*Esta noticia tiene muchas caras e implicaciones, se le recomienda al lector no guiarse por la información de una sola fuente.
Fuente: La Nación (Argentina)
Fuente: La Nación (Argentina)
A siete años de la muerte de Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón, cuyos cuerpos fueron encontrados en un zanjón a unos 650 metros de la ruta 24 en General Rodríguez (hecho conocido como el "Triple crimen"), el programa Periodismo para Todos (PPT) que conduce Jorge Lanata emitió un informe que vincula al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, con la causa que investiga la muerte de estas personas por el negocio del tráfico de efedrina.
Los testimonios de Martín Lanatta, uno de los condenados por el crimen, así como el de la viuda de Sebastián Forza y Diego Ferrón [hermano de otra de las víctimas, Damián Ferrón], vinculan a Aníbal Fernández y un agente de la ex SIDE, "Máximo", con las operaciones que se adelantaban para proteger el negocio.
"El vínculo con Aníbal era por medio de Sebastián Forza", dijo Lanatta. "Él me comenta que lo estaban persiguiendo y que en cualquier momento entra en cana. En ese momento tenía un socio que era comisario general, y le comenté, y a través de él me reuní con Aníbal".
"Quien dio la orden de la muerte fue Aníbal. El negocio del tráfico de efedrina se lo queda él con la gente de inteligencia. Forza llegó a ser un estorbo porque sus clientes no llegaban a los carteles de México", dijo Martín Lanatta, condenado por el Triple Crimen
"Aníbal me dijo: 'Ese tipo está muy complicado, sólo para hablar de ese caso me tienen que dar 250.000 dólares'. En esa reunión solo estábamos tres personas. Luego hablo con Forza y a los tres o cuatro días me dice que tiene la plata", agregó Lanatta, quien además asegura que la viuda de Forza, Solange Bellone, "lo sabe".
En las imágenes de archivo en la que se escucha el testimonio de Bellone, la viuda de Forza asegura que "a Sebastián lo seguían, no sé si la Policía o quién, pero le pedían información y plata. Él [por Sebastián Forza], me dice que arregló para que no lo molestaran más con alguien que le decían 'La Morsa', alguien que tenía bigote. La persona con la que trató para el pago".
Continuando con su testimonio, Lanatta ofreció detalles de otras reuniones en las que el actual jefe de Gabinete interactúa con Sebastián Forza para comenzar a tomar el control del negocio. "Le dice que se manejen juntos en el negocio de la efedrina. Empieza a encaminarlo para tener el control del negocio. Pero en ese momento no sé cuál contacto tenía Elisa Carrió, pero tenía la información y me empezó a pegar con ese tema".
"El ex agente de la SIDE que trabajaba con Aníbal era de su confianza", continuó. "Y quién dio la orden de la muerte fue Aníbal. El negocio del tráfico de efedrina se lo queda él con la gente de inteligencia. Forza llegó a ser un estorbo porque sus clientes no llegaban a los carteles de México. Llegó otra gente vinculada a los carteles, de origen mexicano. Había uno que aportaba el dinero, uno recibía el producto, coordinaban la entrega con el de inteligencia y pagaba otro por Capital Federal. Llevo el dinero del depto del mexicano hacia el domicilio de Aníbal Fernández con "Máximo" (el ex agente de la SIDE). Fueron dos millones de dólares.Tengo la dirección y los nombres", sentenció.
Por su parte, Diego Ferrón declaró que la muerte de su hermano Damián "destapo otras causas, se descubrió lo que es la efedrina, la cocina de Maschwitz, la mafia de los medicamentos y los aportes a la campaña" presidencial del primer mandato de Cristina Kirchner. "Forza hizo aportes a la campaña por 200.000 pesos".
"Yo estuve en las audiencias y allí se nombraron personajes que pueden estar involucrados. 'La Morsa' supuestamente tenía bigotes, era la protección. Hay registros de 600 llamadas a Aníbal, pero cuando fui a hablar con él nunca me recibió, me rechazó siempre. Mi hermano murió y espero que no haya sido en vano todo esto, porque esto lo hizo gente profesional que se confundió en muy pocas cosas. ¿Aníbal era el jefe? No sé, no lo puedo probar, pero sí lo escuché, sí lo mencionaron", declaró Ferrón.
Los testimonios de Martín Lanatta, uno de los condenados por el crimen, así como el de la viuda de Sebastián Forza y Diego Ferrón [hermano de otra de las víctimas, Damián Ferrón], vinculan a Aníbal Fernández y un agente de la ex SIDE, "Máximo", con las operaciones que se adelantaban para proteger el negocio.
"El vínculo con Aníbal era por medio de Sebastián Forza", dijo Lanatta. "Él me comenta que lo estaban persiguiendo y que en cualquier momento entra en cana. En ese momento tenía un socio que era comisario general, y le comenté, y a través de él me reuní con Aníbal".
"Quien dio la orden de la muerte fue Aníbal. El negocio del tráfico de efedrina se lo queda él con la gente de inteligencia. Forza llegó a ser un estorbo porque sus clientes no llegaban a los carteles de México", dijo Martín Lanatta, condenado por el Triple Crimen
"Aníbal me dijo: 'Ese tipo está muy complicado, sólo para hablar de ese caso me tienen que dar 250.000 dólares'. En esa reunión solo estábamos tres personas. Luego hablo con Forza y a los tres o cuatro días me dice que tiene la plata", agregó Lanatta, quien además asegura que la viuda de Forza, Solange Bellone, "lo sabe".
En las imágenes de archivo en la que se escucha el testimonio de Bellone, la viuda de Forza asegura que "a Sebastián lo seguían, no sé si la Policía o quién, pero le pedían información y plata. Él [por Sebastián Forza], me dice que arregló para que no lo molestaran más con alguien que le decían 'La Morsa', alguien que tenía bigote. La persona con la que trató para el pago".
Continuando con su testimonio, Lanatta ofreció detalles de otras reuniones en las que el actual jefe de Gabinete interactúa con Sebastián Forza para comenzar a tomar el control del negocio. "Le dice que se manejen juntos en el negocio de la efedrina. Empieza a encaminarlo para tener el control del negocio. Pero en ese momento no sé cuál contacto tenía Elisa Carrió, pero tenía la información y me empezó a pegar con ese tema".
"El ex agente de la SIDE que trabajaba con Aníbal era de su confianza", continuó. "Y quién dio la orden de la muerte fue Aníbal. El negocio del tráfico de efedrina se lo queda él con la gente de inteligencia. Forza llegó a ser un estorbo porque sus clientes no llegaban a los carteles de México. Llegó otra gente vinculada a los carteles, de origen mexicano. Había uno que aportaba el dinero, uno recibía el producto, coordinaban la entrega con el de inteligencia y pagaba otro por Capital Federal. Llevo el dinero del depto del mexicano hacia el domicilio de Aníbal Fernández con "Máximo" (el ex agente de la SIDE). Fueron dos millones de dólares.Tengo la dirección y los nombres", sentenció.
Por su parte, Diego Ferrón declaró que la muerte de su hermano Damián "destapo otras causas, se descubrió lo que es la efedrina, la cocina de Maschwitz, la mafia de los medicamentos y los aportes a la campaña" presidencial del primer mandato de Cristina Kirchner. "Forza hizo aportes a la campaña por 200.000 pesos".
"Yo estuve en las audiencias y allí se nombraron personajes que pueden estar involucrados. 'La Morsa' supuestamente tenía bigotes, era la protección. Hay registros de 600 llamadas a Aníbal, pero cuando fui a hablar con él nunca me recibió, me rechazó siempre. Mi hermano murió y espero que no haya sido en vano todo esto, porque esto lo hizo gente profesional que se confundió en muy pocas cosas. ¿Aníbal era el jefe? No sé, no lo puedo probar, pero sí lo escuché, sí lo mencionaron", declaró Ferrón.
José Luis Salerno, socio de Sebastián Ferrón y quien está investigado en la causa de la efedrina, declaró que Aníbal Fernández está "muy involucrado en el juicio de la efedrina" y era parte de la banda "oficial" del negocio. "Esteban Pérez Corradi estaba vinculado con Aníbal Fernández y ellos tenían armada la "banda oficial" del negocio. Forza, Bina y Ferrón estaban armando otra banda, le querían cagar el negocio", sostuvo Salerno.
Perez Corradi andaba siempre con una notebook conectada a cuentas bancarias, que me las mostró. Él me decía que eran cuentas que manejaban con el Gobierno, que con el negocio de la efedrina lavaban dinero para la campaña
"Yo le vendía efedrina a Pérez Corradi, quien en muchas ocasiones quiso comprarme la farmacia o asociarse conmigo, pero nunca quise y le presenté un contacto de otra droguería, porque él buscaba una cantidad que yo no le podía ofrecer. En agradecimiento, me regaló un auto", agregó.
Salerno describió como era el negocio que manejaba Pérez Corradi, prófugo hoy en día y uno de los mayores proveedores de efedrina a los carteles mexicanos. "Se compraba a China, que estaba afuera de la ley de patente, venia vía naval, llegaba con otro nombre y de ahí iba a Panamá y de ahí a México como destino final. Parte de la cantidad de efedrina que se dice que se vendió es en parte real, pero hay parte que no existió, venía camuflada, se vendió mas de lo que se dice", afirmó.
"Perez Corradi andaba siempre con una notebook conectada a cuentas bancarias, que me las mostró. Él me decía que eran cuentas que manejaban con el Gobierno, que con el negocio de la efedrina lavaban dinero para la campaña", declaró.
Salerno contó el momento que se enteró que la morsa, tantas veces nombrado por el mismo Pérez Corradi, era el actual jefe de gabinete de la Nación. "Era muy reticente en dar nombres personales, pero cuando le pregunté quien era "la morsa", me nombró a Aníbal Fernández. Yo lo declaro en el juicio del triple crimen y al otro día me llamaron de la Secretaria de Fernández", sentenció.
El involucrado en el caso de la efedrina aseguró que nunca quiso contar esto por miedo a la gente que lo rodeaba, pero que tiene fe que todo esto va a salir a la luz. "Yo creo que con la verdad voy a salir adelante. Mi verdad es que hay una corrupción terrible y que mataron y metieron preso a gente que no tiene nada que ver para cubrir esta corrupción. Arruinaron la vida de mucha gente", concluyó entre lágrimas.
Perez Corradi andaba siempre con una notebook conectada a cuentas bancarias, que me las mostró. Él me decía que eran cuentas que manejaban con el Gobierno, que con el negocio de la efedrina lavaban dinero para la campaña
"Yo le vendía efedrina a Pérez Corradi, quien en muchas ocasiones quiso comprarme la farmacia o asociarse conmigo, pero nunca quise y le presenté un contacto de otra droguería, porque él buscaba una cantidad que yo no le podía ofrecer. En agradecimiento, me regaló un auto", agregó.
Salerno describió como era el negocio que manejaba Pérez Corradi, prófugo hoy en día y uno de los mayores proveedores de efedrina a los carteles mexicanos. "Se compraba a China, que estaba afuera de la ley de patente, venia vía naval, llegaba con otro nombre y de ahí iba a Panamá y de ahí a México como destino final. Parte de la cantidad de efedrina que se dice que se vendió es en parte real, pero hay parte que no existió, venía camuflada, se vendió mas de lo que se dice", afirmó.
"Perez Corradi andaba siempre con una notebook conectada a cuentas bancarias, que me las mostró. Él me decía que eran cuentas que manejaban con el Gobierno, que con el negocio de la efedrina lavaban dinero para la campaña", declaró.
Salerno contó el momento que se enteró que la morsa, tantas veces nombrado por el mismo Pérez Corradi, era el actual jefe de gabinete de la Nación. "Era muy reticente en dar nombres personales, pero cuando le pregunté quien era "la morsa", me nombró a Aníbal Fernández. Yo lo declaro en el juicio del triple crimen y al otro día me llamaron de la Secretaria de Fernández", sentenció.
El involucrado en el caso de la efedrina aseguró que nunca quiso contar esto por miedo a la gente que lo rodeaba, pero que tiene fe que todo esto va a salir a la luz. "Yo creo que con la verdad voy a salir adelante. Mi verdad es que hay una corrupción terrible y que mataron y metieron preso a gente que no tiene nada que ver para cubrir esta corrupción. Arruinaron la vida de mucha gente", concluyó entre lágrimas.
ANÍBAL, OTRA VEZ VINCULADO
No es la primera vez que el actual jefe de Gabinete es vinculado con el triple crimen y la ruta de la efedrina. La legisladora porteña Graciela Ocaña, quien fue ministra de Salud del gobierno de Cristina Kirchner hasta 2009, vinculó a Aníbal Fernández con el triple crimen de la efedrina, ocurrido en 2008 y que además se relacionó con la campaña presidencial por el que la Presidenta llegó al poder por primera vez.
En enero de 2013, Ocaña manifestó que existían sospechas de que Aníbal Fernández brindaba "protección política" a una de las víctimas. La ex interventora del PAMI recordó que en la investigación penal del triple homicidio se alude a un personaje apodado "la Morsa" que brindó protección política y policial al asesinado Sebastián Forza a cambio de 250.000 dólares.
"Yo no estoy imputando. Son las sospechas que muchos vinculan. El senador deberá ser el primer interesado en aclarar estos elementos y ponerse a disposición de la Justicia en esta nueva causa que se inicia", declaró en aquel entonces Ocaña, quien fue demandada meses más tarde por Fernández por daños y perjuicios, aludiendo que atentó contra su buen nombre y honor al vincularlo con el llamado "triple crimen".
EL TRIPLE CRIMEN DE GENERAL RODRÍGUEZ
Siete años atrás, un 7 de agosto de 2008, Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón asistían a una reunión en el hipermercado Walmart de la localidad bonaerense de Sarandí para no volver a ser vistos con vida nunca más. El 13 de agosto del mismo año, los cuerpos de estos tres hombres fueron hallados en un zanjón, a unos 650 metros de la ruta 24, en General Rodríguez.
Los descubrió un hombre que pasaba por la zona y que pensó, en primer lugar, que se trataba de tres borrachos. De esa manera comenzaba a salir a la luz una historia de drogas, negocios y muerte.
Los cadáveres estaban boca abajo y tenían los pies y las manos atadas con precintos plásticos. Ferrón y Bina recibieron cuatro disparos de arma de fuego en distintas partes del cuerpo. Forza fue ejecutado de ocho disparos.
Por el hecho, cuatro personas fueron condenadas: los hermanos Víctor y Marcelo Schillaci, y los hermanos Cristian y Martín Lanatta. Se los acusó de privación ilegal de la libertad agravada en concurso real con homicidio agravado por ensañamiento, alevosía y por la participación de más de dos personas.
En diciembre de 2013, los hermanos Lanatta y Marcelo Schillaci intentaron fugarse del penal de Sierra Chica, pero el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) logró descubrir el plan y frustró la evasión.
No es la primera vez que el actual jefe de Gabinete es vinculado con el triple crimen y la ruta de la efedrina. La legisladora porteña Graciela Ocaña, quien fue ministra de Salud del gobierno de Cristina Kirchner hasta 2009, vinculó a Aníbal Fernández con el triple crimen de la efedrina, ocurrido en 2008 y que además se relacionó con la campaña presidencial por el que la Presidenta llegó al poder por primera vez.
En enero de 2013, Ocaña manifestó que existían sospechas de que Aníbal Fernández brindaba "protección política" a una de las víctimas. La ex interventora del PAMI recordó que en la investigación penal del triple homicidio se alude a un personaje apodado "la Morsa" que brindó protección política y policial al asesinado Sebastián Forza a cambio de 250.000 dólares.
"Yo no estoy imputando. Son las sospechas que muchos vinculan. El senador deberá ser el primer interesado en aclarar estos elementos y ponerse a disposición de la Justicia en esta nueva causa que se inicia", declaró en aquel entonces Ocaña, quien fue demandada meses más tarde por Fernández por daños y perjuicios, aludiendo que atentó contra su buen nombre y honor al vincularlo con el llamado "triple crimen".
EL TRIPLE CRIMEN DE GENERAL RODRÍGUEZ
Siete años atrás, un 7 de agosto de 2008, Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón asistían a una reunión en el hipermercado Walmart de la localidad bonaerense de Sarandí para no volver a ser vistos con vida nunca más. El 13 de agosto del mismo año, los cuerpos de estos tres hombres fueron hallados en un zanjón, a unos 650 metros de la ruta 24, en General Rodríguez.
Los descubrió un hombre que pasaba por la zona y que pensó, en primer lugar, que se trataba de tres borrachos. De esa manera comenzaba a salir a la luz una historia de drogas, negocios y muerte.
Los cadáveres estaban boca abajo y tenían los pies y las manos atadas con precintos plásticos. Ferrón y Bina recibieron cuatro disparos de arma de fuego en distintas partes del cuerpo. Forza fue ejecutado de ocho disparos.
Por el hecho, cuatro personas fueron condenadas: los hermanos Víctor y Marcelo Schillaci, y los hermanos Cristian y Martín Lanatta. Se los acusó de privación ilegal de la libertad agravada en concurso real con homicidio agravado por ensañamiento, alevosía y por la participación de más de dos personas.
En diciembre de 2013, los hermanos Lanatta y Marcelo Schillaci intentaron fugarse del penal de Sierra Chica, pero el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) logró descubrir el plan y frustró la evasión.
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