles de inmigrantes de Afganistán, Irak o Sudán llegan al puerto francés de Calais con la intención de pasar a Gran Bretaña. Para ello, tratan de esconderse en uno de los camiones que recorre la circunvalación de Calais antes de atravesar la Mancha en una embarcación. La intención del muro es impedirles acceder a los camiones.
Por eso el que financia la construcción es el gobierno británico mientras que el gobierno francés autoriza la construcción y lleva a cabo las obras.
El muro tendrá cuatro metros de altura y un kilómetro de largo. Será construido a lo largo de una carretera que conduce al puerto. Se espera que las obras concluyan a finales de año.
El muro será liso por un costado, para evitar que los migrantes trepen; del otro, tendrá vegetación para tratar de disimularlo en el paisaje. Se completará de este modo una valla ya existente en el puerto y en la entrada al Túnel de la Mancha.
El muro pasará a engrosar el arsenal de vallas y barreras construidas en Europa, que se enfrenta a un constante flujo de inmigrantes.
En las redes sociales llueven las críticas. Muchos comparan el muro de Calais con el que Trump quiere construir en la frontera entre Estados Unidos y México. Un colectivo de asociaciones británicas (Citizens) pidió invertir el dinero, más bien, en los menores que están bloqueados en Calais y que tienen familia en Reino Unido. La diputada verde británica, Caroline Lucas, calificó el muro de “monstruosidad”.
Pero la crítica más fuerte ha sido la del jefe del sector transportista británico que considera este muro como un “despilfarro”. El muro, según algunos conductores, puede ocasionar numerosos accidentes.
Según las autoridades locales, 6.900 migrantes, la mayoría a la espera de poder dirigirse a Reino Unido, están en la “jungla” de Calais Las asociaciones sin embargo hablan de 9.000 personas.
Cerca de Calais, el lunes pasado, comenzó una doble protesta de transportistas y de agricultores franceses para pedir a las autoridades el desmantelamiento lo antes posible de la “jungla”, el mayor campo de refugiados de Francia.
A pesar de la visita el viernes del ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, y del anuncio del desmantelamiento del campamento, los organizadores decidieron mantener la operación, la primera de este tipo desde el inicio de la crisis migratoria en la región.
El muro pasará a engrosar el arsenal de vallas y barreras construidas en Europa, que se enfrenta a un constante flujo de inmigrantes.
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