En nada se diferencian, por ejemplo, los civilizados europeos que controlan las instituciones de la Unión Europea de un confeso racista como Donald Trump. Son lo mismo y actúan con la misma actitud. Llámese Francois Hollande de Francia, Mariano Rajoy de España, Barack Obama de Estados Unidos o Benjamin Netanyahu de Israel.
Su cultura es una sola y tiende a homologarse cuando se trata de plantear soluciones políticas al empobrecimiento general. Las que terminan siempre en culpar de ello a los inmigrantes de los países que han bombardeado y atacado, sólo por citar los casos más evidentes.
Estos son algunos de esos muros tapados por la hipocresía generalizada que son armados y tolerados alrededor del mundo. Solo con el fin de aislar a los más pobres de los pobres y culparlos de la ineficiencia del sistema que ni siquiera les permite vivir en sus lugares de nacimiento.
Estados Unidos-México: Este muro comenzó a ser construido en 1993 a partir de la Operación Guardián ordenada por el presidente Bill Clinton. Desde ese lapso hasta la fecha, todos los presidentes estadounidenses se han dedicado a ensancharlo sin que variara el discurso xenofóbico de ninguno de ellos. Ni que tampoco se hiciesen cargo de la directa responsabilidad política que tienen por haber usado a los países cercanos de Estados Unidos como laboratorios de miseria y saqueo. En todo ese tiempo lo único que ha diferenciado a estos mandatarios, entre ellos, ha sido la intensidad para aplicar estos planes y destruir los países aledaños.
Ceuta-Melilla: Este no es un muro sino que son dos vallas que cumplen esta función desde 1998 para evitar la entrada de inmigrantes "ilegales" de Marruecos a España. El método humanitario que encontraron los franquistas del Partido Popular y los "socialistas" del PSOE fue poner como obstáculo una valla seguida de otra. El detalle es que una de las dos vallas tiene cuchillas e inclinaciones de tal manera que producen heridas profundas y generan un continuo proceso de desgaste a quien intente cruzarlo. Así una vez que cruce, si es que puede hacerlo, esté lo suficientemente herido para ser atrapado por las fuerzas de seguridad españolas alertadas de este ingreso. Si alguna vez estos mismos partidos hablaron de convivir entre iguales, todo eso lo borraron con los codos y a las patadas.
Los muros europeos contra los refugiados: Producto de los desastres promovidos por sus ejércitos en el mundo árabe-musulmán y el Medio Oriente, la que se suponía era la institución modelo de la civilización, la Unión Europea, consintió la construcción de muros, vallas y alambrados dentro de los territorios de los países que la componen. Así para controlar un problema de inmigración por sus propias políticas, la solución más eficiente que encontraron fue edificar estos obstáculos en Francia, Hungría, Serbia, Macedonia y Bulgaria, entre otros países. A esto se le suma la desastrosa realidad de los campos de refugiados en países como Grecia, y el inhumano trato de las fuerzas de seguridad contra los refugiados.
El muro en Cisjordania: Este es el que plantea directamente un cerco entre los territorios donde viven los palestinos que perduran del holocausto aplicado a su pueblo y el Estado de Israel. Construido a partir de 1992, este muro lo que busca es encapsular a esta población y aislarla lo máximo posible de Israel para que pueda ser controlada más eficientemente. Así con este muro, Israel de facto promociona la ocupación de tierras palestinas por parte de colonos y de paso controla todo lo que entre y salga de este territorio, en un verdadero acto de apartheid que en nada se diferencia en lo que hiciera la dictadura sudafricana contra los negros de su país.
Arabia Saudí-Irak: A partir del surgimiento del Estado Islámico, esta monarquía árabe edificó un muro en la frontera para evitar que ingresaran personas de Irak a su país de forma "ilegal". Paradójicamente, tanto el Estado Islámico como Al-Qaeda, tienen comprobado financiamiento de este país, y nacieron al calor de la ideología fundamentalista que esta monarquía irradió al resto de los países del mundo. Arabia Saudí se resiste a ser víctima de lo que conscientemente promovió puertas afuera de su país.
Sahara Occidental: El muro construido por Marruecos en territorio del Sahara Occidental es el más largo militarmente operativo, con 2.720 km de longitud, rodeado de minas antipersona y antitanque. El propio pentágono estima que hay siete millones de minas químicas, que han dejado un saldo de más de 2.500 víctimas. Fue levantado por Marruecos en los años 80 tras el fuerte avance de los saharauis contra el ejército de la monarquía alaui, ocupante ilegal de los territorios tras la Firma de los Acuerdos Tripartitos entre la potencia colonizadora (España), Marruecos y Mauritania, arrasando con la población saharaui -napalm y fósforo blanco incluídos-. Para levantarlo, el ejército marroquí contó con la ayuda de expertos israelíes y la asistencia financiera de Arabia Saudita y de Estados Unidos.
Estos son algunos de los muros más conocidos de los que proliferan en el mundo. Todas políticas de último momento, presionadas por el contexto, donde en apariencia la fuerza se impone sobre la razón para controlar la población pobre y su capacidad de incidir en la civilización.
Si bien pueden ser leídas como medidas xenofóbicas e inhumanas, lo cierto es que su aplicación no reconoce partidos ni ideologías por más amplio rechazo que tengan en parte de la población. Una muestra de lo que genera una sociedad enferma y un modelo de vida, cuyas únicas soluciones que se proponen parten de aislar a la población más pobre de esto que mal llamamos comunidad internacional.
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