Fuente: DW.
Ecuador inició explotación de mayor bloque petrolero en la Amazonía. ¿Por qué la polémica extracción de petróleo, justo cuando los precios están por el suelo? Este petróleo le saldrá caro a los ecuatorianos.
Indígena de la etnia Kichwa en el Parque Natural Yasuní.
La propuesta del presidente Rafael Correa sonaba justa y necesaria: Ecuador dejaría de explotar crudo si los países industrializados le pagaban por no hacerlo. Al fin y al cabo, no solo hay consenso internacional sobre las funestas consecuencias del cambio climático, sino también en cuanto a que los países desarrollados son, al mismo tiempo, los mayores contaminadores del medio ambiente. Así que Correa prometía no tocar la Reserva Natural de Yasuní, a cambio de dinero contante y sonante. El plan no funcionó. Ni todos los países industriales estuvieron dispuestos a pagar, ni el Gobierno de Correa a dejar supervisar el empleo de los dineros.
La Reserva Natural de Yasuní, abarca una extensión de casi un millón de hectáreas y es el territorio de los pueblos Tagaeri y Taromenane, que viven en aislamiento voluntario, además de albergar una gran variedad de fauna y flora. "Este es el peor lugar imaginable para la extracción de petróleo. El mundo simplemente no puede permitirse el lujo de perder un lugar como Yasuní", reiteró Kevin Koenig, director del Programa Ecuador de Amazon Watch a DW.
La fase de extracción del polémico yacimiento conocido como ITT (Ishpingo-Tambococha-Tiputini) o bloque 43, ubicado en la parte inferior del Parque Nacional Yasuní, arrancó con la producción de 12 pozos del campo Tiputini, el único que se encuentra fuera de la reserva ecológica. Con la operación formal de Tiputini, la producción total de Ecuador sube a unos 570.000 barriles de petróleo por día (bpd).
Según el vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, "arranca una nueva era, un nuevo horizonte petrolero para los ecuatorianos". La explotación formal del bloque ITT se concreta en momentos en que el socio más pequeño de la OPEP enfrenta los efectos de la caída del precio del crudo. Pero si bien otras economías latinoamericanas explotadoras de crudo como Venezuela, México, Colombia y Brasil también han sufrido la caída de los precios, el impacto es mayor en la economía dolarizada de Ecuador.
Francisco Briones Rugel, economista de la ESPOL, experto de Inteligencia Estratégica.
Pero, ¿por qué vender ahora un producto cuyos precios no pueden ser ahora más malos? “La razón está en que, a pesar de que Ecuador es vendedor de petróleo, “no está recibiendo un solo dólar por ese rubro”, aclara el analista Francisco Briones, del Think Tank, Inteligencia Estratégica, con sede en Ecuador. La explicación: “Ecuador tiene comprometida su producción de petróleo por, al menos, los próximos dos años, a China y Tailandia”.
Según Briones, “debido al gasto del 30% del PIB ecuatoriano, Correa ha hecho ventas anticipadas del petróleo que comprometen las finanzas. Estos 3 ó 4 mil millones de dólares, que por ley deberían haber sido utilizado para la inversión en obras públicas, han sido gastados en el mantenimiento del Estado central”.
A la falta de inversión se suma el crecimiento de la deuda pública de Ecuador que ahora tiene que destinar unos 4 mil millones de dólares anuales para pagar su servicio. “Aunque el desaparecido Hugo Chávez aplicó un modelo similar de ‘ventas anticipadas de petróleo', fue realmente Correa el primero en implantarlo en la región”, destaca Briones y critica la estrategia de Correa de desdeñar la inversión privada que, en determinado caso, puede soportar mejor las vacas flacas de un mercado tan voluble como el petrolero, sin afectar la liquidez de todo un Estado.
Ahora, Ecuador le mete la mano a un recurso natural no renovable en una región altamente sensible y controvertida, para poder entregar petróleo por un valor de 2.500 millones de dólares que debe, sin que reciba un solo billete más, mientras los gastos del Estado corren. Para Briones está es una transacción a todas luces lesiva para los ecuatorianos: “No solo porque ahora Ecuador tiene que entregar más petróleo para cubrir la deuda, sino porque ha tenido que pagar hasta un 8% de intereses sobre el dinero recibido anticipadamente”.
¿Qué pasó con el dinero que Quito recibió durante el boom petrolero?
“Ecuador se lo gastó íntegramente”, enfatiza el economista de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL), con sede en Guayaquil, y agrega que “el Gobierno de Ecuador no ahorró para el futuro de los ecuatorianos. Si bien, construyó edificios para escuelas y hospitales, no invirtió en el mejoramiento de esos servicios”.
Y, como si fuera poco, Ecuador está atado a la “camisa de fuerza” que significa la dolarización. Briones recuerda que “Ecuador no posee ninguna herramienta monetaria como la devaluación de su moneda, porque, sencillamente, no tiene moneda propia”.
El panorama no podía ser más preocupante para los ecuatorianos: falta de una economía participativa, pocos incentivos para la inversión privada, falta de un fondo de ahorro, falta de una moneda propia y la presión de pagar en especies lo que ya se gastó en dinero, se suma a la mínima diversificación de una economía que no ha firmado un solo tratado de libre comercio. Así, el “nuevo horizonte” del que habla el Gobierno de Ecuador, es tan incierto como los precios del petróleo. ¿Quién piensa ahora en ecología y los indígenas afectados?
Ecuador inició explotación de mayor bloque petrolero en la Amazonía. ¿Por qué la polémica extracción de petróleo, justo cuando los precios están por el suelo? Este petróleo le saldrá caro a los ecuatorianos.
Indígena de la etnia Kichwa en el Parque Natural Yasuní.
La propuesta del presidente Rafael Correa sonaba justa y necesaria: Ecuador dejaría de explotar crudo si los países industrializados le pagaban por no hacerlo. Al fin y al cabo, no solo hay consenso internacional sobre las funestas consecuencias del cambio climático, sino también en cuanto a que los países desarrollados son, al mismo tiempo, los mayores contaminadores del medio ambiente. Así que Correa prometía no tocar la Reserva Natural de Yasuní, a cambio de dinero contante y sonante. El plan no funcionó. Ni todos los países industriales estuvieron dispuestos a pagar, ni el Gobierno de Correa a dejar supervisar el empleo de los dineros.
La Reserva Natural de Yasuní, abarca una extensión de casi un millón de hectáreas y es el territorio de los pueblos Tagaeri y Taromenane, que viven en aislamiento voluntario, además de albergar una gran variedad de fauna y flora. "Este es el peor lugar imaginable para la extracción de petróleo. El mundo simplemente no puede permitirse el lujo de perder un lugar como Yasuní", reiteró Kevin Koenig, director del Programa Ecuador de Amazon Watch a DW.
La fase de extracción del polémico yacimiento conocido como ITT (Ishpingo-Tambococha-Tiputini) o bloque 43, ubicado en la parte inferior del Parque Nacional Yasuní, arrancó con la producción de 12 pozos del campo Tiputini, el único que se encuentra fuera de la reserva ecológica. Con la operación formal de Tiputini, la producción total de Ecuador sube a unos 570.000 barriles de petróleo por día (bpd).
Según el vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, "arranca una nueva era, un nuevo horizonte petrolero para los ecuatorianos". La explotación formal del bloque ITT se concreta en momentos en que el socio más pequeño de la OPEP enfrenta los efectos de la caída del precio del crudo. Pero si bien otras economías latinoamericanas explotadoras de crudo como Venezuela, México, Colombia y Brasil también han sufrido la caída de los precios, el impacto es mayor en la economía dolarizada de Ecuador.
Francisco Briones Rugel, economista de la ESPOL, experto de Inteligencia Estratégica.
Pero, ¿por qué vender ahora un producto cuyos precios no pueden ser ahora más malos? “La razón está en que, a pesar de que Ecuador es vendedor de petróleo, “no está recibiendo un solo dólar por ese rubro”, aclara el analista Francisco Briones, del Think Tank, Inteligencia Estratégica, con sede en Ecuador. La explicación: “Ecuador tiene comprometida su producción de petróleo por, al menos, los próximos dos años, a China y Tailandia”.
Según Briones, “debido al gasto del 30% del PIB ecuatoriano, Correa ha hecho ventas anticipadas del petróleo que comprometen las finanzas. Estos 3 ó 4 mil millones de dólares, que por ley deberían haber sido utilizado para la inversión en obras públicas, han sido gastados en el mantenimiento del Estado central”.
A la falta de inversión se suma el crecimiento de la deuda pública de Ecuador que ahora tiene que destinar unos 4 mil millones de dólares anuales para pagar su servicio. “Aunque el desaparecido Hugo Chávez aplicó un modelo similar de ‘ventas anticipadas de petróleo', fue realmente Correa el primero en implantarlo en la región”, destaca Briones y critica la estrategia de Correa de desdeñar la inversión privada que, en determinado caso, puede soportar mejor las vacas flacas de un mercado tan voluble como el petrolero, sin afectar la liquidez de todo un Estado.
Ahora, Ecuador le mete la mano a un recurso natural no renovable en una región altamente sensible y controvertida, para poder entregar petróleo por un valor de 2.500 millones de dólares que debe, sin que reciba un solo billete más, mientras los gastos del Estado corren. Para Briones está es una transacción a todas luces lesiva para los ecuatorianos: “No solo porque ahora Ecuador tiene que entregar más petróleo para cubrir la deuda, sino porque ha tenido que pagar hasta un 8% de intereses sobre el dinero recibido anticipadamente”.
¿Qué pasó con el dinero que Quito recibió durante el boom petrolero?
“Ecuador se lo gastó íntegramente”, enfatiza el economista de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL), con sede en Guayaquil, y agrega que “el Gobierno de Ecuador no ahorró para el futuro de los ecuatorianos. Si bien, construyó edificios para escuelas y hospitales, no invirtió en el mejoramiento de esos servicios”.
Y, como si fuera poco, Ecuador está atado a la “camisa de fuerza” que significa la dolarización. Briones recuerda que “Ecuador no posee ninguna herramienta monetaria como la devaluación de su moneda, porque, sencillamente, no tiene moneda propia”.
El panorama no podía ser más preocupante para los ecuatorianos: falta de una economía participativa, pocos incentivos para la inversión privada, falta de un fondo de ahorro, falta de una moneda propia y la presión de pagar en especies lo que ya se gastó en dinero, se suma a la mínima diversificación de una economía que no ha firmado un solo tratado de libre comercio. Así, el “nuevo horizonte” del que habla el Gobierno de Ecuador, es tan incierto como los precios del petróleo. ¿Quién piensa ahora en ecología y los indígenas afectados?
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