Fuente: Télam.
"Nuestras fuerzas fueron capaces de entrar en el complejo gubernamental, comenzando con el cuartel general de la Policía", celebró Al Dumaimi en diálogo con la agencia de noticias DPA, después de varias horas de asedio militar a la sede de gobierno central de Ramadi, ubicada a sólo 110 kilómetros al oeste de Bagdad.
Un vocero militar iraquí confirmó la noticia y destacó que ya no hay resistencia armada por parte de milicianos del EI en la zona de la sede de gobierno, aunque no descartaron que algún combatiente pueda haberse escondido en alguna casa o edificio, según la cadena de noticias France24.
Tomar el control del centro de la capital fue la parte más difícil ya que los soldados tuvieron que primero matar a los francotiradores del EI apostados en edificios estratégicos y luego desarmar las numerosas bombas que milicianos dejaron escondidas por toda la ciudad.
Aún no está claro cuántos combatientes y civiles fallecieron en los combates por el control de la ciudad.
Los cálculos más moderados sostienen que más de 100, aunque la cifra podría ser mucho mayor ya que muchas familias no pudieron seguir la orden del Ejército de evacuar la ciudad antes de la ofensiva por miedo a ser atacado por los milicianos del EI que controlaban la zona.
La operación militar iraquí-estadounidense para recuperar Ramadi, la capital provincial de Al Anbar ubicada a poco más de 100 kilómetros de Bagdad, comenzó en noviembre pasado, luego de intentar durante meses cortar las líneas de suministro a la urbe, tomada por el EI en mayo pasado.
El avance del Ejército ha sido relativamente lento hasta ahora ya que el gobierno nacional se ha negado a utilizar a la milicias chiitas, que él mismo armó para luchar contra el EI, pues estos grupos armados cometieron masivas violaciones a los derechos humanos en abril pasado, cuando finalmente lograron recuperar el control de otra ciudad tomada por el EI, la norteña Tikrit.
Hace cinco días, el gobierno iraquí estimaba que al menos entre 250 y 300 milicianos del EI seguían atrincherados en el centro de Ramadi, el último bastión que les quedaba.
El sostenido y efectivo avance del Ejército iraquí sobre la ciudad fue posible gracias al apoyo aéreo de Estados Unidos, que bombardeo varias veces todos los días para despejar el camino para los soldados.
Desde hace más de un año, Estados Unidos y sus aliados en la región y en todo el mundo bombardean desde el aire las posiciones del EI en Irak y Siria, incluidas las ciudades o las zonas con población civil que los islamistas tomaron en los últimos dos años.
No está claro cuántas personas, principalmente civiles, fallecieron en estos bombardeos de la coalición internacional.
El avance del EI fue tal que en junio del año pasado, cuando ya dominaban una parte significativa de Irak y Siria, proclamaron la fundación de un califato y llamaron a todos los musulmanes del mundo a vivir allá. Inmediatamente las principales organizaciones internacionales del islam repudiaron esa declaración y rechazaron las aspiraciones religiosas de la milicia.
Tras la recaptura de Ramadi, el EI queda aislado en el oeste del país en Fallujah, la ciudad que queda a mitad de camino sobre la ruta a Bagdad, mientras que el corazón del llamado "califato" seguiría fuerte en Mosul, la segunda urbe más importante del país, ubicada en el norte.
El grupo yihadista, que tomó gran parte de Irak en junio de 2014, aún controla mucho territorio dentro de Al Anbar, que es la provincia más grande de Irak y limita con Siria, Jordania y Arabia Saudita, y también del noroeste del país.
Aviones estadounidenses bombardearon hoy posiciones del EI en la región de Al Qayara, en el noroeste del país y mataron al menos a 20 miembros del EI, entre ellos un líder militar y religioso local, Jalaf Husein Jalaf, según informaron a la agencia de noticias EFE la milicia sunnita insurgente Multitud Popular de los Clanes.
Como en las últimas semanas, los bombardeos estadounidenses se concentraron sobre los pueblos de Douaizat Fauqani, Douaizat Tahtany y Sultán Abdalá, ubicados a unos 50 kilómetros al sur de la ciudad de Mosul.
Un vocero militar iraquí confirmó la noticia y destacó que ya no hay resistencia armada por parte de milicianos del EI en la zona de la sede de gobierno, aunque no descartaron que algún combatiente pueda haberse escondido en alguna casa o edificio, según la cadena de noticias France24.
Tomar el control del centro de la capital fue la parte más difícil ya que los soldados tuvieron que primero matar a los francotiradores del EI apostados en edificios estratégicos y luego desarmar las numerosas bombas que milicianos dejaron escondidas por toda la ciudad.
Aún no está claro cuántos combatientes y civiles fallecieron en los combates por el control de la ciudad.
Los cálculos más moderados sostienen que más de 100, aunque la cifra podría ser mucho mayor ya que muchas familias no pudieron seguir la orden del Ejército de evacuar la ciudad antes de la ofensiva por miedo a ser atacado por los milicianos del EI que controlaban la zona.
La operación militar iraquí-estadounidense para recuperar Ramadi, la capital provincial de Al Anbar ubicada a poco más de 100 kilómetros de Bagdad, comenzó en noviembre pasado, luego de intentar durante meses cortar las líneas de suministro a la urbe, tomada por el EI en mayo pasado.
El avance del Ejército ha sido relativamente lento hasta ahora ya que el gobierno nacional se ha negado a utilizar a la milicias chiitas, que él mismo armó para luchar contra el EI, pues estos grupos armados cometieron masivas violaciones a los derechos humanos en abril pasado, cuando finalmente lograron recuperar el control de otra ciudad tomada por el EI, la norteña Tikrit.
Hace cinco días, el gobierno iraquí estimaba que al menos entre 250 y 300 milicianos del EI seguían atrincherados en el centro de Ramadi, el último bastión que les quedaba.
El sostenido y efectivo avance del Ejército iraquí sobre la ciudad fue posible gracias al apoyo aéreo de Estados Unidos, que bombardeo varias veces todos los días para despejar el camino para los soldados.
Desde hace más de un año, Estados Unidos y sus aliados en la región y en todo el mundo bombardean desde el aire las posiciones del EI en Irak y Siria, incluidas las ciudades o las zonas con población civil que los islamistas tomaron en los últimos dos años.
No está claro cuántas personas, principalmente civiles, fallecieron en estos bombardeos de la coalición internacional.
El avance del EI fue tal que en junio del año pasado, cuando ya dominaban una parte significativa de Irak y Siria, proclamaron la fundación de un califato y llamaron a todos los musulmanes del mundo a vivir allá. Inmediatamente las principales organizaciones internacionales del islam repudiaron esa declaración y rechazaron las aspiraciones religiosas de la milicia.
Tras la recaptura de Ramadi, el EI queda aislado en el oeste del país en Fallujah, la ciudad que queda a mitad de camino sobre la ruta a Bagdad, mientras que el corazón del llamado "califato" seguiría fuerte en Mosul, la segunda urbe más importante del país, ubicada en el norte.
El grupo yihadista, que tomó gran parte de Irak en junio de 2014, aún controla mucho territorio dentro de Al Anbar, que es la provincia más grande de Irak y limita con Siria, Jordania y Arabia Saudita, y también del noroeste del país.
Aviones estadounidenses bombardearon hoy posiciones del EI en la región de Al Qayara, en el noroeste del país y mataron al menos a 20 miembros del EI, entre ellos un líder militar y religioso local, Jalaf Husein Jalaf, según informaron a la agencia de noticias EFE la milicia sunnita insurgente Multitud Popular de los Clanes.
Como en las últimas semanas, los bombardeos estadounidenses se concentraron sobre los pueblos de Douaizat Fauqani, Douaizat Tahtany y Sultán Abdalá, ubicados a unos 50 kilómetros al sur de la ciudad de Mosul.
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