Fuente: Clarin.
Ya es oficial. Hillary Clinton es la candidata presidencial perdedora que más votos ha recibido en la historia de los Estados Unidos. La demócrata ha superado finalmente al presidente electo Donald Trump en voto popular por casi 2,9 millones de votos. En total recibió 65.844.954 votos (el 48,2%) frente a los 62.979.879 (el 46,1%) de su rival y ganador, según los resultados revisados y certificados de las elecciones en los 50 estados y el Distrito de Columbia. Que el candidato perdedor supere al ganador en las elecciones presidenciales sólo ha ocurrido en cinco ocasiones, pero esta es, de lejos, la vez que hay más distancia entre uno y otro. También es la primera en que la distancia supera las siete cifras.
El precedente más cercano es el de la primera victoria de George W. Bush en el año 2000. En aquel entonces, el republicano obtuvo 543.816 menos que su rival Al Gore. El resultado electoral fue uno de los más polémicos de la historia estadounidense. Tanto fue así que el Tribunal Supremo ordenó el recuento de votos en el estado bisagra de Florida, en el que finalmente ganó el candidato republicano por sólo 537 votos de diferencia de un total de seis millones emitidos.
Tras esos dos casos, ya nos tenemos que remontar al siglo XIX para encontrar precedentes similares. El primero al que le ocurrió fue el presidente John Quincy Adams, que en 1824 ganó las elecciones pese a que su rival Andrew Jackson sacó 38.221votos más.
Más de cincuenta años después, en 1876, Rutherford Hayes llegó a la Casa Blanca pese a perder en voto popular contra Samuel Tilden por 252.666 votos. Y doce años más tarde, en 1888, Benjamin Harrisonsalió victorioso en detrimento de Grover Cleveland, que le aventajó en 94.530 votos.
Pese a la derrota electoral, Hillary Clinton ha rozado las cifras que obtuvo Barack Obama en su última victoria electoral en 2012, cuando logró unos 65.900.000, y superan de lejos a los de George W. Bush en su victoria de 2004, en la que obtuvo 62.040.000 millones de votos.
¿Cómo es posible que un candidato pierda las elecciones pese a obtener una ventaja en votos tan grande? El sistema electoral estadounidense es complejo. El voto popular no elige al presidente. Lo hace el Colegio Electoral, integrado por 538 compromisarios de todos los estados. Esa cifra es igual al total de senadores y congresistas (100+435) del país norteamericano y los tres representantes del Distrito de Columbia, en Washington.
Los estados tienen el mismo número de compromisarios que de parlamentarios. Cada estado, salvo Maine y Nebraska, adjudica todos los compromisarios a quien gana el voto popular en ese territorio. Sólo las dos excepciones citadas reparten sus compromisarios de forma diferente, un elector por cada distrito del Congreso y uno a nivel estatal según el voto popular.
Por tanto, para ser presidente hay que llegar a 270 electores y Donald Trump superó a la demócrata al ganar más estados y obtener316 compromisarios por los 232 de Hillary Clinton. En los 13 estados que estaban más disputados (Florida, Arizona, Colorado, Iowa, Nuevo Hampshire, Ohio, Maine, Michigan, Minnesota, Nevada, Carolina del Norte, Wisconsin y Pensilvania), conocidos como estado bisagra, el candidato republicano sacó 856.941 votos más.
Ya es oficial. Hillary Clinton es la candidata presidencial perdedora que más votos ha recibido en la historia de los Estados Unidos. La demócrata ha superado finalmente al presidente electo Donald Trump en voto popular por casi 2,9 millones de votos. En total recibió 65.844.954 votos (el 48,2%) frente a los 62.979.879 (el 46,1%) de su rival y ganador, según los resultados revisados y certificados de las elecciones en los 50 estados y el Distrito de Columbia. Que el candidato perdedor supere al ganador en las elecciones presidenciales sólo ha ocurrido en cinco ocasiones, pero esta es, de lejos, la vez que hay más distancia entre uno y otro. También es la primera en que la distancia supera las siete cifras.
El precedente más cercano es el de la primera victoria de George W. Bush en el año 2000. En aquel entonces, el republicano obtuvo 543.816 menos que su rival Al Gore. El resultado electoral fue uno de los más polémicos de la historia estadounidense. Tanto fue así que el Tribunal Supremo ordenó el recuento de votos en el estado bisagra de Florida, en el que finalmente ganó el candidato republicano por sólo 537 votos de diferencia de un total de seis millones emitidos.
Tras esos dos casos, ya nos tenemos que remontar al siglo XIX para encontrar precedentes similares. El primero al que le ocurrió fue el presidente John Quincy Adams, que en 1824 ganó las elecciones pese a que su rival Andrew Jackson sacó 38.221votos más.
Más de cincuenta años después, en 1876, Rutherford Hayes llegó a la Casa Blanca pese a perder en voto popular contra Samuel Tilden por 252.666 votos. Y doce años más tarde, en 1888, Benjamin Harrisonsalió victorioso en detrimento de Grover Cleveland, que le aventajó en 94.530 votos.
Pese a la derrota electoral, Hillary Clinton ha rozado las cifras que obtuvo Barack Obama en su última victoria electoral en 2012, cuando logró unos 65.900.000, y superan de lejos a los de George W. Bush en su victoria de 2004, en la que obtuvo 62.040.000 millones de votos.
¿Cómo es posible que un candidato pierda las elecciones pese a obtener una ventaja en votos tan grande? El sistema electoral estadounidense es complejo. El voto popular no elige al presidente. Lo hace el Colegio Electoral, integrado por 538 compromisarios de todos los estados. Esa cifra es igual al total de senadores y congresistas (100+435) del país norteamericano y los tres representantes del Distrito de Columbia, en Washington.
Los estados tienen el mismo número de compromisarios que de parlamentarios. Cada estado, salvo Maine y Nebraska, adjudica todos los compromisarios a quien gana el voto popular en ese territorio. Sólo las dos excepciones citadas reparten sus compromisarios de forma diferente, un elector por cada distrito del Congreso y uno a nivel estatal según el voto popular.
Por tanto, para ser presidente hay que llegar a 270 electores y Donald Trump superó a la demócrata al ganar más estados y obtener316 compromisarios por los 232 de Hillary Clinton. En los 13 estados que estaban más disputados (Florida, Arizona, Colorado, Iowa, Nuevo Hampshire, Ohio, Maine, Michigan, Minnesota, Nevada, Carolina del Norte, Wisconsin y Pensilvania), conocidos como estado bisagra, el candidato republicano sacó 856.941 votos más.
Comentarios
Publicar un comentario