Fuente: Reuters.
Por Angus McDowall
RIAD (Reuters) - Arabia Saudita ejecutó el sábado a un destacado clérigo chií y a decenas de miembros de al Qaeda, en una muestra de que no tolerará los ataques de los yihadistas suníes ni de la minoría chií que demanda igualdad, pero provocó molestia en toda la región.
Musulmanes chiíes marcharon en el distrito de Qatif en el este de Arabia Saudita para protestar por la ejecución del clérigo Nimr al-Nimra, dijo un testigo. Los manifestantes gritaban "abajo Al Saud", el nombre de la familia regente saudí.
Sin embargo, la mayoría de los 47 reos muertos en la mayor ejecución masiva realizada en el reino en décadas eran suníes condenados por ataques de al Qaeda en Arabia Saudita hace diez años. Cuatro, incluyendo a Nimr, eran chiíes acusados de disparar contra policías.
Las ejecuciones tuvieron lugar en 12 ciudades de Arabia Saudita, donde cuatro prisiones recurrieron a pelotones de fusilamiento mientras que el resto optó por decapitaciones. En diciembre, al Qaeda en la Península Arábiga amenazó con emprender represalias contra el reino por cualquier ejecución de sus miembros.
Irán, el principal rival regional de Riad, y sus aliados chiíes reaccionaron de inmediato con fuertes condenas por la ejecución de Nimr y la policía saudita reforzó la seguridad en un distrito en que esa secta del Islam es mayoritaria, en caso de protestas, dijeron residentes.
Un importante clérigo iraní dijo que el Gobierno de la familia Al Saud será "borrado de las páginas de la historia", el grupo Houthi de Yemen describió a Nimr como un "guerrero santo" y la milicia libanesa de Hezbollah dijo que Riad había cometido "un grave error".
En Irak, importantes figuras políticas y religiosas llamaron a cortar relaciones con Arabia Saudita y cuestionaron los esfuerzos de Riad para recomponer vínculos que podrían ayudar a fortalecer una alianza regional contra militantes de Estado Islámico.
El grupo islamista llamó el sábado a que sus partidarios perpetren ataques contra soldados y policías saudíes en represarlia por la ejecución de militantes a través de un mensaje en Telegram Channel, un medio por el que se comunican sus simpatizantes, informó el grupo de monitorización SITE.
La familia gobernante Al Saud de Arabia Saudita ha visto con preocupación cómo los últimos años de agitación en Oriente Medio, especialmente en Siria e Irak, han empoderado a grupos yihadistas suníes que buscan derrocarla y que han dado oportunidad a que el Irán chií propague su influencia.
La ejecución simultánea de 45 saudíes, un egipcio y un hombre de Chad fue el mayor acto masivo de ese tipo por violaciones a la seguridad de Arabia Saudita desde la eliminación en 1980 de 63 rebeldes yihadistas que capturaron la Gran Mezquita de La Meca en 1979.
Entre los 43 yihadistas saudíes ejecutados el sábado figuraban varios prominentes miembros de al Qaeda, incluyendo a aquellos condenados por ataques contra instalaciones occidentales, edificios gubernamentales y misiones diplomáticas en las que murieron cientos de personas entre 2003 y 2006.
(Reporte adicional de Sami Aboudi, Sam Wilkin, Noah Browning, Omar Fahmy y Katie Paul. Traducido por la Redacción de Madrid/Mesa Santiago. Editado por Patricio Abusleme vía Mesa Santiago)
Por Angus McDowall
RIAD (Reuters) - Arabia Saudita ejecutó el sábado a un destacado clérigo chií y a decenas de miembros de al Qaeda, en una muestra de que no tolerará los ataques de los yihadistas suníes ni de la minoría chií que demanda igualdad, pero provocó molestia en toda la región.
Musulmanes chiíes marcharon en el distrito de Qatif en el este de Arabia Saudita para protestar por la ejecución del clérigo Nimr al-Nimra, dijo un testigo. Los manifestantes gritaban "abajo Al Saud", el nombre de la familia regente saudí.
Sin embargo, la mayoría de los 47 reos muertos en la mayor ejecución masiva realizada en el reino en décadas eran suníes condenados por ataques de al Qaeda en Arabia Saudita hace diez años. Cuatro, incluyendo a Nimr, eran chiíes acusados de disparar contra policías.
Las ejecuciones tuvieron lugar en 12 ciudades de Arabia Saudita, donde cuatro prisiones recurrieron a pelotones de fusilamiento mientras que el resto optó por decapitaciones. En diciembre, al Qaeda en la Península Arábiga amenazó con emprender represalias contra el reino por cualquier ejecución de sus miembros.
Irán, el principal rival regional de Riad, y sus aliados chiíes reaccionaron de inmediato con fuertes condenas por la ejecución de Nimr y la policía saudita reforzó la seguridad en un distrito en que esa secta del Islam es mayoritaria, en caso de protestas, dijeron residentes.
Un importante clérigo iraní dijo que el Gobierno de la familia Al Saud será "borrado de las páginas de la historia", el grupo Houthi de Yemen describió a Nimr como un "guerrero santo" y la milicia libanesa de Hezbollah dijo que Riad había cometido "un grave error".
En Irak, importantes figuras políticas y religiosas llamaron a cortar relaciones con Arabia Saudita y cuestionaron los esfuerzos de Riad para recomponer vínculos que podrían ayudar a fortalecer una alianza regional contra militantes de Estado Islámico.
El grupo islamista llamó el sábado a que sus partidarios perpetren ataques contra soldados y policías saudíes en represarlia por la ejecución de militantes a través de un mensaje en Telegram Channel, un medio por el que se comunican sus simpatizantes, informó el grupo de monitorización SITE.
La familia gobernante Al Saud de Arabia Saudita ha visto con preocupación cómo los últimos años de agitación en Oriente Medio, especialmente en Siria e Irak, han empoderado a grupos yihadistas suníes que buscan derrocarla y que han dado oportunidad a que el Irán chií propague su influencia.
La ejecución simultánea de 45 saudíes, un egipcio y un hombre de Chad fue el mayor acto masivo de ese tipo por violaciones a la seguridad de Arabia Saudita desde la eliminación en 1980 de 63 rebeldes yihadistas que capturaron la Gran Mezquita de La Meca en 1979.
Entre los 43 yihadistas saudíes ejecutados el sábado figuraban varios prominentes miembros de al Qaeda, incluyendo a aquellos condenados por ataques contra instalaciones occidentales, edificios gubernamentales y misiones diplomáticas en las que murieron cientos de personas entre 2003 y 2006.
(Reporte adicional de Sami Aboudi, Sam Wilkin, Noah Browning, Omar Fahmy y Katie Paul. Traducido por la Redacción de Madrid/Mesa Santiago. Editado por Patricio Abusleme vía Mesa Santiago)
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