Cada vez son más los países en América Latina que enmiendan sus Constituciones para permitir la reelección presidencial. ¿Premio al buen gobierno o presidencialismo cada vez más poderoso?
“En América Latina está muy presente una tradición de presidentes que se quieren extender, tanto en el tiempo como en el alcance del poder. Para evitar el caudillismo, los países inventan las restricciones“, afirma el politólogo Javier Corrales, del Amherst College de Massachussetts.
Sin embargo la reelección presidencial últimamente gana terreno. Honduras, junto con México, uno de los pocos países de la región en donde no había reelección de ninguna clase, se pasó al bando mayoritario el pasado mes de abril. El expresidente Manuel Zelaya fue derrocado con un golpe de Estado por intentar enmendar la Constitución para permitir la reelección. Seis años después lo logra el actual presidente Juan Orlando Hernández. “Fue una combinación de astucia y malabarismo político. Logró el apoyo de su propio partido y de otras formaciones, y que la corte fallara a favor, aunque ahí hubo una manipulación porque no fue un fallo tan limpio“, afirma Corrales.
Parejas presidenciales
El experto recuerda que muchos países han optado por una segunda elección, con ejemplos en Brasil, Argentina, Costa Rica y Colombia. Este último, sin embargo, eliminó la figura de reelección el miércoles pasado (3.06.2015). “Pero muchos presidentes intentan extenderlo todavía más, como se vio en Venezuela y en Nicaragua, se está planteando en Ecuador y probablemente también en Bolivia“. Se han probado otros modelos como el llamado 'reeleccionismo conyugal', que intentaron en Argentina los Kirchner, con una alternancia entre Néstor y Cristina.
Entre los casos más singulares, el politólogo recuerda el caso del presidente Álvaro Colom (2008-2012), que intentó reelegirse en Guatemala. “Ahí la restricción a la reelección es total. Las cortes se lo impidieron, entonces puso a su esposa, Sandra Torres. Se divorció de ella para que no le aplicara la restricción que impone la Constitución guatemalteca de que ni siquiera los parientes cercanos al presidente pueden postularse“. Pero la justicia se lo impidió.
Personalismos y populismos
“En la ciencia política hay críticas a la no reelección porque no incentiva un gobierno responsable“, explica el politólogo Nikolaus Werz, catedrático de la Universidad de Rostock. El analista reconoce, sin embargo, que se puede aceptar una reelección con más tranquilidad si el Estado de Derecho funciona, si hay una prensa libre. Werz destaca que la reelección presidencial gana adeptos por la cultura política de la región que refleja el llamado “personalismo“ que encarnó Hugo Chávez en Venezuela o el populismo clásico de Juan Domingo Perón en la Argentina.
Javier Corrales subraya que la democracia necesita alternancia en el poder. “Es muy fácil para un presidente acumular poder institucional con el tiempo. Esto es una lección que aprendió Latinoamérica en el siglo XIX. Mientrras más tiempo se mantiene un mandatario en el poder, baja su popularidad, pero aumenta su capacidad de control de las instituciones, lo que impide que sea derrotado“.
Fuente: DW.
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