Fuente: EFEVerde.
EFEverde.- La central nuclear de Fukushima comenzó hoy a bombear agua subterránea contaminada de sus instalaciones para procesarla y verterla al mar, la última fase de las destinadas a frenar la acumulación de líquido radiactivo.
La propietaria de la central, Tepco Electric Power (TEPCO), descargará el agua extraída al Océano Pacífico tras tratarla y comprobar que su nivel de radiación no excede los límites legales, según anunció la eléctrica en un comunicado.
TEPCO ha iniciado este proceso “tras muchos años de preparación” y después de obtener el visto bueno de las autoridades locales y de la cofradía de pescadores de Fukushima, cuyas actividades se han visto gravemente dañadas tras la catástrofe nuclear de 2011.
El objetivo es evitar que el agua de los acuíferos subterráneos se filtre dentro de los edificios de los reactores dañados, se mezcle con el líquido altamente radiactivo empleado para refrigerar los reactores y fluya de nuevo hacia el exterior para terminar en el mar, explicó TEPCO.
En concreto, la eléctrica ha instalado un sistema de bombas en pozos conectados a estos acuíferos, a través de las cuales drenará el agua y la conducirá a un circuito de depurado para retirar la mayor parte de sus componentes radiactivos.
En mayo, la operadora de la central ya probó este sistema al realizar vertidos controlados al mar de agua con bajos índices de radiactividad, una práctica que será habitual a partir de mediados de septiembre.
Uno de los mayores problemas de la planta es la acumulación de agua tóxica, que se incrementa cada día en unas 300 toneladas debido a las filtraciones desde los acuíferos subterráneos hasta los sótanos de los reactores, según datos de la eléctrica.
La operadora espera resolver este problema a “largo plazo” combinando el sistema de bombeo con la construcción de un muro de subsuelo congelado alrededor de la central, cuyas obras comenzaron en el verano de 2014 y avanzan con retraso.
La cofradía de pescadores de Fukushima se opuso inicialmente al plan de TEPCO de verter al mar el agua extraída y procesada, pero finalmente lo han aceptado a cambio de que la eléctrica continúe pagando indemnizaciones por la reducción de su actividad económica a raíz de la crisis nuclear. EFEverde
EFEverde.- La central nuclear de Fukushima comenzó hoy a bombear agua subterránea contaminada de sus instalaciones para procesarla y verterla al mar, la última fase de las destinadas a frenar la acumulación de líquido radiactivo.
La propietaria de la central, Tepco Electric Power (TEPCO), descargará el agua extraída al Océano Pacífico tras tratarla y comprobar que su nivel de radiación no excede los límites legales, según anunció la eléctrica en un comunicado.
TEPCO ha iniciado este proceso “tras muchos años de preparación” y después de obtener el visto bueno de las autoridades locales y de la cofradía de pescadores de Fukushima, cuyas actividades se han visto gravemente dañadas tras la catástrofe nuclear de 2011.
El objetivo es evitar que el agua de los acuíferos subterráneos se filtre dentro de los edificios de los reactores dañados, se mezcle con el líquido altamente radiactivo empleado para refrigerar los reactores y fluya de nuevo hacia el exterior para terminar en el mar, explicó TEPCO.
En concreto, la eléctrica ha instalado un sistema de bombas en pozos conectados a estos acuíferos, a través de las cuales drenará el agua y la conducirá a un circuito de depurado para retirar la mayor parte de sus componentes radiactivos.
En mayo, la operadora de la central ya probó este sistema al realizar vertidos controlados al mar de agua con bajos índices de radiactividad, una práctica que será habitual a partir de mediados de septiembre.
Uno de los mayores problemas de la planta es la acumulación de agua tóxica, que se incrementa cada día en unas 300 toneladas debido a las filtraciones desde los acuíferos subterráneos hasta los sótanos de los reactores, según datos de la eléctrica.
La operadora espera resolver este problema a “largo plazo” combinando el sistema de bombeo con la construcción de un muro de subsuelo congelado alrededor de la central, cuyas obras comenzaron en el verano de 2014 y avanzan con retraso.
La cofradía de pescadores de Fukushima se opuso inicialmente al plan de TEPCO de verter al mar el agua extraída y procesada, pero finalmente lo han aceptado a cambio de que la eléctrica continúe pagando indemnizaciones por la reducción de su actividad económica a raíz de la crisis nuclear. EFEverde
Comentarios
Publicar un comentario